29 de mayo de 2009

EL BILLETE DE 100 EUROS


Me han contado una historia que me ha resultado de lo más curiosa. Paso a detallar:


Un hombre rico llega a una zona turística deprimida por la crisis. Entra en un hotel y deja 100 euros sobre el mostrador. Voy a ver las habitaciones, advierte imperativo al recepcionista. Éste, dueño del hotel, atenazado por las deudas, no espera ni un instante y con esos 100 euros va a pagarle al carnicero la deuda que tiene. Aliviado vuelve al hotel. Mientras tanto, el carnicero, también endeudado, cierra la tienda y con esos 100 euros que le acaban de dar va a pagar su deuda con el granjero que le pasa la carne. El granjero hace lo propio con el vendedor de piensos. Que a su vez, muy aficionado a la prostitución, tenía una deuda con su prostitutal habitual, que en momentos de crisis llegaba a fiar el sexo. Y ella, que necesitaba de un hotel para sus labores, debeía también dinero al hotel, por lo que en cuanto el vendedor de piensos le entrega el billete acude al hotel para dejarlo en pago de la deuda. En ese momento el rico cliente baja muy descontento, no le han gustado nada las habitaciones, así que recoge el billete que la prostitua ha dejado sobre el mostrador y se va. Al final a nadie le ha costado un euro, porque el turista se ha arrepentido y se ha llevado su billete, pero todos han logrado saldar sus deudas.

¿No os resulta, cuando menos, inquietante?

MICROS


Se sentía inmensamente rico no por la cantidad de cosas que tenía para utilizar, sino por utilizar todas las cosas que tenía.

28 de mayo de 2009

UN PEDACITO DE TI


Es una ironía más que la vida se alimente de la muerte. Pero así ocurre a veces. El abuelo de mis hijos (un eufemismo para mencionar a mi suegro) y flamante ganador de la última edición de suspiros del trastero, llevaba algo más de un año enganchado a diario a una máquina a la espera de un riñón. Un primer amago en semana santa y ayer la llamada sorpresa. Hay un donante. Corriendo al hospital. Pruebas, más pruebas y una tensa espera con los otros candidatos y al final sí, ha sido el día. Alguien tuvo que morir para que Alfonso de un salto definitivo en su calidad de vida, para que vuelva a ser la misma persona divertida y risueña que el tiempo, la enfermedad y la rutina ha ido cambiando.
Todo ha salido como se esperaba y ahora los que esperamos somos nosotros. Esperamos a que ese pedacito de otra persona comience a funcionar y a cambiarlo todo. Muchas gracias, seas quien seas, por habernos regalado con parte de ti unas sonrisas y tiempo, mucho tiempo. Gracias.

UN SENTIMIENTO DE ÁNIMO.

Si algo se ha demostrado este año es que el toque es el mejor arma para desarmar al contrario, que el físico es importante pero hasta cierto punto, que el estado de ánimo es fundamental y que jugar al fútbol de ataque es posible, rentable y envidiable.

El Superbarça es realmente el equipo de Pep Guardiola, un mago como jugador y un portento como entrenador. Pep siempre ha visto el fútbol igual que lo he imaginado yo, la de noches que me he dormido pensando si yo fuera entrenador cómo jugaría mi Madrid, la importancia que le daba al hecho de motivar a los jugadores, de hacerles mayores y maduros en el campo y fuera de él. Y Pep si ha tenido una cualidad ha sido esa, la de ser un motivador nato.

El Barça ha creado una escuela de fútbol, desde la base, que se ha demostrado impecable. La clave es el fútbol pero sobretodo la educación. Allí se les obliga a estudiar, a reflexionar, a pensar, a conocer, y luego además, está el fútbol. Es un ejemplo de lo que debe ser cualquier cantera. Si un jugador se lesiona gravemente, sabe que puede tener una salida alternativa.

El Madrid ha descuidado esos principios básicos y ha maltratado a la cantera, además que lo que ha creado en general son futbolistas engreídos al estilo de Guti que se creen lo mejor del mundo sólo por ser un simple futbolista.Y si algo ha demostrado Guardiola es que hay que ser humilde para jugar al fútbol, porque desde esa humildad es donde mejor surge el genio, la pasión, la ilusión y el buen juego.

No creo que podamos repetir esa hazaña nosotros, pero el año que viene empezamos de cero de nuevo y quizás haya revancha. Esto es como darle la vuelta a la tortilla, y los medios de comunicación van a exigirle ´mucho al Superbarça, y eso hace mucha pupa.

La motivación de Guardiola a sus jugadores antes de los partidos se acompaña con el ¡Viva la Vida! de Coldplay, yo creo que hoy habría que añadirle a ese título ¡Viva el fútbol!, pero el fútbol tal y como lo ve Guardiola.

MICROS


¡ Malditos peatones ! bramó el peatón que en ese instante conducía un coche.

27 de mayo de 2009

MENUDA ENVIDA


Menuda envidia. Y menuda fiesta. Que sí, que hoy hay que hablar de fútbol. Esto es el orgasmo de la pelota, el culmen de las espinilleras, el acabose de los banquillos, la explosión de las gargantas, el zénit de las gradas...hoy se juega la final de la Copa de Europa. Aun recuerdo esa pierna de Don Zinedine rompiendo la lógica ergonómica y su celestial zapatazo morder la red cuando los de blanco éramos los que estábamos de fiesta. Que envidia. Hoy siento una profunda envidia hacia el culé, que vivirá desde ya, desde esta misma mañana ese cosquilleo que se dispara en los previos a los grandes eventos deportivos. El mundo será el mismo antes y después, pero durante 90 minutos nada será igual. Así es este deporte. Y yo me sentaré, si las hazanas paterno hogareñas me dan tregua, casi como un espectador imparcial, a disfrutar del juego, del espectáculo. Y sí, quiero que gane el Barsa, por jugar como juega, por Guardiola, por Xavi y sobre todo por Iniesta. Esto me generará algún que otro momento de humillación deportiva en mi entorno catalán, que son muy dados al dramatismo en estas cosas (hubo quien llamó poco menos que para pedir perdón por el 2-6) y a regodearse en sus victorias como si fueran la derrotas de los demás (¿no lo son en cierta medida). Pero me da igual, hoy gana el fútbol pierda quien pierda y yo soy futbolero, más de lo que me gustaría reconocer. Así que hoy a disfrutar, sin dramatismos, sin victimismos, sin lágrimas y sin gritos. Con la pausa que uno se da para disfrutar de las cosas buenas. Pero que envidia...

MICROS




No sintió pena cuando llegó su muerte, sino profundo desconcierto por no sentirla, ¿se había estado engañando todos estos años?

26 de mayo de 2009

¿EL ARTE O MORIRTE DE FRÍO?


Me reencontré con un viejo amigo de la facultad, que ya apareció por el blog hace un tiempo y que es una de las personas con las que más me he reído en la vida. Pero además de reírnos también hemos discutido, porque mi forma de ver algunas cosas, como el arte, eran muy distantes a las suyas. La mía era muy abierta. Él consideraba que el arte era algo estético. Para mí algo subjetivo, personal. Pues en la cena me reconoció que había cambiado de idea, y que se alineaba más con mi filosofía que consiste en que si el artista siente que lo que ha creado es arte, arte será. Luego eso ha de transmitir, porque la creación artística tiene ese componente bidireccional. No hablo de calidad. No hablo de maestría. No hablo de genialidad. Hablo de sentimiento. El sentimiento del espectador no va a condicionar que una obra pueda o no ser considerar arte, va a limitar que tú, que eres el espectador, la consideres buena o mala, mediocre o genial, sublime o absurda. Tengo dos ejemplos, ambos enmarcados dentro del arte contemporáneo, donde más suspicacias pueden surgir en este sentido. El primero lo vi en Caixa Forum y se trataba en esencia de una sala en la que se exponían monopatines hechos con el lomo de cerdo, supongo que en un juego simbólico entre la velocidad y el tocino. Había incluso un vídeo relativo a la creación de los aparatos porcino patinantes. Aparte de una disimulada carcajada y de un no disimulado sentimiento de estar siendo timado por el artista, aquello me dejó frío, totalmente indiferente, y su obra solo sirve para acompañar de risas unas cervezas y unas tapas, de torreznos, por su puesto, en su honor. Y el segundo ejemplo es por todos conocido: el Guernica de Picasso. Puede que esta obra, como definía su propio autor a su pintura, se muestre como si la hubiera pintado un niño. Puede que sus formas se alejen de los cánones puristas. Admito cualquier discrepancia o advertencia sobre su contenido artístico, pero lo que es indudable es que esa obra te hace sentirte diminuto, te abruma, te llena de sensaciones, te obliga a mirar, remirar, pensar y sientes. La obra trasmite una cantidad ingente de sentimientos y va más allá de lo que en apariencia son unos trazos sobre un lienzo. Esa obra es arte puro, en esencia, arte brutal, sin paliativos, sin medida. Eso es una obra maestra, lo otro es morirte de frío.

MICROS


Dejó tanto en su novela que no la terminó jamás por miedo a que aquello fuera también su final.

25 de mayo de 2009

EL MEJOR REGALO DEL MUNDO


La oferta era demasiado tentadora. El momento propicio. Una locura decir que no. Por eso aceptó, aunque supusiera estar lejos de su mundo durante casi un año, con la única ayuda de un ordenador, una conexión a Internet y mucho, mucho tiempo. Había participado en otros proyectos lejos de casa, pero nunca tan lejos, nunca tan aislado, nunca por tanto tiempo. Por eso la fiesta de despedida esta vez fue especial. Y la organizó ella, como no podía ser de otro modo. ¿Cómo definirla? Han sido amigos desde que un pupitre de instituto, el azar y cierta y eterna atracción, los uniera veinte años atrás. La tensión sexual entre ellos ha sido una constante, pero quizá por el peso de la amistad o la vida, que los ha ido juntando en los momentos más inoportunos, nunca pasaron de adolescentes encuentros de una noche. Aun así han sido siempre amigos, muy buenos amigos, quizá ella sea su mejor amigo. En la fiesta había otros, porque el poder de seducción de Paula no tiene límites. Esos ojos casi negros como la noche, esos labios capaces de dibujar la sonrisa perfecta, esas curvas sugerentes, esa simpatía natural son capaces de derrumbar cualquier barrera, cualquier prejuicio. Por eso aquella noche estuvieron todos. No faltaron las risas, la música, las drogas, todo lo que una fiesta de despedida que se precie necesita. Avanzada la noche, cuando iban quedando en casa los últimos, unos por voluntad propia, otros porque el alcohol ya no les dejaba otra alternativa, se tumbaron en el sofá a fumarse un porro. Lo hizo ella, porque él estaba demasiado colocado. Hablaron de todo y no hablaron de nada, se recostaron el uno como el otro y lloraron, de risa y de pena. Quiero darte dos cosas, dijo ella, poniéndose muy seria. Vale, intento él contener la risa. La primera es esto. Se acercó, cogiendo su rostro con las manos, y le dio un largo beso, en el que las lenguas apenas se rozaron. Fue un beso tierno, eterno y cálido. No tuvo tiempo de reaccionar, no supo entrever si se trataba de una invitación o de parte de la despedida. ¿Y lo segundo? Esto. Le entregó un cd. Hay una condición, y quiero que me des tu palabra de que así lo harás, no puedes verlo hasta que hayas llegado a la base, hasta que hayas pasado la primera noche allí. Vale. No, vale no, prométemelo por la polla que tienes dura ahora. Vale, te lo prometo por lo que más quiero, como me has pedido. Después la fiesta devino en un cruce de cuerpos resacosos y el amanecer, que entró sin ser invitado por las ventanas que algún desaprensivo dejó descubiertas.
Una semana después estaba en la base, después de un largísimo viaje en casi todos los medios de transporte que uno pueda imaginar. En ese largo periplo varias veces estuvo tentado de encender el portátil y ver el regalo de Paula. Pero se contuvo, total, lo había prometido por su polla, y no es que sea supersticioso pero con esa cosa no se juega.
Durante el primer día, dejando sus cosas, revisando los medidores a controlar, instalándose en la base, el cd estuvo ahí presente. Después de la cena se sintió con fuerzas para verlo. Se acomodó en la cama, encendió el portátil y apareció ella. Sonriente, como siempre, una camiseta ajustada con un escote de vértigo y el silencio. Sí, lo he hecho aposta- se conocen a la perfección- me he puesto este escote para que no te des cuenta de lo nerviosa que estoy y de lo mal que se me da grabarme. Sé que te gustan, así que es la primera parte de mi regalo. Para su sorpresa se quita la camiseta ajustada y le ofrece la maravillosa visión de unos pechos que nunca homenajeó lo suficiente. La erección ha sido inmediata. Espero- continúa en el video- que cumplieras tu promesa y no que ahora tu compañero de avión me esté mirando también los pechos. Espero también que hayas tenido una erección, que de eso se trata. Bien, cuando veas el video entenderás que no me costó mucho encontrar quien me ayudara, pero también fue difícil, por mí, hacerlo, y si lo hice es por ti, porque te quiero, a nuestro modo, y lo hice pensando en ti, que es la única forma en la que se podía hacer. Espero que lo disfrutes, y ella también. Un fundido negro y aparece ella en ropa interior, negra, en una cama, muy probablemente de hotel. La persona que graba está ciertamente nerviosa o no ha usado en su vida una cámara, y aun así la belleza de la estampa le resulta indescriptible, y la erección tan brutal, el corazón tan acelerado, que da al pause y respira. Recupera el aliento mientras se desnuda y se coge la polla, iniciando un sensible movimiento en espera de acontecimientos. Da al play y se deja caer. La cámara va moviéndose de un lado a otro, mientras se escucha una suave música, tal vez jazz, al que Paula es muy aficionada. Con la profesionalidad que no le conocía en estas lides Paula se va desnudando por completo frente a la cámara. Se acaricia los pechos, los labios, el coño, abriendo exageradamente las piernas. ¡ Se ha hecho la brasileña la cabrona ¡ se sorprende a sí mismo diciéndolo en alto. Después de tocarse lo que exigía el guión, con la sobreactuación que requieren estos juegos, se acerca a la cámara, que la sigue allá donde se dirija y se la ve manipular algo con las manos. En ese instante aparece una polla, considerablemente grande, a la que Paula dedica unas primeras caricias. Después unos besos con la lengua, desde abajo a arriba, por la parte inferior. Siempre mirando a la cámara, siempre exagerando la excitación. Después se la mete en la boca. Muy despacio, hasta que entra a la mitad. Con una mano ayuda a la boca en los movimientos, con la otra acaricia, pelliza y estira la piel de los genitales, a los que de vez en cuando, mientras la otra mano sigue piel arriba y abajo, les regala algún lametón. La intensidad de las succiones no varía, si la de los gemidos del cámara. El ritmo es intenso, pero lento, muy lento. Cuando Paula comprende que el desenlace está por llegar, saga la polla de la boca y la deja sobre la lengua, mientras que con la mano sube y baja la piel, muy fuerte y muy despacio. Así llega la primera dentellada, que entra directa a la boca, después la segunda, que se pierde por los labios, y la mejilla, hasta una tercera, que se queda concentrada en la lengua, y alguna que otra más, porque ella sigue el movimiento con su mano, igual de intenso, igual de lento. Después con la punta de la polla juguetea con los restos del orgasmo, llevándoselos a la boca, a los labios, a la lengua hasta que, a modo de dependida, se la vuelve a meter en la boca, como si quiera sacarle hasta el último jugo. Quita la cámara al dueño del semen y autofilmándose, por encima de la música cierra el video con un te quiero, esto es para ti. Y fundido en negro. En ese fundido él también descarga su semen sobre la tripa. Tal ha sido la excitación, el placer, que la primera descarga le ha llegado al rostro, y como si de un juego de hermanamiento se tratara, con la lengua lo lleva hasta sus labios. Esto ocurrió hace unos meses, cuando la primera copia del video estaba todavía en condiciones. Hoy ha hecho la décima de seguridad, porque hasta que vuelva a casa, no quiere sorpresas con el mejor regalo del mundo.

MICROS


Entran lo sueldos, suspira, pero lo que no salen son las cuentas.

24 de mayo de 2009


El Cum ha metido 15, Forlan 60 y el Villarreal ha perdido. Análisis de la jornada ofrecido por Rubén (Cuatro años)


SARCASMO ANIMAL
En el punto subsuelo
sin querer se encontraron.
-¿Cómo andas? -dijo el topo.
-¡Ya ves! -luego, el gusano.

22 de mayo de 2009

FOLLAR VS LA CRISIS


En el dominical de esta semana (El País) hay un interesante artículo (lo recomiendo) sobre si se folla más o menos en momentos de crisis económica. Ellos usan otras palabras, claro, para eso han de ser políticamente correctos. He decidido darle una vuelta de tuerca para mi blog, y es que las crisis económicas, que azotan el bolsillo medio, en su análisis se me quedan como muy lejos, así que he decidido adaptar la idea a la filosofía local del trastero y lanzo una pregunta: ¿se folla menos por estar en crisis la pareja o porque se folla menos está la pareja en crisis? El sexo es un termómetro. Vale que algunas personas son capaces de practicar sexo con su pareja aun estando enfadados (dice el tópico que el hombre enfadado folla igual, que el caso es follar...) pero realmente si no empatizas con tu pareja ¿le vas a lanzar el directo mensaje de una carantoña precoital? Se puede practicar sexo sin empatía, como un ejercicio mecánico, sobre todo con desconocidos, pero en pareja es muy complejo, de ahí que sea un medidor de la salud matrimonial (con o sin papeles) También es verdad que del grito al jadeo en algunas maravillosas situaciones hay un simple paso. Pero, siendo sinceros, ¿no se arreglarían muchas situaciones incómodas, muchos malentendidos, mucho mal humor si folláramos más? Para follar hay que desear, para desear hay que tocar, hay que sentir, hay que entregarse, y normalmente, sobre todo en pareja, todo eso se hace olvidando el rencor, los malos rollos, las disputas, las desavenencias... Venga, hombre, es difícil follarse a quien odias. Y es una verdad extrapolable al mundo en general, si se follara más, con ganas, sin prejuicios, sin humillaciones, seguro que, cuando menos, habría menos tiempo libre para guerrear. El soldado que folla no mata, es una idea que acabo de adoptar. Sé que es simplón (como todo este blog) pero es una premisa que de multiplicarse arreglaría bastantes problemas de la humanidad. Follad, amigos y amigas, al menos mientras siga siendo gratis. Mira tu pareja, ¿no te parece que está más atractiva que nunca?

MICROS


Te quiero como amigo...


NOTA: Estoy seguro de que este micro no requiere de más.

21 de mayo de 2009

PEGAR O NO PEGAR


Pegar o no pegar, esa es la cuestión. ¿La violencia no engendra más que violencia?¿vale para siempre eso de huir y servir para otra guerra?Mi hijo mayor empieza a tener los primeros encontronazos en el parque, en la escuela. Y hay niños, no es una opinión, es simplemente un reflejo de lo que veo, que son especialmente violentos. Como digo, no valoro. Así que me enfrento a situaciones como la de ver a un niño cogiendo del cuello a mi hijo. Le hemos dicho que no se pega, que eso está muy mal. Pero ¿qué ha de hacer? ese niño le está haciendo daño. Ahora físicamente, pero no tardará en ser también un daño moral, ya sabemos el régimen interno que rige en los patios de un colegio. En esta ocasión concreta mi hijo me miraba gritando ah, ah, me hace daño, como pidíendome explicaciones. A mí no se me ocurrió otra cosa que intervenir, separarlos y decirle a mi hijo algo tan absurdo como que a lo mejor el niño no se estaba dando cuenta de que le hacía daño. El padre estaba delante y se apoyo en mi idea, es que es su forma de abrazar. La verdad es que me dieron ganas de decirle, espera, que te voy a explicar yo cual es la mía, a la altura genital, básicamente. Me sentí ridículo escondiendo una evidencia de forma inútil. Aquel niño le estaba pegando. ¿La razón? me suda lo mismo que le hubiera abrazado a su padre, vamos, las pelotas. La única estrategia que se nos ha ocurrido es la de esquivar: si un niño te pega no juegues más con él, pero sabemos también la atracción que ejerce el macarra en la chiquillería, que es el líder natural, así que esa parte la tenemos complicada. Así que el plan B es que empuje. Empujar es un eufemismo de pegar, es igual de violento, es igual de agresivo, pero es netamente defensivo. Si un niño te quiere pegar, hijo, tú le empujas y te vas. No le has pegado, simplemente te has defendido. No sé si funcionará, pero no se nos ha ocurrido otra cosa para evitar que mi hijo se sienta totalmente desguarnecido cuando otro niño le pega. Esto me reafirma en la idea de un arte marcial, te enseña a no usar lo que te enseña, pero el día que has de usarlo, sabes como hacerlo.

Leyó que había muerto. Así decidió vivir como si realmente lo hubiera hecho. Lo más desconcertante es que no encontró ninguna diferencia.

El MinisTrillo


-Ja, ja, ja, la risa resuena fuerte sobre las paredes del despacho. Se ríe y no puede evitarlo. Y así ha estado durante años, con desprecios intolerables y como si nada tuviera que ver con él y con el cargo de Ministro que ocupaba entonces.

Los familiares mientras han pasado todo tipo de desprecios, hasta que cambió el gobierno en 2004 y el nuevo Ministro les recibió y comenzó a ayudarles, y sobre todo a apoyarles. Lo mínimo que debe hacer una persona responsable.

Todo sucedió una noche trágica, un vuelo militar, de regreso a casa después de meses de estancia en el exterior, Afganistán creo recordar. El avión, muy cutre y deteriorado, hecho una auténtica pena, se estrella en Turquía. 62 militares muertos en un accidente.

A las pocas horas los restos mortales empiezan a llegar a España en féretros cubiertos de banderas. Se celebra el funeral de Estado, ¡qué duro y emotivo se hacen las imágenes de los familiares destrozados!. Entierros de cada uno de ellos en la intimidad.

De repente se pone en cuestión la identidad de los cadáveres, resulta que no se identificaron bien, el gobierno en lugar de rectificar se ratifica en los hechos. Los familiares denuncian, el avión era una vergüenza y los fallecidos no han sido bien identificados.

-Ja, ja, ja, la risa resuena fuerte sobre las paredes del despacho. El ministro es feliz, sus subordinados más cercanos le ríen las gracias. ¡Qué divertido es esto!. Si los familiares sufren que vayan a un psicólogo.

Sentencia del Yak 42, los imputados, subordinados del Ministro, condenados a 3 años de cárcel porque la no identificación de los cuerpos no se debió a un error sino a un acto intencionado, perpetrado a sabiendas.

Sobre Ministrillo, el juez no opina ni sentencia ya que no se juzga eso en ese juicio.

Ministrillo sale ileso pero tocado. El juicio ha demostrado la sarta de mentiras y patrañas que nos contó él y el gobierno del que formaba parte. Una muestra más de la etapa negra, negrísima, del gobierno del Bigotes, ¡no ese no!, el que nos gobernó hace unos años, el flamante Aznar amiguísimo del otro flamante, sí ese llamado W.

Del otro Bigotes y de los amores patéticos profesados por Camps ya nos encargaremos otro día.

20 de mayo de 2009

MI PAPÁ ESCRIBE


Me considero escritor. Unas veces más que otras, pero en esencia me gusta pensar que si lo fui (me sentí como tal) no he tenido que dejar de serlo (y por tanto, de sentirlo) Pero leyendo un interesante post de Ismed me ha dado por pensar (como siempre) La música, por ejemplo, hemos puesto música a nuestros hijos desde antes de su nacimiento, hay discos por casa, la guitarra, la darbuka y el cajón. El cine, hemos llevado a nuestros hijos al cine desde bien pequeños y hemos adornado sus ratos ociosos con lo que consideramos buenas (o menos malas) películas infantiles. Creemos importante los mensajes subliminales, que aprendan por imitación. Me ven leer el periódico. Y eso cala, se queda ahí. Lavar la ropa. Planchar. Cocinar. Arreglar las cosas de casa. Conducir. Hacer deporte. Todo lo que ven, aunque no puedan (incluso no deban) imitarlo, va formando su imagen sobre nosotros. Una imagen que tarde o temprano, aun por oposición, darán forma. Pero ¿y escribir?¿me ven escribir?¿dirían alguna vez que su padre escribe? El blog lo creo cuando el mundo todavía se despereza. Si estoy en el ordenador, teclee lo que teclee, papá trabaja. Eso no me gusta. Me gustaría que pudiera pensar que su padre es escritor. La culpa es mía, que tal vez me sienta escritor por inercia. Y eso no deja de ser triste.

MICROS


No dejaba de pensar en lo molestos que resultaban en su vida los adultos. Pero no podía vivir sin ellos. Cuando por fin lo logró, el que empezó a molestar fue él.


NOTA: Inspirado en un artículo de Sin Pulso.

19 de mayo de 2009

SER CÁMARA


Hay trabajos que lucen mucho y otros que no lucen nada. Por lucir entendemos que se vean, que sean palpables para el resto. Porque todos los trabajos tienen un nutriente, dentro y fuera de lo que puedan generar a la sociedad. La televisión, por ejemplo, ¿hay mayor trampolín para la imagen? Ninguno. El paradigma de la fama bien pudiera ser, por tanto, quien está frente a la cámara. Y, por oposición, el paradigma de lo que yo explico es el cámara, el que está justo detrás. ¿Alguien conoce el nombre de alguno de los cámaras de los programas más famosos de la televisión?¿algún cámara ha pasado a la historia?¿hay premios para el mejor cámara de televisión del año? Esto es extrapolable a cientos de trabajos e incluso dentro del propio ejercicio televisivo. Pero hoy quisiera hablar de los cámaras. Solo conozco a una persona (Susana) que se dedique a ello y recuerdo el día que el presentador hizo algún comentario sobre ella y la cámara de algún compañero la enfocó dándole un momento de gloria que, por cierto, no tengo ni idea de si estaba demandando. Lo vivimos en casa como una fiesta ¡ es Susana, es Susana ! El mejor ejemplo de lo que intento explicar está en el programa al filo de lo imposible. Debe de ser el programa que más fielmente se ajusta a su título. Esta gente camina verdaderamente al filo del reto,porque reta constantemente a las leyes de la naturaleza para lograr imágenes imposibles. Y ahí está, el protagonista, subiendo una durísima montaña, enfrentándose a las inclemencias del tiempo, a la terquedad de la naturaleza, insensible a los retos. Y logrando la cima, saludando a la cámara, sonriente y feliz con el nuevo logro. Pero ¿cómo podemos ver todo eso? Porque hay un tipo que ha hecho exactamente lo mismo que él, subir las mismas rocas, enfrentarse al mismo vértigo, al mismo frío, al mismo miedo y, encima, ha cargado con una cámara al hombro para que los demás no perdamos un sólo detalle. ¿Alguien conoce el nombre de alguno de los cámaras de Al filo de lo imposible? Pues eso...

MICROS


Llegó a tal grado de rencor y odio que le importaba bien poco si aquel hombre condenado era o no culpable, salvo por un detalle, si él era inocente, el verdadero culpable seguía en la calle.

18 de mayo de 2009

POR TUS 35 PRIMAVERAS


Recibe un mensaje justo antes de abrir la puerta. Lo lee y se pone en tensión, nerviosa, pero con una sonrisa de felicidad que se hace evidente pese al cansancio de la jornada laboral. Entra en casa despacio, esperando algo. Dentro hay una música suave. La luz tenue de la lámpara de pie del salón. ¿Cariño?¿estás ahí? Deja las llaves sobre el mueble de la entrada. El bolso colgado. El maletín del ordenador. Iría a la nevera, pero esa luz, esa música. Cuando termina de entrar su sorpresa es mayúscula. Hay una mujer sentada, más bien recostada, en el sofá. Lleva una camiseta ajustada que evidencia el buen hacer de algún cirujano plástico. Una diminuta falda tableada y el pelo muy corto y rubio. Sonríe mientras saborea una piruleta. Está en su casa, es una perfecta desconocida y aun así, es educada. Eh, buenas tardes, no pensaba que hubiera nadie aquí. Está nerviosa, desconcertada y suena el teléfono. Esta vez es una llamada. Pero cariño, se la escucha, ¿cómo me haces esto?¿dónde estás? No tiene tiempo de más. Las sabias manos de la mujer de pelo corto y pechos siliconados la abrazan por la espalda. Lo han hecho con ternura, sabedoras de que el acercamiento podría salir mal. Le quita la chaqueta mientras que ella, sumisa y rendida, corta la llamada con un suspiro. Tras la chaqueta van los botones de la camisa. En esa especie de abrazo, mientras se deja hacer, soltándose el pelo, totalmente rendidas las naves de la cordura, siente las curvas de la desconocida mujer sobre su espalda, sus muslos, su culo, porque lo hace todo meciendo ligeramente el cuerpo. Es como si hubieran iniciado un baile. La camisa está también en el suelo y siente una repentina vergüenza de verse semi desnuda frente al espejo. Pero le dura poco. Una lengua ardientemente sabia acaba con sus reservas desde el cuello, mientras las manos acaban también con la tiranía del sujetador. Masajea los pechos, primero con ternura, para que no se sientan desbordados por tanta libertad y atención, después con pasión, quizá hasta con cierta violencia. Así, desnuda de medio cuerpo, la mujer rubia la da la vuelta y sonríe. Esa sonrisa es tierna, cómplice, un arma más de la estrategia de hundimiento de las naves. Se besan. Nota el sabor dulzón de la piruleta en los labios, también en la lengua, que ha entrado en su boca como un huracán, invitando al juego a la suya, mucho más decidida que el resto del cuerpo, que sigue inmóvil, a la expectativa. La lengua, cuando se cansa de la boca, va descendiendo hacia los pechos, en especial al izquierdo, que recibe una docena de lengüetazos mortales y algún que otro mordisco. Va descendiendo por el vientre, sin prisa pero sin pausa, hasta llegar a donde la falta sigue haciendo su trabajo. Las manos ayudan, y en dos golpes certeros la ropa cae al suelo, junto al resto. Ahora está completamente desnuda. La mujer rubia se incorpora, mordiéndose el labio inferior. Quizá lo que ve, lo que acaricia, lo que besa, le gusta de verdad y hay sinceridad en sus gestos. Lleva la mano de su desconcertada amante, que todavía no ha sido capaz de articular movimiento, hasta sus pechos. Sí, son operados, pero agradables, sexuales. Se quita la ropa con rapidez. Están las dos desnudas, la una frente a la otra, los cuerpos, los pechos, ligeramente rozándose, electrizando el aire. Y entonces sí, entonces se lanzan como posesa la una hacia la otra. Con tanta violencia que terminan en el sofá. Ya no hay claridad sobre la voz cantante en el juego, porque ahora las dos bocas, las dos lenguas, las cuatro manos, los pies, todo se mueve a una velocidad de vértigo, mientras los gemidos, la melodía perfecta para la escena, van creciendo en intensidad. Nunca había besado a una mujer. Nunca había acariciado unos pechos. Nunca había tenido un dedo hundido en el coño, nunca había saboreado la sal de un sexo con sus labios. Está tan excitada que teme sentir un orgasmo en cualquier momento. Los dedos, la lengua, de la mujer rubia son exploradoras sabias y pacientes, intensas y consideradas. Se han ido acomodando, tal vez inconscientemente, hasta que recostar las cabezas sobre el sofá, las piernas entrecruzadas, los sexos latientes acariciándose. Entonces, agarradas de una mano, la otra en la cintura, han comenzado a moverse con violencia, lanzando sus cuerpos al aire, salvas de sexo que chocan contra otro sexo en una danza brutal. Así es como llega al orgasmo, entre gemidos desesperados, incapaz de abrir los ojos, de ocultar su placer, se comedir sus gestos. Ha sido largo, intenso, salvaje. La mujer rubia se incorpora rápidamente y la abraza. Felicidades, le dice al oído, antes de besarla largamente. Gracias. No puede moverse del sofá y observa como la mujer rubia recoge su ropa. Cuando ya está vestida busca la verticalidad, pero ella se anticipa, tranquila, tu marido ya me ha pagado. Vuelve a besarla antes de desaparecer. Se queda en el sofá, esperando. Entonces aparece el marido, felicidades, mi amor. Se abrazan. Eres un cabrón. Ya, pero ¿te ha gustado? Sí, me ha encantado ¿y a ti? Lleva la mano de su mujer a la polla, donde se hace evidente la humedad de un orgasmo ¿quieres verlo?¿lo has grabado? sí, quiero verlo...

MICROS


Antes era extremadamente indeciso. Por suerte ahora no...¿ o sí ?

17 de mayo de 2009


Papá, cuando tengas mil años ¿ya serás viejo? Rubén, cuatro años.

16 de mayo de 2009





APISONADORA



Espera uno atrapado en el asfalto
Que acuda una mujer con flores tiernas
A abrir grietas de luz al pavimento
Que aflojen la mordida del desahucio;
Que estallen abolidos los portazgos
Fraguados de naufragios sin marea,
Y al alba se desprendan del rocío
Efluvios con aroma a puerta abierta.
Mas, plúmbea, en los ladridos de la noche
Se palpa una fragancia de aguas muertas
Que colma de alquitrán boca y pulmones;
Y ocupa la matriz de los deseos
La gélida semilla de un destierro
Perpetuo tras los muros de la pérdida.

15 de mayo de 2009

SI YO FUERA RICO


Hay una muchacha de 25 años a la que le han tocado 126 millones de euros. Que, dejadme que haga cuentas (que más tarde serán las de la lechera) deben de ser unos 20 mil millones de pesetas. No soy capaz de dar forma a esa cantidad, así que voy a ver qué cosas se podrían comprar con ese dinero. Podríamos, por ejemplo, comprarnos una urbanización entera, con sus 126 chalet adosados con jardincito y todo. O podríamos comprarnos el avión más grande del mundo e incluso sobrarnos algo para el catering del primer vuelo. ¿Sigo? El caso es que es muchísimo dinero y me ha dado por pensar, como la lechera, que haría yo. Lo primero comprarme la casa que quiero, que sé cual es, dónde está y que no sé lo que me costaría convencer a sus dueños, que seguro no la quieren vender. La adaptaría a mis necesidades, con una piscina de invierno, gimnasio, sala de grabaciones y cine insonorizada. Haría el viaje a Argentina, por fin, y conocería Nueva York. Probablemente dejaría de trabajar y estudiaría otra carrera, quien sabe si música y guitarra flamenca. Dedicaría mucho tiempo a mi blog, intentando profesionalizarlo, para bien o par mal. Elegiría el colegio de mis hijos por otros parámetros que no fueran los económicos. Daría algunos caprichos a mi entorno...¿y? el dinero se me iría acabando, habría que rentabilizarlo ¿qué haría? Solo tengo dos negocios en la cabeza y ninguno de ellos sería rentable. El primero sería una editorial para jóvenes escritores a los que les publicaríamos las novelas a cambio de un porcentaje en su primer hipotético contrato. Y el otro una escuela de fútbol para los niños de mi barrio, llamada Escuela Libertad. Ahí me quedo. No se me ocurre nada más. Así que muy probablemente en unos años andaría pidiendo consejo para no quedarme sin un euro ¿Qué harías tú? lo digo por apuntarme tus ideas, no vaya a ser que...

MICROS


No tardó en descubrirse que quienes nos estaban empujando eran socios de quienes nos vendían las tiritas.

NOTA: inspirado en un comentario de Rafa León.

14 de mayo de 2009

CHUNDA CHUNDA, TACHUNDA CHUNDA...


Los himnos en general, y el español en particular, me dejan totalmente indiferentes. Aunque reconozco que hay canciones como el Pongamos que hablo de Madrid, La murga de los emigrantes o los cuatro muleros versión Madrid que bien resistes, que me ponen la carne de gallina. Así que no me cuesta empatizar con aquellos a los que se les eriza el vello cuando escuchan la melodía de lo que consideran su himno, la canción que los representa. Están en su derecho. Aunque piense que bajo las banderas y los himnos se hicieron tales tropelías que solo crucifijos y demás símbolos religiosos pueden quitarles el puesto de honor en el museo del horror histórico. A pesar de eso, los respeto. En la mili un par de veces al día sonaba el himno español y yo intentaba escondermer para no tener que fingir la pose marcial y el respeto que no tenía. Pero jamás se me hubiera ocurrido reírme de quienes miraban la bandera con ojos vidriosos y mano en el pecho. Como tampoco entro en una iglesia maldiciendo las religiones ni se me ocurre silbar en un himno. Es puro respeto. Ni tan siquiera comprensión. Es básico respeto entre creencias.
Los mediocres que ayer silbaron, y fueron muchos, durante el himno español, no demuestran más que la pequeñez de sus miras y la falta de empatía con el que, en el fondo, es tan como él (¿qué hubiera pasado de haber sonado els segadorsK?) que se asustarían. Y para rematar la desfachatez va televisión española y se inventa un fallo humano (¡¡¡ de varios minutos!!!) que impidió en directo escuchar los silbidos de ambas aficiones sobreponerse a las notas patrio españolas. Después lo pusieron, tras varias increíbles explicaciones, en el descanso, donde el himno, por arte de magia postproductiva, sobrevivió por encima de los silbidos e incluso mostraron imágenes de un león mano en el pecho (sobre camiseta del Athletic) que bien pudiera ser un actor infiltrado. Ya me imagino durante el himno al responsable del fallo técnico aleccionado a sus cámaras, por lo que más queráis encontrad gente que se emocione, por el amor a vuestros hijos, ¡ dónde cojones se ha metido el actor ! ¿A qué vio este despropósito televisivo?¿por respeto a España (es decir, todos)?¿al Rey (que lo sufrió en directo)? España es así, así que ¿para que esconderla? si quieren silbar, que silben, ya somos mayorcitos para juzgar nosotros mismos lo que vemos ¿o va a ser que no ? Si esto lo hubiera hecho el gobierno de Aznar, la más dura izquierda columnera echaría humo. Que lo eche, porque la chiquillada es para enmarcar.

MICROS


¡ Te haré el amor antes de cada partido !, fue su oferta. Y los dos se aficionaron al fútbol.

SE DEJABA LLEVAR

En los días de frío huía del mundo para encontrar su espacio exterior.

Me lo imaginé muchas veces, no sé si sería mito o leyenda, en un pequeño chalet en el que nunca lo vi pero cuyo exterior estaba siempre desastrado y con gatos correteando alrededor. La persiana de la cocina casi siempre estaba medio bajada y dentro solo se intuía oscuridad. No sé si realmente vivió ahí, pero alguien me lo dijo un día y a mi, que entonces tendría sólo unos 11 o 12 años, me causó impresión, imagino que ya entonces su aspecto huidizo tuvo algo que ver en ese halo imaginativo que creó mi cabeza. Por eso cada vez que tenía que ir a comprar el pan, daba un pequeño rodeo hacia aquella casa y me dejaba llevar, nunca mejor dicho, por el misterio que desprendía aquel lugar.

Creo que nunca nadie me ha emocionado tanto con unos textos hechos música, creo que nunca nadie ha expresado en los últimos años aquello que uno piensa muchas veces pero le cuesta admitir, creo que su relación de amistad y coqueteo con la muerte en el fondo mostraban un apego especial por la vida. Creo que lo que realmente nadie como él sabía mostrar, era una espiritualidad extrema.

Desde muy pronto, casi desde el principio de las cosas, en un elixir de palabras perfectamente conectadas con la realidad del hombre, en una muestra de sensibilidad extremadamente fuerte y a la vez reflejo de la enorme fragilidad humana, ese néctar de juventud coqueteando con los albores de la muerte, ese aspecto inhumano de los últimos tiempos con el que recorría pueblos y ciudades enganchado a su íntima voluntad, tenía él la capacidad de transmitir en escuetas palabras aquello que sólo los hombres especialmente dotados pueden hacer, hacer de los secretos más íntimos de la mente algo sencillo y entendible.

Cuando me enteré de su muerte solo pude pensar en su edad, ¡era tan joven!, y sin embargo siempre pareció querer morir, aunque siempre resucitaba. Hasta que se ha ido. Ahora ya se fue para siempre, allí donde siempre se pensó seguro.

Ahora nos quedará su legado, palabras combinadas con música, y los mensajes más sutiles que siempre han atormentado al hombre y que a él le acompañaron siempre y supo reflejar como nadie.

Introvertido, intimista, perturbador, mágico, creador, soñador, felino, irrepetible, Antonio Vega.

13 de mayo de 2009

LAS GRANDES IDEAS


Creo que si tengo una virtud como trabajador son mis ideas. Soy imaginativo y encuentro recursos donde puede que otros no. Imaginación al poder. Eso creo al menos. Pero tener una buena idea, que lo parezca al menos en su planteamiento previo, no te asegura el éxito tras su ejecución. Eso me ha dado por pensar, en un arrebato de credulidad, ahora que andan debatiendo sus señorías, me he preguntado ¿y si los políticos tuvieran muy buenas ideas, ingeniosas, imaginativas, pero que tras su ejecución se demostrara su ineficiencia total? A lo mejor no es falta de voluntad, sino de suerte, o de demasiada confianza en ideas ingeniosas, que algunas veces también hacen falta las terrenales matemáticas. Os voy a poner un ejemplo de una idea ingeniosa, de una buena idea, como respuesta a una necesidad, que fue un verdadero fracaso.

Ocurrió esto en un cumpleaños. En estos eventos, sin saber muy bien por qué, termino como director de orquesta de la chiquillería, alentando o dirigiendo sus juegos. Les expliqué como funcionaba el juego del pañuelo ¿os acordáis? Bueno, pues allí los puse a todos, unos quince niños entre los cuatro y los ocho años. Todo fue bien hasta que sonó la campana ¡ la tarta !, así que, y ahí es donde vino mi gran idea, dije que para terminar, a la voz de ya todos salieran a por el pañuelo. Y así lo hicimos, dije ¡ ya ! y en apenas un segundo me di cuenta de que mi brillante idea bien podría meterse en el cajón de las ideas como tirar mierda a un ventilador. Allá que salieron todos los chiquillos en tropel, pero claro, ocho por un lado, siete por el otro, y todos con el mismo objetivo: el pañuelo que yo sujetaba en la mano. Intenté una alternativa, solté al pañuelo, les grité no, no, parad, pero la orden llegó tarde, la colisión fue inevitable. Por suerte, entre otras cosas porque los niños son de goma, no hubo que lamentar daños mayores que algún chichón o alguna lágrima después de frenar frente con rodilla, rodilla con codo o nariz con hombro.
Así que, ¿no será que los políticos juegan al pañuelo con nuestro destino con grades ideas como la mía?¿no será que han gritado "ya" y por eso andamos todos a mamporros?

MICROS


Sabe que una parte de su hija seguirá viva, aunque sea en otra persona, y aun así, es la firma más dolorosa de su vida.

12 de mayo de 2009

LA PÍLDORA PARA DESPUÉS


Tú lo que quieres es que me pille el tren...


Voy a dar mi opinión sobre lo que ha hecho el gobierno. Que como siempre será partidista y subjetiva a más no poder.

Me gusta.

Aquí podría terminar el artículo de hoy. Me gusta que una mujer (ella tiene el problema, aunque quien peregrina de madrugada en busca de una solución de emergencia suele ser una pareja, y asustada) tenga la posibilidad de acudir a una farmacia a que le den una pastilla que evite que el óvulo sea fecundado. Porque de eso se trata, que según la OMS (que son más listos que yo) la píldora inhivirá la ovulación y no provocará aborto. Pero los sectores conservadores la siguen viendo como un método abortivo, incluso el portavoz de Ginecólogos por el derecho a la vida teme que aumente la promiscuidad. Ahí le has dado. Con el goce hemos topado, que esto es un valle de lágrimas, no lo olvides, amiga cristiana. Pero hasta las cifras le quitan la razón a los retrógrados, pues la píldora no es un método anticonceptivo de repetición, sino de emergencia, y rara vez una mujer lo utiliza varias veces en la vida. Es cierto que al darse en la farmacia se pierde el asesoramiento médico, pero claro, ¿quien nos asegura que el médico no va a utilizar esa capacidad de asesorar (médicamente) para aleccionar (moralmente)? Quizá así las farmacias, como asegura la presidenta de la Federación de Planificación Familiar en España, fortalezcan el papel informativo. Pero claro, puedes encontrarte casos como la farmacia de mi barrio en el que se negaba a vender preservativos ¿Qué diría si aparece una quinceañera muerta de miedo pidiendo la píldora del día después?

El caso es que la píldora fue legalizada por el PP, ese mismo que ahora ve como una barbaridad su venta libre, y fue utilizada por más de 500.000 mujeres el año pasado. Mujeres que podrían haberse visto obligadas a abortar y aumentar esos más de 112.000 abortos, o incluso peor, ser madres contra su voluntad, condenando a su hijo a venir al mundo sin ser deseado.

Todas las quejas, todas las protestas, todos los cuestionamientos me recuerdan al chiste aquel del tipo que le dice qué harías si viniera un tren y estuvieras en la vía. A cada solución que le da el otro ofrece una pega, a lo que termina diciendo, ¡tu lo que quieres es que me pille el tren ! Pues eso pienso yo, que parece que quisieran que les pillara el tren.

Después de haber leído, escuchado, visto, sigo pensando lo mismo: me parece una buena idea ¿ Y a ti?

MICROS


Pasó media vida intentando reunir de nuevo a su familia. No dejó de ser irónico que solo lo lograra el día de su muerte.

11 de mayo de 2009

UN GOLPE DE SUERTE


Hace menos de media hora que se conocen. Y no ha ocurrido en las circunstancias más adecuadas para que ahora mismo estén quitándose la ropa. Hay prisa. Pasión. Deseo. Ansia. Cualquiera que viera la escena de modo imparcial determinaría que se trata de una cita de unos amantes que tiene complicado verse, que sus encuentros son esporádicos y que cada vez que sus cuerpos se cruzan saltan las chispas del deseo contenido. Se ha desatado una marea de brazos, labios, lenguas, dedos, gemidos y ropa, que poco a poco, a saltos anárquicos, ha ido perdiendo protagonismo. Ahora están sobre la cama del motel, él tumbado, todavía con los pies en el suelo. Ella, con el tanga puesto, arrodillada y con la polla en la mano, los ojos cerrados, completamente entregada. Siente la excitación abrirse paso, desde su cerebro, por la espalda, hasta terminar en su sexo, donde los labios palpitan con dolorosa insistencia, gimiendo por una caricia que todavía no ha llegado. Se mete la polla en la boca y se deja llevar por el sabor, limpio, de un sexo erecto y cuidado. Lo recorre con la lengua, mecida por los gemidos, gimiendo ella olvidado el pudor, llevada por el deseo, apretando fuertemente con su mano la piel hacia abajo, para que la parte superior, sonrojada por la excitación y la sangre, esté a plena disposición de su lengua, que se concentra justo en la parte inferior, allá donde descansa el frenillo, apretando con fuerza con la lengua cada vez que sube. Es tal su sabiduría que el dueño de la polla teme llenarle el rostro de semen a poco que siga con el juego, así que con un golpe certero de sus abdominales se incorpora y con la misma facilidad la coge en volandas para dejarla en la cama. La sorpresa ha sido mayúscula, sin apenas darse cuenta ha perdido la polla que estaba saboreando y se siente completamente controlada por un desconocido jadeante. Él se limita a abrir las piernas, sin demasiada delicadeza y a apartar la diminuta tira del tanga para comerse el coño con la misma sed con la que un perdido en el desierto se lanzaría al agua de un oasis. El sexo está tan húmedo que no necesita lubricación para que sus dedos acompañen a la lengua y a los labios que lo invaden todo. Ella arquea el cuerpo para facilitar los movimientos; en realidad para marcar los pasos del baile. Es un buen amante, y eso le gusta. No es consciente, porque tiene los ojos cerrados y la cabeza ligeramente ladeada, pero se acaricia los pechos a sí misma, apretándose los pezones en un gesto que por inconsciente no evita que la excitación se dispare. Él parece haberlo entendido, no solo porque le ha regalado a esos pezones un par de mordiscos intensos, sino porque ha dejado la cueva, donde de haber permanecido, un torrente llamado orgasmo hubiera puesto fin a la fiesta. Busca entre la ropa, algo nervioso, un preservativo. Ella lo ve y va a su bolso. Es tan certera en la búsqueda que antes de que él alcance sus pantalones tiene el paquete de uno abierto. Se lo pone en la boca, sacando la punta con la lengua. Él entiende la invitación y se arrodilla. Con la certeza de una experta coloca el preservativo de sabores sobre la polla con la boca, regalándole un par de movimientos más que él agradece con unas caricias en en pelo y mirando al techo, con los ojos entreabiertos. Después ella se da la vuelta, apoyando las rodillas y las manos y entreabriendo ligeramente las piernas. Él intenta entrar pero le resulta complicado, recoloca su cuerpo varias veces hasta que ella, pasando la mano bajo su cuerpo, coge la polla y la deja dentro de su sexo. Comienza entonces el movimiento. Desde las caderas él controla su cuerpo, facilitando que la polla entre y salga entera del coño. Después se recuesta ligeramente sobre ella para poder acariciar su clítoris. La excitación es creciente, como lo son la violencia de los movimientos. Tanto que él no puede evitar el orgasmo, que lanza con cuatro violentos golpes de cadera y un gemido eterno. Ella se siente a la par plena por el orgasmo provocado, pero algo frustrada por el temor de que aquello acabe de este modo. El sale de su cuerpo, todavía tembloroso por el placer, se quita el preservativo, alcanza, esta vez con más pericia, sus pantalones y enfunda su polla, todavía maravillosamente erecta con otro. Entonces la vuelve a penetrar. Lo hace con tanta violencia que provoca cierto dolor en su amante, que tuerce el gesto solo un segundo, el que tardan los movimientos rítmicos y las caricias en devolverla al paraíso de los sentidos. Unos minutos después ella muerde las sábanas, araña la colcha con sus uñas largas y cuidadas y siente un orgasmo tan arrebatador que le provoca un pequeño tic nervios en su ojo derecho. Después se deja caer, gimiendo, sudorosa. Él se viste, con una sonrisa, dejando sobre la mesita el preservativo. Se miran un par de veces mientras él termina con su ropa. Después se acerca, se arrodilla sobre la cama y le da un largo beso. Después se acerca hacia la puerta, recogiendo su maletín. ¿No crees que te has olvidado de algo? Se detiene un instante y piensa, orgasmo, teléfono, beso...No, sentencia, creo que no. No me has firmado los papeles, el parte de accidente. Ah, sonríe, ya lo había olvidado. Deja el maletín y firma el parte que descansaba sobre la mesa. Nuestras aseguradadoras lo arreglarán todo, que tengas suerte con el coche. No te preocupes, sonríe ella, de esas cosas se encarga mi marido.

MICROS


Muchos volvieron a creer en la justicia divina cuando aquel Obispo retrógrado murió de sida.

10 de mayo de 2009


¿Cómo es tu nueva compañera del cole?¿rubia?¿morena?¿pelirroja? Pues es con coletas.

9 de mayo de 2009



MIGRAÑA
Después de una semana de migraña
Acudo a las urgencias, consternado,
Y, hermosa como Venus Calipigia,
Me advierte la doctora Carretero
Del riesgo coronario del tabaco.
“Pero hace varios años que no fumo”
–Le apunto mientras paso la mirada,
Febril, por los pezones que, encendidos,
Vislumbro tras la tela de su bata.
“En ese caso –dice con firmeza-
Tendré que examinarlo más a fondo”,
E indica que me vaya desnudando,
En tanto, alzando el peplo, deja al aire
Sus nalgas y caderas bronceadas,
Justo antes de tumbarse en la camilla
Brindándome su hechizo más ignoto.
La sed toma mi boca, ineluctable,
Y lamo la humedad junto a su pubis
Que tiembla mientras que ella, susurrando,
Suplica que no pare, que penetre
Mi lengua en sus adentros más, más rápido.
De súbito también busca sedienta
La espuma en que se yerguen mis deseos
Y engendra entre los dos una tormenta
De espasmos, alaridos y jadeos.
Más tarde, cabalgando enloquecida
A lomos de mi anhelo desbocado,
Convulsa y delirante, me suplica
Que ocupe de pasión su retaguardia.
Mas vuelve pronto a armarse en mi galope
Y a un ritmo trepidante se me acopla
Queriendo eternizarme en sus entrañas;
Me clava uñas y dientes, me espolea,
Me ahoga de placer, pierde el aliento,
Y al fin, cuando al unísono estallamos,
Pletórica, una vez repuesto el aire,
Me ofrece compartir un cigarrillo.
“Pensaba que pasabas de ese vicio”
–Le digo acariciándole las corvas-;
“Lo cierto es que no fumo –me responde-
A no ser como postre de un buen polvo;
Así que cabalguemos ya de nuevo
Que quiero hacerle honor a mi apellido
Sirviendo de terapia a tu migraña”.

8 de mayo de 2009

CONCIERTOS


Echo de menos la música en directo. La paternidad tiene millones de cosas buenas, pero hay piedras en el camino. El cine y la música, el ocio activo y en directo, las cervezas con los amigos en una terraza sin mirar el potitoreloj o la pañalarma. Los viajes. Pero volviendo a la música en directo, que es como el fútbol, que me gusta más el amateur que el profesional, ¿a quién echo de menos? Porque los conciertos tienen un precio más que considerable, y no está la cosa para tirar cohetes, así que hay que pensárselo. Y eso es lo que estoy haciendo, ya que no puedo ir, por lo menos pienso a quién iría a ver si pudiera. Lo tengo claro, he visto media docena de conciertos suyos y aunque no es lo que era, aunque su voz rasque más que nunca, aunque sus discos hayan perdido frescura, Sabina siempre será mi destino, mi meca, mi oasis. Y después está la segunda división, no por ello menos interesante, con el combolinga al que además de una afinidad musical sin paliativos me une la amistad con su guitarrista (Juanjo). Habré visto de ellos una docena larga de conciertos, sino una veintena, y siempre salí con la misma sonrisa envidiosa. En esta lista se coló hace no mucho los delinquentes, antes de que falleciera su joven cantante. Los vi dos veces en directo y aunque ahora el dúo no me seduzca tanto, no dudaría en volver a hacerlo. Y ahí me quedo sin cuestionarme el precio de las entradas. Después en cualquier garito de barrio uno pueden encontrarse una joya (Mojoproyect) a la que luego sigues y algún día acabas pagando un dineral, como otras 20.000 personas para escuchar canciones que ya no tienen la fuerza de aquellas que hicieron que tu cerveza se calentara en la barra. Haciendo esta reflexión me he dado cuenta también de aquellos a los que nunca podré ver, siendo el paradigma de todos Carlos Cano (que se merece un artículo por separado) y, por su puesto, Los Beatles. Este artículo, en realidad me lo ha inspirado el anuncio de un concierto, que me ha descubierto a quién jamás he visto en directo y que desde hoy, para que no engrose esa lista, voy a ponerme como tarea, cueste lo que cueste, hacerlo al menos una vez en la vida: Joan Manuel Serrat.

¿Cuales son los tuyos?

MICROS


Entre tanto "quizá no deba" se le coló un " y ¿por qué no?" que le cambió la vida.

7 de mayo de 2009

REGALO MASCARILLA


Lo estoy esperando, la Razón no tardará en romper el mercado regalando un par de mascarillas, convenientemente logotipadas, con su diario el domingo. El paraíso del abuelo jubilado será el primero, pero buena gana tendrán todos. ¿A qué viene tanto pánico? sinceramente no lo entiendo. Esto no es oportunismo, ni falta de sentido común, es que no lo entiendo. No puedo comprender como se ha desatado tal alarma, como se cierran hoteles con los clientes dentro, como presidentes de naciones poderosas recomiendan a sus familiares no frecuentar lugares públicos, como pasajeros de aviones se niegan a viajar con aquellos que enlazan de México. Y todo esto ¿por qué?¿por una nariz mocosa? Que me lo expliquen, porque fuera de lo ocurrido en el país centroamericano, donde ha fallado más la sanidad que haya podido ganar el virus, esta maldita (y maldecida) gripe tiene la mortalidad de una gripe común: cero. ¿Se conoce algún caso en Europa que haya supuesto el ingreso hospitalario del paciente más allá de las precauciones por el miedo? ¿quién es o quienes son los responsables de todo este pánico?¿es una consecuencia del individualismo recalcitrante de la humanidad contemporánea?¿son movimientos de los dirigentes y de los grupos de presión para desviar la atención de las consecuencias reales, palpables y graves de la crisis que azota el mundo? Si todo esto es por una gripe más o menos común, ¿qué no tendríamos que hacer con el sida?¿o con el hambre?¿o con las guerras? que esas sí que son lacras y enfermedades que asolan la humanidad.

¿Nos estamos volviendo paranoicos o es que yo soy un irresponsable? Me preocuparían mis hijos, pero creo que tienen más posibilidades de morir por el golpe de una maceta que por la dichosa Gripe A o como narices hayan decidido renombrarla. Que esa es otra, renombrar lo que ya existe es una estrategia para generar el miedo. Tú puedes tener un papiloma, que como te digan que tienes el papiloma M vas a preguntarle al médico, doctor ¿cuanto me queda?

¿QUÉ ES LA FELICIDAD?.

Desde hace algún tiempo he dejado de pensar en muchas cosas que antes me preocupaban. Seguramente debido a las obligaciones y responsabilidades con las que uno va cargándose en la vida, que creo que son las que te hacen dejar de darle vueltas a cosas que hasta hace unos años parecían vitales.

Ahora lo que realmente me preocupa ha pasado a ser un marasmo de decisiones rápidas y ágiles con las que uno se enfrenta día a día y con las que uno intenta sobrellevar fundamentalmente sus tareas laborales, profesionales e incluso personales. Puede sonar frívolo, pero creo que es así.

Se acabaron los tiempos de las flores, podríamos titular, aunque quizás lo que suceda es que cuando uno comienza a embarcarse en cada vez más responsabilidades, éstas son las que pasan a ocupar las preocupaciones en las que se centra la cabeza. Más aún cuando tratas con personas en el entorno laboral sobre las que uno tiene algo que decir y decidir, quizás sea en ese momento cuando todo lo demás pierda la importancia que tenía antes.

Actualmente las preocupaciones de mi cabeza quizás también sean otras porque antes tenía mucho más tiempo para dedicarlo a intentar imaginar algo mucho más fantástico o bonito sobre cómo me gustaría que fuera el mundo, o cómo me gustaría que fuera mi vida, eran los buenos tiempos en los que uno vivía bastante mejor, o quizás diría, de otra forma.

Todo esto no significa que haya dejado de ser importante todo eso que antes pensaba, quizás fue la etapa en la que uno crea o establece sus principios vitales y mentales, lo que sucede es que la vida te lleva por unos caminos en los que te encuentras con otras necesidades y no es que olvides los principios, sino que pasan a otro nivel de importancia.

La felicidad sigue siendo para mi una incógnita sin resolver, ha pasado por diferentes fases y criterios de opinión, pero definitivamente creo que es un estado de ánimo circunstancial que aparece o se siente en determinadas ocasiones en las que uno como persona se siente más contento y satisfecho con uno mismo y con los demás, es un estado en el que la autoestima es elevada. O eso me parece a mi, ahora.

¡Qué buen día hace hoy!. A disfrutarlo...

MICROS


Hoy es feliz por primera vez frente al espejo, estrena complemento: la sonrisa.

6 de mayo de 2009

MADRIDISTA


Soy del Madrid. Un poco el aficionado garrafón y traicionero, que los maldice más que bendice. Un poco el tendido 7 del forofismo. Pero ¿por qué soy del Madrid? Siempre fui un poco chaquetero en esto del deporte, me gustaba ir con el que ganaba, así que mis primeros recuerdos en esto de alentar a quienes corrían tras una pelota, me remontan a un equipo blaquiazul con un portero llamado Arconada. Después, eso es cierto, gracias a Butragueño y su quinta, me hice merengón. Y algo se quedó ahí enquistado, porque ganaran o perdieran seguía siendo madridista. Me he dado cuenta que en el fondo soy de las personas, de Butragueño pasé a Laudrup, el caballero del balón, de ahí a Mijatovic (el futbolista, no el dirigente), después a Raúl hasta llegar a Zidane y ¿ahora? Nadie despierta, ni por juego ni por personalidad, mi forofismo ¿debo seguir siendo madridista aunque las personas que dirigen y los que juegan no son de mi devoción? Y no es una consecuencia del 2-6 reciente (que todavía escuece) es algo que defiendo desde hace décadas. ¿A qué tanto forofismo y fidelidad? Uno ha de ser de las personas, y quizá las personas que merezcan la pena estén ahora en otros estadios. Pegaditos al mar, por ejemplo. ¿Qué culpa tengo yo si admiro más a Iniesta (para mí el mejor jugador del mundo) a Xavi o a Guardiola (al que ya admiraba como jugador) que a los que visten de blanco por la Castellana?¿tengo que seguir diciendo que soy del Madrid? Y el caso, y de ahí que me lanzara a futbolear hoy en el blog, es que me sigo sintiendo, de tercera fila, con el que no pueden contar más que para los éxitos, chaquetero a muerte pero...Madridistas al fin y al cabo. ¿Es que es algo genético o qué?¿tiene cura?¿acabará mi hijo siendo forofo de algún color y le costará desembarazarse de esa rutina?

A todo esto ¡ qué espectáculo el sábado ! que todavía escuece...

Cuando la locaza del dependiente entró en el probador con ella no se sintió lo más mínimo intimidad, ni cuando masajeó sus pechos para destacar como el sujetador los elevaba o le ajustaba el tanga. Estas preciosa, nena, sentenció antes de dejarla sola. Después escuchó a una dependienta llamarlo: Ernesto, tu mujer, al teléfono, que el peque tiene fiebre.

5 de mayo de 2009

EL TRAJE


Si me preguntaran diría que no uso traje. Pero no es cierto, uso traje, lo que no uso es la corbata. Tengo la costumbre de pensar que todo lo que cuelgue de mi cuerpo debe tener una utilidad. ¿Cuál es la utilidad real de la corbata?¿evitar que una gota de aceite de la comida caiga sobre la camisa?¿servir de cinta para el pelo a padrinos borrachos? Me gusta comprarme ropa, pero la ropa que llevo sirve para algo siempre, cubrirme la piel, darme calor, evitar que me queme el sol. No uso anillos, ni pendientes, ni collares, ni pulseras y desde que tengo móvil, ni reloj. Pero pantalones de traje, camisa y hasta chaqueta, llevo. Por suerte en el trabajo puedo relajarme en la vestimenta. Y siempre ha sido así, no sé si por suerte o por convencimiento. Así que puedo ir un día con vaqueros y con camisa y al día siguiente con traje a rallas y chaqueta. El caso es que recuerdo una anécdota con esto del traje que pasó hace muchos años y de la que me sigo acordando. Como ya he contado en otro artículo, mientras fui estudiante tuve toda suerte de trabajos. En ninguno, como era de esperar, era necesario el traje, así que empecé a utilizarlo cuando terminé la carrera y descubrí el fascinante mundo de la entrevista de trabajo, que ya hablaremos otro día de él. Un día me crucé con una vecina en el ascensor. Iba con mi traje negro, mi camisa blanca, impecable a una de las muchas entrevistas que hacía. Me miró, sonrió y dijo, vaya, por fin tienes un trabajo de verdad. Yo la miré a ella y me callé, porque como decía mi abuela, en el pecado tenía la pobre la penitencia, pero bien podría haberle comentado que precisamente en ese momento estaba en paro, que no sé que es lo que había estado haciendo durante estos años con los abuelos, cuidando a los niños para que no se ahogaran o colocando las latas del atún que ella le echaba a las ensaladas. Incluso me sentí afortunado, coño, me dije, si me han pagado sin tener un trabajo de verdad, ¿qué será ahora cuando lo tenga? Y cosas del destino, aquella entrevista salió bien y fue el principio de mi primer trabajo de verdad, según mi insigne vecina. Imagino que el tiempo que me viera sin usar el traje seguiría pensando este pobre ¿nunca encontrará trabajo?

MICROS


En un gesto inconsciente se acaricia la tripa yerma, y maldice las ironías de la naturaleza, hoy, precisamente hoy, le ha bajado la regla, el día de la madre.

4 de mayo de 2009

MI AMANTE DE HIERRO


Tienen la luz encendida. Pero ella los ojos cerrados. Gime contenida, como siempre, apretando los dientes, intentando no emitir sonidos, algo preocupada por el posible ruido de la cama. Con los dedos reconoce el cuerpo extremadamente musculado de su amante. Los hombros, los brazos, el pecho, la cintura, los abdominales, que se contraen rítmicamente con las embestidas. Es un buen amante. Tierno e intenso, que consciente de la situación ha llevado las riendas del encuentro desde el principio, desde el primer beso, cuando todavía estaban vestidos, hasta los que han acompañado después a la ropa en su caída. En las primeras caricias, con la intensidad creciente, o como se ha dedicado a su cuerpo, a sus pechos con una pericia que no recordaba, a los pies, a las nalgas, con mordiscos tan certeros que casi han terminado con su comedimiento en forma de algún gemido excesivo. Después la puso sobre la cama, ya desnudos ambos, las piernas ligeramente entreabiertas, lo suficiente como para que su cabeza cupiera entre ellas, y se entregó a su coño con paciencia. Primeros besos húmedos, preparando un terreno que ya no necesitaba demasiada lubricación. Después la lengua, arriba, abajo, constante, incisiva, algún dedo despistado que se iba colando, buscando los huecos exactos, con la velocidad correcta, con la dirección adecuada. Ella acariciaba su pelo en un gesto de empatía con una mano mientras que con la otra se ayudaba de la almohada para ahogar sus gemidos. El placer se iba sobreponiendo al remordimiento acostumbrado. Si se hubiera dejado llevar tal vez hubiera agradecido el sexo oral con la misma moneda, pero el amante es consciente de la situación en la que se encuentra y no le ha dado tiempo. Ha dejado, eso sí, que la mano la acariciara un poco antes de que el preservativo la cubriera, para cerciorarse de que la excitación es bidireccional. Para penetrarla se ha tomado su tiempo. Ella seguía tumbada, las piernas algo más abiertas, él arrodillado. Con la polla ha ido preparando el camino, y ese calor, pese al látex, ha multiplicado en ella la necesidad de ser penetrada. Se ha agarrado a las sábanas en espera de esa primera entrada, que ha sido certera e intensa. Después unos segundos para acomodar sus cuerpos y el comienzo del baile. Él ha humedecido sus dedos para acompañar a su polla en el juego con unas rítmicas caricias en el clítoris. Ella era capaz de controlar sus gemidos hasta hace unos segundos, cuando el orgasmo se ha acercado sin que las pequeñas punzadas de remordimiento puedan tan siquiera discutirle el reinado un mísero suspiro. Arquea su cuerpo para recibir con mayor intensidad los golpes de cintura, para abrazar con todas sus fuerzas la polla que está acabando con su sentido del control. Gime sin poder remediarlo. Las embestidas son salvajes y se agarra a la cintura de su amante, quien sabe si para mantenerse aferrada al mundo, a la realidad. Él no va a correrese, pero no le supone un problema, más bien al contrario, en algunos casos le parece un desperdicio y le gusta reservarlo para otras situaciones. Cuando por fin ella se corre él mantiene ligeramente el ritmo, con embestidas suaves. Ella va recuperando la respiración y se miran a los ojos. Con las mejillas sonrojadas sonríe, él entiende el agradecimiento y abandona su cuerpo con la misma discreción que lo ha ido haciendo todo. Se viste mientras ella, recuperado el aliento, se encoge, tapándose ligeramente con las sábanas, en un gesto que visto lo visto podría ser ridículo, pero que está cargado de ternura. Vestido ya se despide con un beso tierno en la mejilla, y dejando que sus dedos, todavía eléctricos sobre su piel, recorran un poco la cadera. Deja la puerta entreabierta y sale al salón. Allí le esperan. Un hombre sentado en una silla de ruedas, en la penumbra. Con la poca movilidad que le regaló el accidente señala un sobre. Lo coge, sonríe y abandona la casa. Cuando la puerta suena el hombre de la silla de ruedas suelta un pequeño suspiro y una lágrima recorre su mejilla, irónicamente sensible al deslizar salado. Mira una fotografía donde la mujer que intenta evitar el llanto y él se abrazaban sonrientes, unos meses antes de que un accidente le impidiera para siempre salir sudoroso de esa habitación.