28 de noviembre de 2013

MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (El poeta de guardia)


Dios los cría y por sus astas se juntan



El Gobierno Popular,

según Montoro ha anunciado

con esa risa malévola

de torturador fascista

y a un tiempo tonto de baba

que esgrime con desparpajo,

va promulgar un decreto

para tratar, con la poca

vergüenza de que hacen gala

los de El Caudillo y Santiago

y cierra España y rosario

en la Almudena con Rouco,

de enmascarar sus vergüenzas,

esas vergüenzas que tanto

Luis el Cabrón ha aireado.

"Nuestra intención –ha afirmado

el hacendoso ministro-

es que el español olvide

que hubo contabilidades

y programas de gobierno

de esas que hoy de una manera

coloquial nominan “A”,

cambiando el abecedario.

A partir de esta reforma

nada de aes, haches, ye-yes,

zetas, pes, jotas ni gaitas,

sólo quedará la “B”

–caja B, plan B, B B

para nombrar al "bartido"-

y, para el uso exclusivo

de este ministro, la ge.

Je, je, je, je, je."



27 de noviembre de 2013

HUMILLADO


Humillado. Así se sentía. Estaba sentado en la cama mientras el día se desperezaba sin demasiada prisa. La ciudad parecía adormilada, si no fuera porque los coches, como un pulso eterno, rompían de vez en cuando la paz nocturna. Se estaba calzando las botas y el traje. Pero no era un día normal. No. Era el día de la huelga. Una huelga general más que justificada, con una patronal insensible y escudada en una crisis que era la panacea de todas las vueltas de tuerca. Él quería estar en la calle, detrás de una pancarta, reclamando sus derechos, lo que es justo, lo que procede, lo que corresponde. Pero le pudo el miedo.Y el entorno, que le pedía sensatez. No lo hagas, mira tu situación, ¿y si te echan? Y todos esos bla bla que vienen desde el inmovilismo timorato. Accedió y trabajó. Con recelo, con rabia, con angustia por traicionar sus principios y por estar cavando la tumba de su propia conciencia. Pero allí estuvo. Hoy han pasado meses de aquella mañana. Y está, otra vez, sentado en la cama. El día ya ha despuntado desde hace hora, pero ahora ya no necesita madrugar tanto. Ni hay botas que calzarse, ni traje laboral porque ya no hay trabajo. Mira al frente y ya no encuentra energías para sentir rabia. La humillación, la profunda y dolorosa humillación, puede más que nada.

MICRO (HUMOR PROPIO)

21 de noviembre de 2013

MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (El poeta de guardia)


ALMAS JEMERES



No hay nada que juzgar. Pol Pot no fue

jamás un dictador ni un genocida.

Fue más que nada un héroe

que arrancó, gobernando con firmeza,

la patria de las sucias

zarpas de los traidores.

Los desaparecidos, los cadáveres

o aquellos que sufrieron

de exilio o de tortura

fueron el sacrificio necesario,

eso que ahora llamamos daños colaterales, para una patria grande, unida y libre.

Por supuesto que a todo

aquel que lea estos versos

habrán de parecerle, cuando menos,

un vasto, ingnominioso despropósito

merecedor del más grande desprecio.

Rectifiquemos, pues, y, pretendiendo

la aprobación del público,

comencemos de nuevo.

No hay nada que juzgar. Francisco Franco...

20 de noviembre de 2013

PODRÍAS SER TU


Dobla la esquina decidido. Atrás queda el ajetreo de una ciudad que huele a fiestas navideñas por todos los dígitos, los datófonos humean insensibles y las compras nos hacen olvidar un año duro, el último de una cadena que algunos llaman crisis. Lleva cuatro o cinco bolsas en cada mano. Está contento, ha terminado las compras en una tarde. Llovizna un poco y el frío arrecia. Acelera el paso, el coche está en el parking, todavía hay que salir del centro, peregrinar por la circunvalación y llegar a la zona residencial donde le esperan su mujer y sus dos hijos. En un portal hay un hombre con esa edad indefinida que tienen los vagabundos. Larga barba y pelo canoso y sucio, igual de largo. Se miran. En sus ojos hay cierto rencor, o eso parece adivinarle en esa especie de sonrisa irónica que dibuja su cara los dos o tres segundos en los que se cruzan sus miradas. Parece como si quisiera contarle algo y él se pregunta como puede un hombre terminar así, cómo puede abandonarse de tal modo, pero sigue caminando. Su vida acomodada le espera.
Luego todo pasó demasiado rápido. La empresa fue comprada. Un ERE que le pilló en fuera de juego. Devolver el coche, el portátil, el futuro. Un despido con lo que marcaba la ley. Su mujer, que descubrió aquella infidelidad con la secretaria en el peor momento de todos. Unas maletas hechas con mucha prisa. Tres tardes a la semana de visita. Media docena de puertas, que esperaba abiertas, se cerraban con más o menos violencia. Un millón de entrevistas y un teléfono que dejó de sonar. Primero un apartamento, después un hostal y cuando quiso darse cuenta, ya no tenía para pasarle la pensión a sus hijos. Una reclamación judicial, una pérdida de los derechos. El alcohol como absurdo salvavidas. Los bancos dejaron primero de llamarlo de usted y después un seguridad le impedía la entrada. Ya nadie recordaba haberlo conocido, nadie reconocía aquel negocio exitoso, aquella convención al otro lado del océano. Ya ni él mismo se recordaba con traje y corbata. El pelo empezó a crecerle y ni tuvo ganas ni motivos para cortárselo. Con la barba ocurrió lo mismo. La primera noche que durmió en la calle fue incapaz de conciliar el sueño. Dos meses después ya se mueve con cierta soltura en los submundos de la ciudad. Lo peor es la lluvia, y el miedo a perder lo poco que le queda, cuando la dignidad ya es una quimera. Es navidad y la ciudad huele a polvorones desmemoriados y a felicidad transitoria. Está en un portal, intentando que el frío no le hiele el ánimo. Un hombre trajeado, de mediana edad, dobla la esquina. Va cargado con multitud de bolsas. Su caminar es firme. Cruzan las miradas un segundo. Él hombre la esquiva y él sonríe, podrías ser tú, amigo, podrías ser tú, le dice con una sonrisa irónica y en silencio.

MICRO (HUMOR PROPIO)

14 de noviembre de 2013

MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (El poeta de guardia)

Cuchilladas



la verja de Melilla

y otras tantas

tienen sus días contados



bien pronto las fronteras que separan

con celo criminal

nuestro egoísta mundo de primera

de la pocilga inmunda en la que se hayan confinados los parias se habrán de desplazar de latitud mudándose hacia el norte



y cuando ocurra amigo

cuando esto ocurra a ver

tú que no puedes ver que no soportas

a tanto puto negro a tanto moro

de mierda deambulando por las calles

que iluso en tu narcosis consideras

tu propiedad privada

a ver amigo entonces de qué lado

estás de la alambrada

13 de noviembre de 2013

BREAKING BAD Y EL SUSTO TIJOUX


Ya habían pasado una cena, un par de cuentos, unos dientes bien limpitos, unos besos de buenas noches, unas risas de última hora, dos lavadoras, un lavavajillas y una secadora. La ropa del día siguiente en boxes. Era la hora de nuestra cita diaria con Walter Wait y Jessy Pigman. Cuarta temporada (Breakingbad). No recuerdo si cuarto o quinto capítulo. Mediado el mismo, en gloriosa postura horizontal sobre el sofá, suena mi teléfono móvil. La melodía se coló de forma brutal en el salón. Eran casi las doce de la noche. Intenpestiva hora donde las haya para una llamada. Con abuelos setenteros con marcapasos y transplantes, y hermanas, primos y amigos por ahí en aviones, coches, autobuses y bicicletas, como que una llamada a esas horas, al menos a mí, me pone el corazón a mil. Mientras caminaba hacia el teléfono, que siempre dejo en la entrada para no olvidarlo, notaba los latidos en las sienes. Y curiosamente, según me acercaba al teléfono, el sonido se alejaba. Tuve un momento de confusión. Imágenes veloces en la serie. Ana Tijoux y su 1977 torturando mi serenidad. Hasta que mi pareja se dio cuenta y me lo hizo saber. Larrey, es la serie. La madre que parió Vince Gilligan, mira que hay canciones en el mundo para ilustrar el devenir de los personajes y ¿tiene que elegir la melodía de mi móvil?¿alguien más conoce a Ana Tijoux? En fin. Volví al sofá, sí, pero no volvió a ser lo mismo. El corazón seguía latiendo con fuerza y creo que no recuperé el pulso normal hasta que Morfeo me acogió en su seno.

Ah, os dejo un link de la escena, y también otro para que conozcáis a Ana Tijoux... 

MICRO (MATEO EL ATEO)

6 de noviembre de 2013

ERE QUE ERE


 Si habéis sido universitarios seguro que os suena esta sensación. Salir de un examen convencido de que habías suspendido. Pero pasar los días e instalarse en ti una absurda esperanza de que tus respuestas erróneas se transmutaran por arte de birlibirloque en aciertos y terminar aprobando. Luego, llegar el día en que las notas cuelgan en un tablón, correr, usar el dedo para no fallar de línea y confirmar el suspenso con el dolor de una sorpresa y una decepción. Y duele igual o más. Pues eso me ha ocurrido en el trabajo. A mí y a 30 de mis compañeros. Nuestra empresa fue vendida a un postor con poco interés por lo que hacemos. Sabíamos que nos iba a tocar a buena parte de nosotros, incluso algunos departamentos tenían todas las papeletas. En cambio nos llegó el día de las notas y cuando la versión laboral de Mercedes Milá nos confirmaba nuestra nominación, entramos en una barrena de tristeza y autoestima dolorosa. A mí la noticia me pilló en el extranjero, celebrando mi cumpleaños en Lisboa. Estábamos en Belem cuando el director financiero me informaba del regalito. Mi hijo me miró la cara desencajada, le expliqué que a Papá iban a echarlo del trabajo y rompió a llorar. No era una tristeza de "me quedaré sin regalos", sino la tristeza de ver a su padre laboralmente desamparado. Parado, que gracia, que parado y desamparado se parezcan tanto. Logramos reconducir con la falsedad que solo unos padres logran en situaciones de este tipo, diciendo que era una oportunidad para que su padre cambiara números por letras. Y me cogió de la mano, muy fuerte, y me dijo, "papi, tal vez Papa Noel te regale un trabajo, no te preocupes". Tengo el alma tan encogida que tengo miedo de que se me quede atascada en un ventrículo y no salga jamás de allí. Ahora, por ellos, por ella, levantaré la barbilla y con toda la dignidad del mundo me lanzaré a buscar un trabajo que haga que mis hijos vuelvan a sentirse orgullosos de su padre.

MICRO (HUMOR PROPIO E INDIGNADO)