31 de julio de 2009

EL TETRIS


El Tetris es como las hemorroides, que se sufren en silencio. No lo reconocería nunca pero estuve cerca de la adicción con este jueguecito. Me hastían los juegos de ordenador sobremanera, en cambio este me enganchó, tanto que llegué a tener el síndrome de la ficha descendente: cerrar los ojos para dormir y ver figuritas descender. Supe lo que era la frustración de saberte siempre en esa pantalla imposible de pasar (la dichosa 23), la insana envidia de conocer a quien lo hizo (eh, este tipo pasó la 23) o la mala leche de darte cuenta de que esos cinco duros eran los últimos antes de pasar a la reserva activa, esto es, el mundo del mirón. Fueron dos veranos, tal vez tres, pero llegué a desarrollar cierta técnica en el jueguecito, no niego que se me daba bien. Ahora me entero que tiene una historia detrás de lo más interesante. Lo inventó un científico ruso (Alexei Pajintov) en sus tiempos muertos del trabajo, que con ese apellido uno tiende a pensar que luchaba de otro modo más onanista contra el aburrimiento. Después sus rusos jefes vieron el filón y crearon una empresa para explotarlo: Elorg. Su inventor se aburrió del telón de acero y pasó al bando yanki para fundar la Tetris company. Lo más interesante del juego, fuera de su peculiar origen, es su utilidad real fuera del ocio, porque para jugar se utiliza (cito textualmente: El país) la misma parte del córtex motor que usamos cuando queremos mover un objeto de verdad. Resulta que el estrés postraumático tiene una forma bastante común de evidenciarse, y es con la repetición, en lo que llaman memorias intrusivas, una y otra vez de la escena vivida. Por ejemplo, un accidente, repites una y otra vez, de forma imprevista, la secuencia del coche desplazándose, el sonido de las ruedas etc. Pues para eso es muy útil el tetris, pues amortigua el efecto real de estas memorias intrusivas. Se está demostrando su capacidad terapéutica desde el 11S. Así que, además de altamente adictivo, porque como dicen expertos como el citado en el artículo (Eric Demaine) es un gran desafío intelectual, puede tener utilidades terapéuticas. Ya no esconderé mi viejo vicio, total, lo hice por mi salud mental…

MICROS


¿Qué piensa hacer ahora que la lotería le ha hecho inménsamente rico? Leer...

Nota: este será el último dardo del capitán hasta su vuelta de vacaciones.


Todo vale

Abochornado escucho a Esperanza Aguirre hablando de Zapatero como sindicalista piquetero y retrógrado para luego declarar que le ha llamado para pedirle disculpas. Abrumado leo que el presidente de la CEOE dice que no aceptará el chantaje del gobierno en la mesa de negociaciones del diálogo social.

La lucha social de los trabajadores ha sido clave desde el desarrollo de la Revolución Industrial para la consecución de una serie de derechos y libertades que les costaron sangre, sudor y lágrimas a nuestros antepasados y de los que nosotros podemos disfrutar.

Antes de la lucha obrera el patrón explotaba impunemente a los trabajadores y se dedicó durante años a perfeccionar las técnicas industriales al máximo con tal de conseguir el máximo rendimiento y en consecuencia el máximo beneficio. Los sistemas de producción se mejoraron y en las fábricas se impuso el trabajo mecánico y tasado temporalmente con el objetivo de producir más y mejor en menos tiempo y coste de producción. Hubo teóricos de ese sistema de producción, entre los que Taylor y Ford son quizás los ejemplos más significativos.

Paralelamente se desarrolla la lucha obrera, clave para ella es el asociacionismo, porque como bien dice el dicho la unión hace la fuerza. Aquí también hay teóricos que parten de la lucha obrera y que con el tiempo establecen fuerzas políticas que defienden unos derechos básicos del trabajador como trabajar menos de 12 o 14 horas, poder descansar los domingos, etc, y que al final acaba embocando en una teoría política de defensa e incluso imposición del obrero en la lucha política y social.

Trabajar unas 8 horas, descansar al menos los domingos, tener derecho a un subsidio en caso de desempleo, el derecho a cobrar el sueldo en el caso de sufrir un accidente o baja laboral y toda una serie de beneficios sociales, laborales y políticos para los trabajadores no fue cosa de un día ni unas horas.

Para conseguir todo esto que tenemos ahora y que tantas veces criticamos sin darnos cuenta de lo afortunados que somos hubo mucha gente que se dejó la vida en ello, literal. También hubo muchos otros que estuvieron encerrados en cárceles muchos meses y años y otros cuantos que se dedicaron a teorizar y defender una serie de principios básicos que derivaron políticamente en las teorías socialistas, comunistas e incluso que la derecha europea más moderada en la Europa de la posguerra asumió como valores y principios desde la óptica de un cristianismo social.

Por todo esto convendría que todos estos señores defensores del nuevo liberalismo económico y político, que consideran al que opina diferente como analfabeto y ser inferior, sin criterio ni valores y defensor de un pasado trasnochado, que enfrente estamos muchos y que sus delirios de grandeza y poder no nos asustan.

Y deberían saber que ni sus amenazas, ni sus advertencias, ni sus exigencias autoritarias, ni sus premoniciones apocalípticas nos van a hacer renunciar a lo que tenemos porque nos ha costado mucho, e incluso que aún queremos más.

Empresarios, negocien y piensen que con 800 euros que pagan a mucha gente no se puede vivir, y que se pueden dar con un canto en los dientes ya que gracias a la apatía social, entre la que me incluyo y de la que me culpabilizo, llevan viviendo mucho tiempo sacando mucho beneficio a costa del esfuerzo de todos. Piensen que sin nosotros no son nada.

Y a Esperanza decirle que aún sigo sin entender como puede ser la Presidenta de la Comunidad de Madrid, aunque precisamente esa es la grandeza que tiene la democracia.

Reaccionemos de una vez.

Verano y libros

Hay gente muy ocupada durante el año que aprovecha las vacaciones para leer. No es mi caso, yo no estoy ocupado.
Si ustedes lo están, me consta que Larrey sí, les voy a recomendar un ensayo de un profesor universitario francés, Pierre Bayard: CÓMO HABLAR DE LOS LIBROS QUE NO SE HAN LEÍDO. No se trata de una broma en plan Cómo adelgazar follando, no. Es un ensayo publicado en la colección Argumentos de Anagrama.



El libro está lleno, paradojicamnete, de citas de libros que incitan a la no-lectura, sino a la recreación, a la imaginación, con hojear basta. A veces con mirar la portada y conocer algo del autor es suficiente. A mi me pasó con Saber perder de David Trueba.

Me hicieron especial gracia dos citas a sendas películas. El tercer hombre, cuando el protagonista se ve obligado a dar una charla sobre sus libros y sus admiradores le preguntan. En reaidad le han confundido con otro autor con el mismo apellido. Atrapado en el tiempo, cuando Bill Murray se entera de que a la chica le gusta la poesía italiana del diecisiete, al día sigueinte - para él el mismo día - le recita un par de versos y a correr.

Larrey, cuéntanos cómo es tu relación con el Día de la marmota.

30 de julio de 2009

CERTEZAS


Me muevo bien entre la incertidumbre, entre las dudas. La certeza me provoca mareos. Creo que me pasa como a los marineros en tierra, un principio demasiado indudable hace que la tierra tiemble a mi paso. Eso no quiere decir que no tenga ideas inmutables como cualquier hijo de vecino. Mi ateismo está a prueba de cualquier duda. El amor a mis hijos. Y poco más. Lo demás todo es mutable, susceptible de cambiar. Además, mi cerebro es una especie de emule de las ideas, porque las robo sin el más mínimo remilgo. No olvido referenciar el origen y jamás me vanaglorio de ellas, pero van construyendo entre todas la forma de creer en las cosas. Me gusta cuando alguien me hace cambiar de idea. Cuando una reflexión hace que algo que tenía claro deje de tenerlo. Me paso recientemente con otra carta al director de mi diario de siempre. Versaba sobre el caso del director de orquesta británico que decidió suicidarse (inducido desde una clínica suiza). Desde mi punto de vista era legítimo que lo hiciera, y humano y razonable que haya un lugar donde hacerlo con dignidad y en un ambiente agradable y sincero. El lector se preguntaba, entonces, si la edad adulta era el único requisito, ¿qué pasaría con gente que quiera suicidarse por amor, pero por amor no comprendido?¿esta clínica asistiría la muerte de una mujer de 20 años abandonada por el que creía era el amor de su vida? No recuerdo sus planteamientos exactos, pero esa era la idea. Y me hizo dudar, claro que sí, como siempre. Porque no le falta razón, y tendríamos que recurrir a una especie de comité ético, que como todos los comités éticos acabaría siendo pasto para las creencias religiosas que a la postre condenarían al fracaso tan loable idea. Una vez más, de una certeza absoluta (la clínica es una obra social) pasé a la duda, ¿no será una herramienta también para lunáticos y descentrados con dinero?¿o un sumidero para todas las creencias del más allá? Dudar, sí, dudar es lo mío.

MICROS


Cuando logró por fin la inmortalidad lo primero que pensó fue en suicidarse.

29 de julio de 2009

EL PAIS EN EL MUNDO


El mundo no está en El país y a la inversa. Un día alimentando noticias. Muchos profesionales, refutados, más o menos independientes, más o menos fieles. Y dos portadas semejantemente diferentes. La del Mundo la componen siete noticias. La del País ocho. Apenas un 30% de ellas coincidentes. Ahí encontramos el primer escalón de diferencias. Para EP Sarkzy merece la foto central mientras que para EM la merece Contador, que curiosamente no lleva el maillot amarillo del tour, porque lo lleva la voz de su amo, digo la Presi de ésta su comunidad. Que EEUU y China planeen las bases del nuevo oren mundial no es noticiable para EM, y para EP no lo es que dos menores salgan a la calle nueve meses después de matar a una compañera. EM le da más importancia a estas noticias, incluyendo la de Julia asesinando a navajazos a su amiga Leonor, que EP, que emplea una parte significativa de su portada para autopromocionar su interior. Después EP regala el gran titular (por el tamaño de la letra y el contenido interior) a los tres guardias civiles implicados (supuestamente) en la trama de espionaje del que se acusa ¿lo adivinan? al PP madrileño. EM, en cambio, tiene casi la mitad de sus noticias favorables o relativas al PP (Esperanza, intención de voto, Rajoy…) Nos quedaría ver el tratamiento de las noticias coincidentes, el resto de los peldaños de la escalera. El PSOE cae por debajo del PP en intención de voto, letras grandes (las mayores de la portada) y editorial y página interior. EP cita al CIS, como si este fuera el culpable o el que lo dijera, en letras mucho más pequeñas, para anunciar la caída de intención de voto socialista. Pero mientras uno habla de de que todos los ministros suspenden el otro habla de los años que le ha costado al PP alcanzar este buen resultado en intenciones. Huelga decir quien es quien. Otra noticia coincidente: el brote de gripe. EP habla de los consejos que da el gobierno y EM de que el gobierno sólo garantiza la vacuna para niños, embarazadas y enfermos…claro, que luego aclara en letras sensiblemente más pequeñas que también a personal sanitario, bomberos, funcionarios de prisiones, conductores de transportes públicos y policías. Hay más en la lista secundaria que en la primaria. EM además, habla ya en portada, del valenciano que es la sexta víctima mortal, cosa que EP reserva para las páginas interiores. En fin, que cada uno busca la noticia dónde y como la quiere encontrar (desde luego yo lo tengo claro) pero ¿sabéis donde no hay una sola diferencia? en la publicidad, un solo anuncio, margen inferior derecha, mismos centímetros de alto, mismos centímetros de ancho…

MICROS

Gritando a pleno pulmón se dio cuenta de que, hasta entonces, había estado tarareando la vida.

28 de julio de 2009

¿QUIEN ME HA ROBADO EL BANCO?


Hay calles por las que uno pasa una y otra vez sin percatarse demasiado de su composición, de su orografía, de sus rincones, de sus encantos y hasta de sus miserias. Son un lugar de paso. Están ahí. Sin más. No ocupan un lugar relevante en tu vida, ni en tu memoria. En cambio, un día llegas y hay algo que no te cuadra. Algo que no está bien. Y no sabes qué es. Pero hay algo que falla. Y el paseo transitorio se detiene, porque te sientes desconcertado, puede que hasta traicionado. Recapitulas y caes en el detalle. El banco en el que tal vez jamás te sentaste, en el que jamás buscaste cobijo del sol, donde quizá nunca te sentaste a leer el periódico, ya no está. Y sientes que la calle no es la misma. Alguien ha robado ese banco, lo ha usurpado de tu rutina, de tu pasear diario camino de cualquier otro lugar. Y lo echas de menos. Es incomprensible, pero lo haces. Porque necesitas que la calle sea la misma. Entonces piensas todo lo que pudiste hacer con el banco, las tardes que no te sentaste a ver como tu hijo aprendía a corretear. Las mañanas de domingo que no aprovechaste la sorpresa del sol invernal. El trabajo es como esa calle. Vas un día tras otro. Trabajas, te relacionas forzadamente, puede que hagas alguna amistad duradera, pero lo normal es que sea la distante rutina la que marque tu relación con el resto. Ellos son para ti y tú eres para ellos, un banco en la calle, la calle por la que pasas todos los días. Y esos bancos un día desaparecen. Y los echas de menos, claro, pero es el ciclo de la calle, de la vida. Pero hay casos en los que resulta más doloroso, porque ves como los operarios se acercan, como revisan todos los bancos de tu calle para seleccionar, hasta hay un momento en el que tú piensas serás uno más de ellos, incluso alguno de los elegidos puede que signifique algo más que la rutina. Cuando están marcados ya tienen una fecha de caducidad, y esperas el día en el que la grúa de la insensibilidad capitalista venga con sus hierros y se los lleve. He visto muchos bancos en mi calle, y a todos, a los que se fueron hace tanto tiempo y a los que acaban de hacerlo, los echaré de menos. Hasta que un día sea yo ese banco que desaparece y, quién sabe, tal vez alguien pasee por la calle, mire a un lado y a otro y diga, eh, aquí falta algo.

MICROS


¡ Te quiero !... y nadie contestó.

27 de julio de 2009

AYUDAR A UNA AMIGA


¿Cómo definir su amistad? Se podría decir que son amigos del alma, pero más bien habría que hablar de amigos en cuerpo y alma. Porque su amistad, imperturbable, intachable desde que se conocieran en el instituto, ha estado jalonada por no pocos encuentros de la piel. Siempre incompletos, siempre tan furtivos como inevitables; tan temidos como gozados. Sin que ninguno de ellos cambiara lo sustancial de su amistad, por encima de las rencillas y del deseo. Han tenido sus parejas más o menos estables, más ella que él. Porque ella, pese a que todavía no ha encontrado el hombre de su vida, lo ha ido buscando en cada polvo. Así que ha tenido que soportar varias veces eso de, tío, de verdad, esta vez en serio, este es el hombre de mi vida. Ya, esta es la polla que te vas a llevar a la boca hasta en las próximas semanas y poco más. Porque en el sexo, fuera o no furtivo, había una sinceridad impropia entre personas de distinto género. Este tío me come el coño como si fuera una licuadora, que me da que me quiere deshacer los labios. O esta tía no ha comido una polla en su vida, que parecía que le daba pena metérsela en la boca. No había tema que se les resistiera. Nene, he probado el sexo anal y te voy a dar la razón, ¡ me ha gustado ¡ De hecho eran el confidente el uno del otro. Sabían más de sus deseos, confesables o inconfesables, que cualquier otro ser humano. Y desde hace unos años el tema de la bisexualidad es el centro de sus confidencias. Ella lleva tiempo rondando la idea de gozar el cuerpo de una mujer. Y no de una mujer cualquiera, porque en eso sus gustos son mucho más exigentes que con los hombres. Tanto han hablado en estos meses que se ha convertido en el centro de casi todas sus conversaciones. Incluso ahora, que de nuevo ella parece haber encontrado el hombre de su vida. Este me come el coño como si le fuera la vida en ello, me corro a los dos minutos nene, este es el definitivo. Tal vez por eso está tan obsesionada con la idea de montárselo con una mujer. Es como si de verdad temiera que fuera el hombre de su vida y la fidelidad le impidiera cumplir este sueño recurrente. Mira, ¿qué te parece ésta? señala él en la plaza mientras toman un helado. No, demasiado alta, si le como el coño en un 69 el mío le va a llegar al ombligo. O en el metro: no, las tetas son demasiado pequeñas. ¿Y aquella otra?, a la salida del cine, ummm, esa me gusta, caderas potentes, piernas largas y hermosas, buen pecho, labios carnosos, pues sí, sí, esa es una buena candidata. Así, medio en broma, medio en serio, han ido desgranando los gustos de la señorita, mientas se adentraba en una nueva relación estable. El cine también se había convertido en un punto de intercambio de deseos. Mira, te he bajado un par de películas de esas de mujeres con orgasmos a chorros, las he llamado Los puentes de Madison y Memorias de África, para que tu chico no se interese mucho por ellas. Un día, en la oficina de él, apareció una mujer que cumplía todos los requisitos. Era alta, pero no demasiado, guapa pero no una princesita, con un cuerpo potente y generoso en las curvas, pero sin la más remota presencia de la grasa. Y lo que era más inquietante y más sugerente, parecía una mujer alegre y desinhibida. La encontré, le dijo un día por teléfono, mientras la describía. Es la mujer perfecta. Ella, al otro lado, no pudo evitar fantasear. ¿Me haces un favor? le pidió, descríbemela. Y lo fue haciendo. Al otro lado sentía los jadeos de su amiga. ¿Te estás masturbando? Sí, por favor, sigue. Y mientras él describía el color chocolate de los pechos, la sugerencia de sus caderas, ella más y más se fue excitando, hasta que tuvo un revelador orgasmo. Entonces él entendió que era el momento. Fue tensando la cuerda en ambos sentidos. Primero tonteando como él solo sabía con su compañera de trabajo, que para rizar el rizo, acaba de salir de una mala relación, así que era carne de cañón. En menos de dos semanas ya se estaban quedando a tomar unas cañas a la salida del trabajo. Sexo, la palabra sexo tenía que entrar en cualquiera de las intrascendentes conversaciones. Era el anzuelo. Al tiempo con su amiga fue dejando pequeños mensajes, pequeñas sondas para alimentar el deseo, que si que guapa ha venido hoy su compañera, que si ¿no se habrá operado las tetas? porque venía con un escote. Tirando de un lado. Y del otro. Una noche acabó en la cama de su compañera. Y de verdad merecía la pena. ¿Qué tal la chupa? le preguntó cuando supo lo de su encuentro, no sin cierta envidia y hasta celos, por primera vez en su vida. Como nadie, princesa, como nadie. ¿Te corriste en su boca? No, en las tetas, ¿y sabes que hizo? jugó como mi polla y el semen, y no como algo estudiado, de verdad parecía gozar de pasárselo de una teta a otra. Fue la segunda vez que se masturbó al teléfono en su vida. Los encuentros se fueron haciendo más constantes, formaba todo parte de un plan. Ella quería cada vez más detalles de esos cruces. ¿Vas a probar el sexo anal?¿te ha hecho una cubana?¿se ha corrido en tu boca?¿le has comentado lo de hacer un trío…? Ahí estaba la clave. Era el anzuelo final. Una noche, de las que habían quedado para follar como locos, porque su compañera afirmaba no buscar otra cosa, apareció en su pequeño apartamento con un par de películas. Quiero que veamos algo de porno, concretamente los puentes de Madison... Pareció encantada. Te la voy a mamar como nadie te la ha chupado mientras esas guarras hacen de las suyas. Y las guarras eran todas en femenino, porque todas las películas se centraban en mujeres follándose. Así, al final, fue ella quien terminó corriéndose en la boca de él, absorta y subyugada por las siliconadas escenas. ¿Sabes que una vez me lo monté con una tía? ¡ Bingo ¡ ¿Sí?¿te gustó? Mucho, muchísimo, creo que hasta me dio miedo y por eso no lo volví a probar. Había mordido definitivamente el anzuelo. Ahora se trataba, una vez más, de ir tensando la cuerda, a un lado y al otro. La culminación del plan fue cuando las juntó a ambas. Fue fantástico comprobar como saltaron chispas desde el primer encuentro. Dos semanas después cenaban en casa de su mejor amiga, con la excusa de una despedida pre-vacacional. Alcohol, bromas, una música suave, algunas caricias, que guapas estáis, me da la impresión de que la piel de vuestros pechos es idéntica, ¿tú crees? El zenit llegó cuando él volvía de buscar la enésima botella de vino. Las encontró tumbadas en el sofá, ardientemente unidas. Ni se percataron de su presencia. Se pusieron en pie, siempre unidas por la boca, dejando prendas por el suelo y se fueron camino de la habitación. Él se sintió orgulloso, satisfecho, había hecho el mejor regalo de todos a la persona que más quería. Cuando se disponía a irse a abrazarse a la resaca en su casa, se abrió la puerta de la habitación y de ella salió su mejor amiga, desnuda. Sin decir nada se acercó a él y lo tomó de la mano. Dentro esperaba su compañera de trabajo, también desnuda…

MICROS


Los bancos, movidos por el espíritu corporativo, decidieron cobrar por cada uno de los servicios prestados. Desde entonces los jubilados debieron descansar en las piedras del parque.

26 de julio de 2009


Mamá, cuando tu eras pequeña ¿dónde estaba yo?; Gael, tres años.

24 de julio de 2009

LEYENDAS


Así se construye una leyenda. Un mito. Ocurrió a principios de verano. Por esas cosas del día a día durante un par de semanas cambié mis rutinas, lo que propició que a la misma hora, todas las tardes, paseara por el viejo parque de mi viejo barrio. La vi el primer día. Bueno, la vi yo y la vio el resto del barrio. Era imposible no verla. Por su figura o por su forma de andar, o por las dos cosas a la vez. Era una mujer joven, sudamericana, de piel morena, tostada. Curvas de vértigo, como diría mi amigo, con las carnes más apretadas que los tornillos de un submarino. Llevaba, como atuendo, un top ajustado, comprimiendo unos pechos que gritaban ¡ libertad ! a cada paso. Pantalones ajustados (¿leggings?) de esos tan, tan ajustados que son para sordomudos, es decir, que se pueden leer los labios. Paseaba a un ritmo frenético y constante, si no fuera por su aspecto, bien pudiera decir que militar. Pelo largo recogido en una coleta. Fue la responsable de no pocas tortícolis aquel día, y más de un pescozón de parientas, ¡ deja de mirarla, carajo ! Indistintamente hombre o mujer, por encima de gustos, llamaba poderosamente la atención. Era imposible no condicionar tu paso o tu conversación, a su figura. Al día siguiente, a la misma hora, en el mismo sitio y con otro modelo, igual de ajustado y llamativo, pasó la muchacha por los senderos del parque. Y así todos los días durante las dos semanas. Cada día un modelo. Pero siempre la misma figura sugerente y el mismo andar decidido e indiferente al aluvión de miradas. Sé que el ayuntamiento tenía previsto ponerse en contacto con ella, por el riesgo que suponía su paso junto a los abuelos que juegan a la petanca. No por peligros cardiacos, sino porque a su paso bajaban la guardia con la bola y más de uno puso a prueba sus reflejos al grito de ¡ apunta mariano, coño, que me abres la cabeza ! Pero un día, desapareció. Y el barrio, que no la necesitó jamás, se quedó como huérfano. Y empezaron los rumores, entre los que la vieron y los que no. En mi viejo barrio no hay curva con muchacha, hay sendero con sudamericana cañón. ¿No la viste? pues yo sí, yo estuve allí.

MICROS


Bañó, dio la cena y acostó a los peques entre sonrisas. Y entonces sí, entonces lloró amargamente en la inmensa cama vacía.

23 de julio de 2009

MIENTRASTUYO


Normalmente, en la vida en pareja, se utiliza mucho la primera persona del plural. Fuimos al cine, iremos a cenar o vamos a deshacer la cama. Eso incluye las infraestructuras relativas a la intendencia. Comprar, cocinar, ordenar y limpiar la casa; todo se hace en tercera persona del plural. Esa es la vida compartida. Pero cuando en esa pareja se instala un hijo y, sobre todo y con gran diferencia, un segundo, de esa primera persona del plural se pasa a la curiosa paráfrasis verbal del mientrastuyo. Ya no hay tiempo. Al día le faltan horas, por no hablar de las que le faltan a la noche, así que a diario se instala entre nosotros el mientras tu vas a comprar yo preparo la cena a los niños, mientras tu vas bañándolos yo voy al trastero a buscar las maletas. La tercera persona del singular poco menos que desaparece; y la recuperas a lo grande, cuando todos, en un milagro de la coordinación, sois capaces de hacer algo realmente juntos. Esos son los días especiales, los grandes momentos de la familia, que son, muchas veces, breves e intensos, pero también dulcemente imprevistos como aparecer a cosquillazo limpio todos en la cama muertos de risa. Hasta que la cordura y el peso inapelable de las obligaciones hace que de la risa se pase al bueno, pues lo dicho, mientras tu yo...La paternidad, la responsabilidad, la vida, la rutina se instalan y no queda más remedio que tomar posiciones en el mientrastuyo, el único barco que te asegura estabilidad en el maremoto que es el día a día.

MICROS


Nunca quiso a quien la había querido con locura, y cuando quiso quererla, no hubo quien la quisiera.


FUGACES

Hay cosas que no cambian por más que uno se esfuerce. Hay días que desde que empiezan se hacen tremendamente oscuros y es muy difícil remontar el vuelo a lo largo de todas las horas que transcurren rodeados de luz pero envueltos en oscuridad.

La vida tiene estas cosas, nos creemos invulnerables y somos sobre todo una cosa, inmensamente frágiles. Nuestra debilidad es tan poderosa que en un solo instante, en lo que para uno de nosotros es un acto reflejo incontrolado físicamente, todo lo que somos puede no volver a ser.

Y todo esto viene a colación porque he estado pensando en estos últimos días que únicamente somos matices, pequeñas fugacidades que conforman un todo y que nos hacen ocupar este extraño e inexplicable planeta que llamamos Tierra. Y poco más.

Y todo lo que nos sucede es puro azar. Que gire el planeta es mágico, pero que siempre lo haga de una manera regular, con una atracción tan poderosa netre los planetas que conforman el sistema solar, es brutal. Lo que aparentemente no son más que meras masas incoherentes y aparentemente vacías, es un hecho tan insólito como que mi cabeza sea capaz por un segundo, de pensar en eso.

Viajamos un instante que a nosotros nos parece largo pero que no es más que un mínimo matiz de todo lo que nos rodea.

Y en todos y cada uno de esos instantes que vivo sigo intentando, pese a que me cueste a veces, ser mejor, más justo, más auténtico, menos descreído, más verdadero. Pero muchas veces no me acompaña la suerte, porque al final la vida es eso, puro azar. Tengo mucha suerte con determinadas cosas de las que no puedo quejarme pero sin embargo con otras no doy una a derechas.

Calma, pienso, calma, llegará el momento. Pero nunca llega. Y ahí estoy, cada día con mi mejor sonrisa y las mejores intenciones para con todos. Pero nada, no hay receta para curar al corazón en un momento en el que los instantes ya han dejado de tener valor.

Llegará, o no, creo que ya no llegará nunca, puede que sólo aparezca en instantes, fugacidades, destellos, segundos. O quizás ya nunca. Amanece, es la mejor respuesta a la soledad. El tiempo no cura nada. Se cura uno mismo, si le acompaña la suerte al menos por un instante.

22 de julio de 2009

SOIS TODOS UNOS...


Entra un tío a un bar y dice: de aquí a la izquierda sois todos unos hijos de puta, y de aquí a la derecha unos gilipollas. A lo que uno responde: oye, que mi madre es una santa. Pues ponte aquí, gilipollas, ponte aquí, señalándole el otro gurpo.
Salvando las no tan grandes distancias creo que ha pasado algo similar. Una política ha entrado en el bar de los políticos, donde todos discuten de lo humano y lo divino, sin demasiado interés por plasmas ideas. La susodicha y peculiar política, a la que, por ponerle un nombre, vamos a llamar Amunrita, entra con su estruendo habitual y grita eh, que todos los que estáis aquí sois unos corruptos porque recibís regalos siendo cargos públicos, con lo que eso supone según la ley. Y nadie, repito, nadie, ni de los hijos de puta, digo, de los que se sentaban a un lado ni de los que se sentaban al otro (ponga usted al gusto la izquierda y la derecha) ha dicho nada. Nada. Amunrita nos escupe a todos los españoles que los políticos que velan por su bienestar son unos corruptos que por sistema aceptan regalos de quienes esperan algo a cambio o lo que es más irremediable, tienen algo particular que agradecerle, y aquí paz y después vacaciones (es decir, gloria). Ni los de la izquierda. Ni los de la derecha. Ni los que están en un lado sabiendo que son del otro. Ni los que no saben si ponerse en uno u otro. Ninguno ha rechistado. Ninguno le ha cantado las cuarenta a Amunrita para asegurarle que él no, él no recibe regalos. Quizá el matiz esté ahí. Recibirlos todos lo reciben, porque uno no pueden controlar el acceso dadivoso de la ciudadanía, pero ¿qué hace después con ellos? Ahí es donde me gustaría que los de la izquierda, o los de la derecha, se levantaran y dijeran, eh, que mi madre es una santa...

MICROS


Ni con los mejores abogados logró Dios salvar a su hijo de la acusación de apología del alcoholismo por el suceso de las bodas de caná

21 de julio de 2009

FIRMA DE AUTOR

Prometo que no lo sabía, pero resulta que en una catedral del siglo XII (Salamanca) hay una figura de un astronauta. Intrigado, pregunté a los sabios del chascarrillo, que google meditante me dieron razones. Parece ser que durante un proceso de restauración se puso aquella figura como reclamo publicitario y, sobre todo, como una especie de firma de autor. Y eso me ha dado que pensar. Creo que es un ejemplo que debería cundir, para poder encontrar en Las Meninas de Velazquez una nadadora saltando desde un trampolín, por poner un ejemplo. Si fuera algo que hiciéramos todos, las carreteras reasfaltadas estarían llenas de tatoos de Camarón, amor de madre o de AC/DC (por seguir poniendo ejemplos) Es más. Creo que el mundo de los retoques humanos (por otros llamados cirugía estética) debería aplicarse el cuento, porque tienen en esta idea un campo abonado para la soberbia y un filón para el negocio. ¿No me digáis que no sería gracioso? Una mujer entra en el Teatro Real y se hace el silencio, no me lo puedo creer, esta mujer lleva una rinoplastia de Pedro Arquero, ¡ qué maravilla ! ese doctor es un artista, y de los caros. ¿No me digáis que no suena fenomenal decir que te has comprado unos pechos Alfredo Botelho?¿o una liposucción Miguel Chamosa? Ya no se esconderían las operaciones, al contrario, se enseñarían al mundo entero como se hacen las alcaldesas con los bolsos Vuittonianos, y así podrías tener unas tetas patrocinadas por la Clínica Cemtro, con la JR de Castelló. Supongo que marcas como Puleva o Ram no tardarían en darle vidilla al negocio. Y, ¿quién sabe? lo mismo hasta chorizos Revilla, el mundo de la publicidad no conoce límites.

MICROS


La mano izquierda demandó al cerebro diestro por discriminación laboral por razones de habilidad

20 de julio de 2009

EL REGALO


Pese a todo, ha ocurrido por sorpresa. Ya se había olvidado del regalo. Estaba sentada en el trabajo, tecleando facturas con la mente puesta en otro lugar, en otro mundo, un mundo que sin quererlo se ha tornado en curvas sinuosas, perladas por el sudor, en piel erizada, en caricias furtivas, intensas, en cuerpos entregados, gimientes, fusionados. Se ha recolocado en el sitio, un movimiento de cadera imperceptible para el resto de los mortales, pero que ha abierto directamente las compuertas del placer. Lleva un vestido corto y fino, típico de los calores del verano, de tirantes, para lucir ese moreno recién logrado. Abre ligeramente las piernas sin dejar de bailar la pelvis, verdadero centro de todas las sensaciones. Mira a un lado. Mira a otro. Está sola. No va a poder resistir la tentación. Pone la mano sobre el teclado, la otra sobre el ratón, inútilmente ambos. Ahora junta las rodillas para aumentar la presión en su sexo. Al tiempo que mueve la pelvis de adelante a atrás, las junta con más fuerza, como si quisiera apretar la vida entre sus piernas. Recuerda. Viaja en la memoria primero, pero después fantasea. Es el momento. Desde que vive en pareja no tiene tiempo de masturbarse, así que su placer es maravillosamente monotemático. Es un buen momento para imaginar, para fantasear con lo que nunca ocurriera y jamás vaya a ocurrir. Su vecino, ese tipo alto, de mirada penetrante, ojos misteriosamente oscuros, en los que una parece adivinar un pasado atormentado. Ese mentón barbado, esas manos de pianista, con largos dedos que nunca la tocaron. Bueno, ahora lo hacen, tal vez en un cruce en el ascensor. No tiene tiempo de preámbulos, el guionista de sus deseos sabe adaptarse a sus necesidades, así que mientras ella sigue sus movimientos rítmicos, él la ha llevado a la casa del vecino, sin tiempo siquiera de desnudarse, se ha instalado entre sus piernas. Sabe a tabaco y a colonia cara. Le pincha la barba, entre los muslos, porque el guionista y el vecino tienen prisa. Le aparta el tanga y le come el coño con certera pericia. Hidratación. Lubricación. Un dedo como arpón explorador que retorna con la buena nueva. Nada más. Después se ha bajado los pantalones, y el guionista ha sido tan generoso que no ha podido evitar un suspiro. Suerte que está sola ahora mismo en la planta. Es tan grande que no le cabe en la boca apenas el glande, rosado y sabroso. Después el vecino la pone de rodillas en el sofá, le levanta el vestido y aparta de nuevo el tanga. Con la polla tantea el camino, regalándole al culo algún maravilloso roce, que, poco valiente que es también el guionista, se ha quedado en eso. Quizá, piensa, cerciorándose de sigue sola en la planta, sin dejar el ratón, sin dejar el teclado y sin dejar de mecer su coño sobre la silla, hubiera tenido que metérmela por el culo. Es una fantasía recurrente pero compleja, su mente le pediría explicaciones, a la parte racional no le bastaría que entrara sin más, habría que entender la ausencia de dolor y los demás inconvenientes que han hecho de eso una fantasía más. Así que la polla entra en el coño. Por suerte su parte racional se ha concentrado en el culo y no en la ausencia de preservativo, que los sueños no contagian enfermedades. Las embestidas que imagina son brutales, tanto que le tiemblan los brazos y apoya la cabeza en el brazo del sofá para no caer. Muerde la tela. Él la tiene presa por la cintura, y siente sus dedos como astas ardientes que cercenaran su piel. El guionista, un genio de los tiempos, ha fusionado la descarga de la leche de su vecino dentro de su cuerpo, que ha sentido con caliente claridad, con su orgasmo real, en el mundo donde todas estas cosas raramente ocurren. No ha podido evitar encoger la cabeza entre los hombros al sentir la humedad del orgasmo manchar su ropa interior y, quién sabe, hasta la tenue tela del vestido. Cuando recupera la compostura escribe un email a su pareja titulado las bolas chinas: solete, menudo regalo, acabo de estrenarlas, aquí ¡ en el trabajo ¡. Le da a enviar y casi al instante llega la respuesta. ¿Has pensado en mí? Pero ya tiene demasiado trabajo para contestar.

MICROS


El cielo quebró el día que Dios tuvo que indemnizar a Adán y Eva por despido improcedente.

19 de julio de 2009


El papá de Rubén esta cocinando, su hijo poniendo la mesa, en una de esas entra en la cocina y se queda detenido frente al telediario "12 detenidos en Madrid". Espero que no sea Javi D (compañero de clase) Y se va con los tenedores.

18 de julio de 2009




SIN NOTICIAS DE TIRESIAS

La tierna cicatriz que urde la noche,
Se muda herida abierta sobre el músculo
Sistólico y diastólico al crepúsculo,
Manando bilis negra a troche y moche.
Y rauda en la odisea del fantoche
Al cual fueron los sueños leve opúsculo,
Se cierne la nostalgia, un mar mayúsculo,
Con pico corvo y garras de alimoche,
Brutal descuartizando el calendario
Y luego devorando los jirones
Del tiempo entretejido en el sudario
Del rey de Cefalonia. Qué ilusiones
Tan vanas, en las zarpas del sicario
Del Leteo, los sueños sin ancones.

17 de julio de 2009

EL CHICO TÉCNICO


Pasó en vacaciones. Saqué el carné de conducir para la reserva del coche y oiga, señor (sigo sin superar eso de señor) que lo tiene caducado. Hacía un mes. Ni recordaba la última vez que lo había sacado de la cartera...mentira, sí lo recuerdo, hace tres años y me costó 360 euros y un cabreo que todavía me dura. Desde que supe que lo tenía caducado he intentado encontrar un hueco para el psicotécnico. Ayer por fin lo encontré. El caso es que iba con cierta tensión, tengo el síndrome del estudiante y saber que voy a ser examinado de algo, lo que sea, me pone en tensión. Además, la cosa es muy seria, esos señores tienen que determinar si mis condiciones son las idóneas para manejar un coche. La primera prueba es superar el cabreo al saber las tasas y precios. La segunda fue anticiparse a la trayectoria de una bolita. En un ordenador que parecía el spectrum 16k de mi infancia, ¡ qué gráficos ! No sé como lo hice, no había chivato en esta prueba. Sí en la segunda, en la que tenía que dirigir dos bolas por dos caminos con dos mandos diferenciados. Cada vez que una de ella rozaba los laterales emitía un pitido. Y yo hice una verdadera sinfonía. Realmente me llegué a preocupar, porque si hubieran sido dos coches, una docena de golpes con el quitamiedos no me los quitaba ni San Pixel. Pero la mujer, leyendo los resultados dijo apática y fingidamente ilusionada "está todo perfecto". Después vino la vista. Unas letras kilométricas que pude leer sin la más mínima dificultad. Por último la tensión. Que aquí bien lo hubiéramos podido pasar mal, una enfermera joven, un local sin aire acondicionado, un interesante escote perlado por saladas gotitas de sudor. Yo a lo mío A F S U R M Z, A F S U R M Z...y prueba superada. Ya está. Esto es todo ¿eso es todo? ¿qué broma es esta? No quiero que me hagan las pruebas como si fuera a la luna, pero si uno paga a un médico para que certifique su destreza, qué menos que media docena de test. Y este debe de ser el mismo psicotécnico que se realizará para los permisos de armas. Perfecto. Ahora lo entiendo todo.

MICROS


Cuando por fín lo lograron se dieron cuenta de que era imposible.


Dedicado al título de otro pequeño rincón de la blogsfera.

16 de julio de 2009

LA ENFERMERA


El padre de Ryan, el bebé que acaba de morir en un hospital madrileño por serle administrado alimento en vena, tiene la peor muerte de todas, la que te deja vivo. No creo en la mala suerte, así que entendería que este muchacho enloqueciera. Pero hay más víctimas en todo esto. Hay una enfermera, negligente, sí, torpe, incapacitada, descuidada, poco formada, seguid con la lista si tenéis energías, pero humana al fin y al cabo; y que para el resto de su vida va a tener que caminar con la losa de saberse culpable de una muerte evitable. Creo que las personas que trabajan con las personas tiene un grado de vocación mayor que los demás. Siendo enfermero, incluso médico, no te haces rico. Has de estudiar y después trabajar probablemente a turnos por un salario como mucho razonable. Para ser enfermera hay que tener vocación. Vocación de luchar por las vidas. Así que no me imagino como estarán siendo las noches de esta pobre mujer. Me diréis que peor están siendo las de Mohamed y su familia, que se han quedado sin dos seres queridos. Sí. Verdad. Pero no puedo dejar de pensar en la enfermera, en todas las enfermeras y enfermeros del mundo, sujetos a matar en lugar de dar vida por unos centímetros, por un despiste, por un pequeño detalle. Ahora vienen los lamentos, los trastos a la cabeza. Yo pienso que hay tres frentes en los que centrarse: primero Mohamed, que debe recibir todo nuestro cariño institucional. Después la enfermera, que va a necesitar mucha ayuda para enfrentarse otra vez a los pasillos de un hospital. Y después los enfermos (que en algún momento seremos todos), que deben (debemos) estar protegidos por sistemas que consigan que ese porcentaje de errores humanos (inevitables) no acaben con su (nuestra) vida. A todo esto, el Rey de Marruecos se desmarca con la macarrada de fletar un avión para la familia. Estás propagandas dictatoriales de falsa solidaridad me provocan vómito. En esta historia tengo la sensación de que hemos perdido todos. Los vivos, los muertos y la cordura.

MICROS


¡ Por mamá y papá, que están en la cama desnudos !

Esperando el dardo del capitán.

15 de julio de 2009

EL CUENTO INFELIZ

En los cuentos no muere nadie. En los cuentos la princesa espera paciente el beso del príncipe, que se acerca en su corcel blanco, melena al viento, para servir a todos el plato de perdices. Pero en la vida, que a veces es un cuento en su versión amarga, las personas mueren, los seres queridos dicen adios y no hay perdices para todos. La protagonista de mi cuento es la mamá de Ágata. Ella vivía en las lejanas tierras, al otro lado del gran mar, en un país llamado Venezuela. Estaba enferma, muy enferma, pareciera como si su cuerpo hubiera decidido que del camino había recorrido todo lo que le correspondía. Pero la mamá de Ágata tenía una ilusión por encima de todas: ver a su hija de blanco decirle sí a su príncipe, que aunque no llevaban melena rubia al viento ni corcel blanco que se preciara, era el amor de su vida. Así que Ágata, que hubiera hecho lo que fuera por ver feliz a su madre, inventó una boda donde no la había, una boda con la que no contaba, e hizo todo lo que tuvo que hacer para que la protagonista de mi cuento cruzara el inmenso mar desde el lejano país. La mamá de Ágata estuvo allí, cruzó el mar y pudo ver como su hija le decía sí al resto de una vida en un altar, hermosamente vestida de blanco. Después, la mamá de Ágata, como si hubiera firmado un pacto con su cuerpo, con su enfermedad, vosotros dejadme verla de blanco, en el altar, y yo después me dejaré ir sin hacer ruido, dijo adios. Porque en la vida, que es como un cuento en su versión amarga, las personas que queremos se mueren. Se van. Nos dejan.
Ágata e Ivan, el príncipe, son mi gente. Porque en la vida, que es como un cuento, los protagonistas son las personas a las que queremos. Solo espero que la tristeza no tarde mucho en disiparse. Porque en la vida, que es como un cuento en su versión amarga, las personas tienen que aprender a recordar y a vivir con la ausencia. Millones de abrazos desde este humilde rincón de mi corazón.

MICROS


Su yo racional no podía estar más descontento, para el irracional eran las fiestas y los excesos y para él las resacas y los remordimientos.

14 de julio de 2009

Pobrecita. Me imagino que la enfermera lo estará pasando fatal, vaya marrón que le ha caído. Queremos que sepa que nos gustaría que nos llamara, porque ella no ha tenido la culpa

Jaime; tío de de Mohamed, que es, a su vez, esposo de Dalilah (fallecida hace días) y padre Rayan (bebé recientemente fallecido por negligencia médica grave). Sobran las palabras.

LA BATALLA DE LOS VAMPIROS


Las escaramuzas de la noche anterior, que habían dejado no pocas heridas en el batallón, anticipaban una jornada larga, una batalla ardua y dura en defensa de la plaza. Además, habían reforzado al vampírico enemigo, que sobrevolaba el campo de batalla con fuerzas renovadas. La táctica estaba clara, a campo abierto. La canícula de la noche no favorecía el camuflaje de la piel, que perlada de sudor era un reclamo incesante para el enemigo; por eso los batallones de dedos se preparaban para la lucha cuerpo a cuerpo desde el primer instante. No tardaron en llegar los primeros petardazos. La historia era siempre la misma, el cuerpo de mando de cada uno de los batallones daba una orden certera, basada en lo que los espías sensitivos, repartidos por todos los poros de la piel, habían transmitido: ¡ ahí ! y se lanzaba la mano en un certero golpe, los dedos extendidos para facilitar un mayor campo de golpeo. Pero el enemigo no caía. Los espías, sobrepasados, confundían las informaciones y las bombas dactilares caían sobre gotas de sudor, sobre arrugas de la sábana o simplemente sobre reflejos de presencia enemiga. Ningún vampiro había caído bajo el bombardeo, y un batallón había decidido, incluso, pese al calor, esconder a sus tropas bajo el abrigo de la sábana, en espera de que los vampiros no encontraran la forma de minar sus defensas. Entonces el batallón de vanguardia decidió olvidarse de Kioto y tal vez hasta de la Convención de Ginebra, y recurrió sin remordimientos a la guerra química en modo de insecticida, que sobrevoló todo el campo de batalla dejando su perfumado aroma de esperanza. Terminado el gaseo hubo unos instantes de silencio que parecían presagiar el comienzo del fin; pero no fue más que una recomposición del volador enemigo, que volvió al ataque, utilizando para ello, incluso, la guerra psicológica, consistente básicamente en pasearse chulesco y zumbero por los pabellones auditivos en post de minar la moral del centro de mando. Los picotazos han sido múltiples. Las bajas incontables. Todavía no hay un comunicado oficial, pero nos tememos lo peor.
La noche ha sido larga, muy larga, y las evidencias de la derrota, que pican, nos harán tomar medidas más drásticas. Ya podrá venir el mismísimo señor Kioto a pedirme de rodillas que proteja la capa de ozono que esta noche el señor Insecticida y yo haremos un buen barrido del campo de batalla. Esta noche, y que me perdonen en Ginebra, no pienso dejar enemigo vivo, no tengo la más mínima intención de hacer prisioneros, porque esta noche la batalla la gano yo.

MICROS


Un día la quiso para siempre.

13 de julio de 2009

EL LA PLAYA NUDISTA


Es una maravillosa casualidad que la playa esté totalmente desierta. El aire de la mañana, todavía fresco, lame su piel. Siente la evidencia de todo su cuerpo, desde los pies hasta la punta de la nariz, por la suave caricia de la brisa. Tiene los pezones erectos y se los acaricia inconscientemente mientras abre los ojos por primera vez en horas. A lo lejos se le ve. El cuerpo desnudo y escultural, empapado por el agua de un mar que acaba de abandonar. La luz del sol juega con sus pectorales imberbes, con sus abdominales, con la musculatura de unas piernas de poderosa pisada. La belleza de la estampa aumenta según se acerca a ella, sonriente, moviendo los brazos grácilmente, pareciera que bailara sobre la arena de la playa. Ella se lleva las manos a la frente para no perder un solo segundo de la maravillosa visión. Ya está a su altura. Se arrodilla, el pene semierecto. Controla el impulso que la hubiera llevado a cogerlo. Él se inclina hacia ella y comienza a besarla. La lengua invade su boca y con ella el sabor del mar, profundo y ancestral. Los pezones parecieran salirse de su propio cuerpo. El pene termina el proceso de erección, y lo sabe no porque lo haya visto, sino porque por fin no ha podido evitar la tentación de acariciarlo. El beso es largo, intenso, provocando la fusión definitiva de sus cuerpos. Ha ido ejerciendo la fuerza necesaria, tenue y programada, para que ella se dejara recostar sobre la toalla. Entonces ha sentido toda potencia de la polla sobre su vientre un delicioso instante. Se deja hacer. Le acaricia el pelo, la espalda, pero no se encuentra con fuerzas, sumida en una especie de delicioso sopor etílico, para activar sus extremidades o sus dedos en tareas más refinadas. Él, en cambio, tiene un plan muy claro, cubrirle todo el cuerpo con el calor de su boca. Lo hace con paciencia, deteniéndose lo necesario sobre los pechos, sobre la cintura, sobre las rodillas, los pies, los tobillos, hasta que le abre las piernas y durante unos segundos observa la estampa, ese coño húmedo que espera su lengua o su polla. Es la lengua la primera. Sin prisas, como hasta ahora. Entra en él hasta el fondo, despacio, como un arpón haría en la carne caliente de la pieza cazada. Con el dedo acaricia el clítoris y con otro, húmedo, se centra en el culo. Ella arquea el cuerpo, levanta la pelvis, para que no haya ningún rincón inaccesible. Es incapaz de sentir e identificar todos los movimientos que sobre su cuerpo ejercen las manos y la boca de su amante. Es todo un amasijo de deliciosas sensaciones que culmina en la parte baja de la espalda, en un calambre constante en su columna vertebral. Pasados unos minutos, que bien pudieran haber sido un segundo o una vida entera, el escultural cuerpo se reincorpora y la mira. Disfruta del preciso cuerpo jadeante y después la penetra, suave e intensamente. No se inclina sobre ella, sino que se arrodilla, colocando las piernas de ella detrás de él, justo por debajo de su culo. Los movimientos son muy lentos, profundos, intensos. Con la mano accede a su clítoris y comienza a acariciarlo. Ella no va a resistir mucho, pero no es consciente, es incapaz, por mucho que las manos se aferren a la toalla, de permanecer atenta a la realidad. Gime, mueve el culo para facilitar la penetración y se deja llevar. Por eso el orgasmo la invade por sorpresa, provocándole espasmos eléctricos en todo el cuerpo, que hacen que los dedos de sus pies adquieran vida propia. Curiosamente el orgasmo sí logra devolverla a la realidad, a la playa aparentemente desierta y a la polla que todavía está dentro de su coño. No quiero que te corras dentro. Él entiende los gestos, la intención, y se sale de ella. Comienza a acariciarse, a masturbarse. Ella primero se inclina hacia atrás, disfrutando del cuerpo perfecto en escorzo, polla en mano, mirada perdida al cielo, los músculos en deliciosa y sexual tensión. Después se acerca a él, se pone a su altura, de tal forma que sus pechos quedan a unos centímetros de la polla. Allí llega el semen, en un par de golpes calientes que se pierden en el canal de sus pechos. El joven sigue los movimientos, y ella busca la polla con sus pechos, como si no quisiera desperdiciar un solo mililitro del maravillo néctar. Después el joven la besa con ternura, con cariño, la acaricia el pelo y, sonriente, le dice en un idioma que ella no entiende que ha sido una maravillosa casualidad encontrarse en una playa desierta, y que le encantaría que mañana volvieran a encontrarse. Ella lo ve alejarse. Observa durante unos segundos el culo más hermoso que jamás hubiera visto y después se deja caer. Cierra los ojos y entonces ni la evidencia reseca del semen en sus pechos la impide pensar que todo ha sido un sueño, un maravilloso sueño.

MICROS


De aquí a la eternidad, ironizó el suicida.

12 de julio de 2009


Te quiero mucho, pero de amor, eh.
Rubén, cuatro años

11 de julio de 2009



COMO ARCÁNGEL CAÍDO

Del fondo de la tundra cenagosa,
Lindero entre el insomnio y la fatiga,
De súbito un ensueño emerge alado
Y anida como un pájaro en el alma
Del árbol que, entre el hielo, seco y solo,
Sucumbe con la savia hecha cristales.
Y anega de ilusión la duermevela
Que, muda, acoge sólo musgo y liquen,
Quebrando con su cántico la escarcha:
Un trino embriagador cual vino joven
Que alumbra un breve instante la esperanza,
Mudándose después brutal resaca
Que arrastra entre sus olas la ala rota
Al piélago voraz de la congoja.
(No cansa entre los témpanos lo yermo;
Agota en su salmuera la ilusoria
Y enjuta redención del espejismo).

10 de julio de 2009

EL GRAN POST


Me he sentado convencido de que iba a escribir el gran artículo, ese que he venido soñando desde que abriera las puertas del trastero al mundo. Me he auto-hipnotizado para retrotraerme a mi propio pasado, cuando me creía un escritor, cuando tenía pizarras garabateadas con fechas, ideas, perfiles de personajes, cronologías; cuando tenía la mesa repleta de documentación, cuando la historia de mi novela se instalaba en mi cabeza como ese enrome árbol que da sombra a todo un jardín. He deslizado los dedos suavemente sobre las teclas, como si en lugar de su geometría blanca y negra, fuera la piel de una mujer, esperando que mi alma se erizara de nuevo. He buscado en el rítmico teclear, en esa melodía matemática y percusiva, las notas que me llevaran a los lugares donde nacen las grandes historias, las frases que quedan para siempre. He suspirado. He cerrado los ojos...y me he rendido a la evidencia. Si lo fui no queda nada. Ahora soy un albañil de las palabras, y que me perdonen los albañiles por la ofensa. La metadona del blog ayuda, pero como buen adicto, cuando el síndrome de abstinencia se instala con terquedad, cuando se hace evidente por encima de cualquier realidad, las medidas paliativas son simples compañías. Esta es mi metadona de hoy. Humilde. Sincera. Entregada. Quizá mañana me sienta mejor.

MICROS (CONVERSACIONES DE BARRA)




Noche magica

Al entrar al estadio la primera sorpresa es encontrarse con aquella extraña nave espacial ubicada donde debería estar una portería y darse cuenta que eso que uno está viendo es el escenario. Sin dejar de mirarla avanzo hacia mi asiento pero al llegar, en la segunda gradería me dicen que la organización ha comprobado que no se ve desde allí demasiado bien y que por tanto nos reubican. Cogemos las nuevas entradas y nos dirigimos a la nueva puerta. Al entrar veo que nos colocan en la parte de atrás del escenario, y al descender compruebo que es en la fila 4. No me lo puedo creer.

Los teloneros tocan casi 50 minutos y desde que finalizan se va generando tensión en el ambiente. El público expectante espera, la noche va cayendo, el Camp Nou empieza a parecer una bomba de relojería. Está totalmente lleno, las gradas y la parte de abajo. Todo es gente.

Está empezando a anochecer y de pronto se apagan todas las luces del estadio. El público ruge y el surtidor de humo del escenario empieza a crear una atmósfera emotiva de sorpresa. De pronto, por la parte trasera del escenario, a escasos 15 metros de nosotros, salen los magos de todo esto, Larry, Edge, Adam y Bono.

Larry es el primero en colocarse sobre la batería, empieza a tocar los primeros acordes de Breathe. Comienza la segunda noche mágica.

El segundo concierto es impresionante, aun mejor que el primero, más música y menos conexiones con el espacio, siguen los mensajes de compromiso, tan habituales en ellos, y un sonido apabullante. U2 es la esencia del rock en directo, con tres instrumentos, toda una serie de acompañantes tecnológicos y las voces, el concierto se hace enorme. Cambian el repertorio con respecto al primer día.

La nave espacial en la que actúan no gira por completo, sólo gira la batería, el resto de componentes del grupo se desplazan por los anillos concéntricos que rodean la garra, por eso cada uno actúa en un lugar del escenario. Hay canciones en las que Bono te mira y otras en las que no, pero en esas es algún otro del grupo el que lo hace. Además la pantalla, brutal, es la que te permite ver continuamente a los músicos tocando.

Llega un momento durante el concierto en el que los cuatro están en el círculo central del escenario que es bastante pequeño, y la pantalla con un sistema de engranajes como un acordeon se ha ido abriendo y casi les alcanza la cabeza. Las luces de la pantalla parecen un carrusel de feria, no puedo dejar de pensar en un video de ellos, no estoy seguro de si es el de The Unforgetable Fire.

Lo paso mal en algunas canciones, me emociona oír a todo un estadio cantando los himnos míticos de la banda, y cuando en Where de Streets Have no Name se ilumina todo el estadio y ves todos los brazos de la gente aplaudiendo los pelos se me ponen como escarpias.

¡Qué espectáculo! Acaban excesivamente tranquilos, me encantaría poder ver un concierto de U2 sin baladas y que los bises fueran brutales para dejarte en éxtasis. Pero entiendo que sin One o With or without you U2 no sería lo que es.

Bono está pletórico de voz, quizás es porque acaba de empezar la gira, todo el mundo le machaca por su compromiso social, por su hipocresía a la hora de cambiar de residencia fiscal, etc. No voy a meterme en eso, creo que por encima de todo es músico, aunque valoro el hecho de que si encima tiene la suerte de ganar tantos millones y una parte de todo su dinero lo destina a ayudar a los más pobres, bastante más que la mayoría de nosotros está haciendo.

Él siempre agradece el hecho de estar donde está gracias a todos sus seguidores, yo le agradezco el haberme llegado a lo más profundo, a la parte sentimental, allí donde creo que un buen músico debe llegar, solo con sus canciones. Y pocos lo han hecho.

Acaba el concierto y la nave espacial aterriza. Nosotros nos vamos levitando. Ha sido perfecto.

9 de julio de 2009

LOS GRACIOSOS DEL EMULE


Este mensaje, una vez leído, se autodestruirá y negaré ante un juez, y ante la Santísima SGAE, haberlo escrito. Dicho esto, vamos a hablar del Emule y las descargas (legales) en la red. Concretamente de los graciosos de la red, una prole que me provoca las más profundas incógnitas concentradas en la frase que lo resume todo ¿cómo será la cara del tío que...? Estos días he descubierto el Cantajuegos, una suerte de vídeos de canciones coreografiadas para la chiquillería. Una versión moderna de los payasos de la tele, que, a todo esto, ingenuo de mi, son como los Back Street Boys de la infancia. Como digo, los acabamos de descubrir (gracias Dori), así que me puse a buscar en mis páginas de descarga habituales (elinks) y no encontré nada. No me quedaba otra si quería los vídeos que lanzarme al pozo del emule sin profilaxis. Busqué cuatro o cinco, cuando uno hubo descargado comprobé que era lo que buscaba y trasladé los descargados al disco duro, el panteón de la tecnología hogareña. Durante unas semanas hemos estado viendo el primero, o parte de él, porque no lo niego: me aburre. La semana pasada decidí pasar al segundo y, pum, en lugar de la jirafa es alta, alta y yo soy muy bajito aparecieron dos sicliconadas damas tapándose todos los agujeros imaginables. Por suerte no había soltado el mando , ni abandonado el salón, así que no tuve que dar explicaciones, porque todo pasó a una velocidad imperceptible. Y ahí es donde viene mi pregunta ¿cómo será la cara del tío que tiene guardado en su ordenador una película porno con el título de Cantajuegos 4?¿Para qué lo hace? porque tengo mis teorías sobre esto y la hipótesis que mas barajaba era que los hombres guardaban de sus parejas las películas porno y de ahí que sea tan fácil encontrarlas con títulos como La guerra de las galaxias, El señor de los aniños o Lobezno (chicos, siento si he descubierto vuestro secreto...) Pero ¿el cantajuegos?¿Es una broma? porque no la pillo. Entendería que escondieran películas amateur para intentar ganarse un nombre en el mercado, pero ¿en una película infantil?¿dónde está la gracia?¿cómo logra la satisfacción si no ve el resultado?¿imaginando a los padres atorados dando torpes golpes al mando y más torpes explicaciones? La verdad es que no le veo la gracia, pero es algo muy común, así que por algún lado debe tenerla ¿no?

MICROS


Entre tus labios y los míos hay una vida entera.

8 de julio de 2009

HALA, MAJETE, RELÁJATE


Mira que he visto señales que me han hecho verdadera gracia. Muchas las comenté ya en un post anterior, pero hay una ahora que de verdad me hace pensar que en la DGT hay gente con mucho sentido del humor. Imaginaros, bueno, padres, no os preocupéis, la edad de riesgo con las drogas de vuestros hijos está, básicamente, entre los doce y los diecisiete años, así que aquellos que tengan hijos con dieciocho que no se preocupen, que si no se han drogado hasta ahora, ¿van a empezar contradiciendo a las estadísticas? joder, ya sería mala suerte. No quiere decir que antes de la edad indicada, o después, estadísticamente no haya inicios en el consumo de drogas, lo que está diciendo la estadística es que por porcentaje esas son las verdaderas edades de riesgo. Pero a nadie se le ocurre avisar a un padre cuando su hijo ha superado esa edad estadística con un mensaje del tipo: su hijo ha salido de la edad de riesgo de iniciación a las drogas. Sería del género tonto. Pues lo mismo me parecen los nuevos carteles relativos a la concentración de accidentes. Me acuerdo que cuando vi el primero me dije, vaya, buena idea, me avisan de que hay accidentes, quizá hasta levanté un poco el pie, aunque no es fácil, porque ya lo llevo bastante levantado. Ahora, cuando vi el cartel que ponía fin a ese tramo me dije, ah, entonces, ¿acelero?¿ya no tengo que estar en tensión?¿ya no voy a tener un accidente?¿les obliga la ley a poner principio y fin a todas las señales? Porque a mí me bastaría con la primera, si me paso todo el viaje en tensión pensando que en todos los tramos hay concentración de accidentes ¿qué problema hay?¿esperaban que los coches se pusieran a 40km/h al ver la primera señal y hay que asegurarse de que vuelvan a una velocidad razonable y no hagan el Madrid-Benidorm en 17 horas? Personalmente no lo entiendo, no entiendo la razón por la que me avisan de que se ha terminado el riesgo de sufrir un accidente, si ya me ponen los kilómetros de riesgo. Es como si a la señal de curva a la izquierda te pusiera otra del tipo fin de la curva a la izquierda. Cuando hay señales que indican curvas durante unos kilómetros luego no aparece otro diciendo fin de las curvas, va a ir usted recto. No lo entiendo, pero ya sabéis, soy un tipo un poco raro, con la cabeza llena de trastos...

MICROS


Terminó de escribir el email y dio a enviar. Esperó paciente la respuesta. La leyó y levantó la mirada, buscando cinco metros más allá a su compañero, que acaba de aceptar adelantar el desayuno unos minutos.

7 de julio de 2009

LA OTC, EL CARRO Y LAS PRISAS


Con mi melena semileonada tenía un insoportable parecido a nuestro expresidente. Así que el domingo pasado la familia puso en marcha la OTC (operación talado capilar) Como todas las semanas, el último día se planifica las tareas de la siguiente, porque muchos sabran de lo que hablo cuando tenía pensado titular a este post "cuando irse a cortar el pelo es una maniobra de ingeniería familiar". Pero no cabía. El caso es que, planificados los 5 días laborables en sus elementos básicos (entrada y salida del cole, cuidadores del pequeño, etc) nos quedaba un pequeño resquicio de esperanza para que el lunes, único día factible, tuviera lugar la OTC. Todo dependía de que la madre tuviera tiempo durante la mañana de pedir cita para los cuatro. Pero pasó sin noticias, por lo que, tal y como habíamos acordado, eso significaba la suspensión de la OTC. Pero a las tres de la tarde recibo la primera llamada:
15:50 Que si puedo acudir yo a por el pequeño a casa de la abuela. Me asusto ¿ha ocurrido algo? No, nada, tranquilo, es que está dormido y si puedes pasarte a por él después del trabajo lo dejo durmiendo. No hay problema.
16:32 Segunda llamada: que nos vamos a acercar a a la peluquería andando desde la escuela, por si pudieran cortarnos el pelo. La madre y el mayor retomaban, aunque fuera parcialmente, la OTC. Ok, nos vemos en casa, cambio y corto
16:45 Tercera llamada: oye, que la peluquera dice que te pases después el trabajo, que te esperan para cortarte el pelo ¡ Fenomenal !, también entro en la OTC. Pero ¿qué hago con el peque? No hay problema, habremos terminado, te esperamos en casa, lo dejas y te vuelves corriendo. Copiado, corto y cierro.
Salgo del trabajo, recojo a toda velocidad al pequeño en casa de la abuela, me voy a la nuestra. Contra mi costumbre acudo, curiosamente, a la tan patria costumbre de la segundafilasiesolounsegundo. Cuando estoy sacando al peque pienso que si pierdo tiempo con el carro corro el riesgo de perder la OTC, así que lo dejo en el maletero (el carro, eh, el carro) y hago el intercambio, ya lo sacaré a la vuelta. Aunque está a menos de un kilómetro de casa la sede de la OTC voy en coche, para después de los sudores, no correr el riesgo de fracasar por unos minutos. Llego justo a tiempo, soy el último cliente del día. Cuando me siento a que me laven el pelo y entiendo que la OTC va a ser un éxito, me relajo. OTC cumplida vuelvo a casa a toda velocidad, aparco y salgo rápido, llego a tiempo de darme un baño en la piscina con los pequeños, el mejor momento del día. Todo, pese a las prisas, gracias a nuestra enorme capacidad de adaptación y planificación, había sido un éxito...bueno, no todo. Al día siguiente recibo, a las 07:50 la cuarta llamada: Dime- es la madre de los pequeños- que no te has llevado el carro del niño en el coche...ups, con tanto ir y venir, con tanto tumetraes, yotellevo al final había olvidado sacar el carro y descansaba, como mi coche, en el parking del trabajo. Así que, la OTC había sido un éxito, pero dejé a la madre y a la abuela de la critatura sin el carro para todo el día...cosas de las prisas...

MICROS (CONVERSACIONES DE BARRA)


6 de julio de 2009

LAS PELUQUERAS


Llega, como siempre, a última hora. Ya no hay clientela. Quedan las dos últimas peluqueras, aquella de pelo afro y cuerpo escultural, que bien pareciera una bailarina entrada en carnes, como a él le gustan; y la dueña del negocio, bajita, con el pelo muy corto y cara de sabérselas todas. Le llaman por su nombre, lleva años viniendo a esta peluquería. Vamos a lavarte el pelo. Es el mejor momento del ritual peluquero, el agua caliente, las manos de Rocío, que así se llama la bailarina afro. Hoy, incluso, al cerrar los ojos le ha parecido sentir los pechos en su nuca, pero han debido de ser imaginaciones suyas. No puede evitar permanecer con los ojos cerrados, es casi un ritual. Cuando los abre, Alessia, que así se llama la dueña, está frente a él. Uf, dice, pasándose la mano por la frente, se nos ha estropeado el aire acondicionado y no veas el calor que hace, ¿te importa?, pregunta un segundo antes de quitarse la camiseta. ¿Tú no tienes calor?. La camisa de Rocío contra el cristal es la respuesta. No da crédito a lo que está viendo. Las manos de Rocío, esas que, aunque él no se haya atrevido a mirar la han dejado medio desnuda, ya no se limitan al pelo, sino que van bajando hasta los hombros, el pecho. Relájate, te veo muy tenso, ¿mal día en el trabajo? Buf, es lo único que es capaz de articular, porque Alessia, que ha dejado la escoba, le comenta a Rocío las excelencias de un sujetador que comprime y levanta (¡ y tanto ¡) pero que no deja marcas. Bueno, es que yo ya sabes que no uso. ¿No usa? No puede. Lo intenta, fija la mirada en el techo, en la dichosa modelo de Loreal, pero no puede…¡ es cierto, no usa ¡ los pechos afro de la peluquera afro se muestra en toda su majestuosidad frente a él. Se siente intimidado, así que vuelve la vista, pero entonces Alessia ya se ha quitado también el sujetador, es que el calor ahora es tremendo, ¿no te parece? El agua, todavía enjabonada, le entra por los ojos, le llega amarga hasta la boca, pero ni se percata. Rocío abandona sus quehaceres peluqueros y se acerca a su jefa, zalamera. La verdad es que tú también podrías ir sin sujetador, tienes unas tetas bien duras, ¿no te parece? Le pregunta, pero él es incapaz de contestar. ¿Eso te parece? Alessia se las masajea sin pudor alguno. ¿Tú que crees? Vuelven a preguntarle. Pues, yo, la verdad. Bueno, inquiere Rocío, para eso hace falta tocar. Sí, claro, dice Alessia, mientras se acerca y le lleva la mano a uno de los pechos. Sí, son muy firmes. La erección es tan brutal que le duele la polla bajo los vaqueros. ¿Quieres comerme un pezón? están muy ricos. Sus deseos son órdenes, y se lanza a él con hambre. Eh, eh, interfiere Rocío, mis tetas llegaron primero, y por el otro lado de la silla llega con sus perfectos pechos para rivalizar con los de su jefa. No sabría con cual quedarse, y de hecho no lo hace, pues va de uno a otro. Después lo dejan sentado, yermo del sabor de los pechos y se desnudan frente a él, por completo, mientras se besan y se acarician. Él no llega a acertar más que a sacarse la polla por la bragueta y comenzar a masturbarse. Las peluqueras se recorren lascivas con las manos y con la boca, resaltando la belleza de unos cuerpos diametralmente opuestos pero que encajan a la perfección en la espiral de placer. Después, movidas por una mágica señal, ambas se arrodillan y comienzan a comerle la polla al unísono, con una maravillosa coordinación, como si hubieran estado ensayando toda la tarde. Cuando una se la mete entera en la boca, la otra se afana con los genitales, y por una señal divina, cambian de tercio sin perder el ritmo. Sigue sin creerse lo que le está ocurriendo. En un momento dado Rocío toma el control, escupe sobre la polla para humedecerla y se la coloca entre las tetas. Comienza a moverla de arriba abajo, aprisionándola entre sus montañas húmedas. Entre tanto Alessia se acerca a él y mientras lo besa lleva la mano a su coño, húmedo, latiente. Dos dedos entran mágicamente, casi absorbidos por los labios. Rocío sigue su movimiento, tan certero, tan brutal, que va a correrse. Me corro, me corro, susurra entre los labios de Alessia. Ésta entiende la orden y se arrodilla, junto a su subordinada. Ambas juntan las mejillas mientras Rocío mueve la polla con violencia. Los golpes de semen se pierden entre ambos rostros, en los ojos, en los labios. Cuando cesan las dentelladas y los movimientos, Alessia comienza a buscar el semen perdido, primero en los pechos de Rocío, después en sus labios, en su lengua…y entonces una voz femenina y firme cercena la escena. Ya está, el pelo lavado. Abre los ojos, aturdido. Pásate con Alessia, que te corte el pelo. Todavía aturdido se acerca a la silla, sorprendido de verlas vestidas, distantes, lejanas. Cuando se sienta lo comprende todo, esos segundos de ensueño, hasta que Alessia, tijeras en mano suspira, pasándose la muñeca por la frente, uf, se nos ha estropeado el aire acondicionado, no veas que calor…