28 de febrero de 2007

MICRORELATO (IX)


El pequeño está en el pasillo. Osito en brazos. Chupete. Quiero que venga papá. Ella se arrodilla y lo abraza para que no vea sus lágrimas. Han pasado ya casi dos meses, toda una vida...

LA CARTA DE LA VIUDA



En diciembre apareció una noticia en la prensa que, en resumen, contaba como un motorista que circulaba a gran velocidad perdió la vida al salirse de la vía y chocar contra la mediana, provocando que tres coches colisionaran al evitar atropellarlo. Recuerdo esa noticia. Todo lo que tiene que ver con accidentes de tráfico deja en mi memoria un extraño poso. Hoy han publicado una carta de su viuda (él se llamaba Alberto, ella se llama Irene). En ella intenta resarcir la memoria de su marido, explicando como no se trataba ni de una moto de gran cilindrada ni de un accidente por la gran velocidad, sino por un vehículo que realizando una maniobra temeraria provocó la salidad del motorista. Se me encoje el alma imaginando a esa mujer embarazada (tiene una hija de cinco años y un hijo en camino) sentada al ordenador, probablemente con el vacío bajos sus pies, escribiendo las letras que yo he leído hoy. Al fina la vida está hecha de detalles. Tendrá millones de problemas, y no solo el dolor, que solucionar. Tendrás otras grandes preocupaciones, y en cambio encuentra fuerzas para los pequeños detalles. No lo hace tanto por su marido como por sus hijos. Cuando una persona muere solo queda el recuerdo. A él nos aferramos con la fuerza de un titán. Y ella, titánica en la lucha por la memoria de su marido, no ha querido dejar ningún detalle suelto. Esta carta es algo más que una petición de justicia y memoria, es un canto a la vida, a la vida de los dos seres que se han quedado sin padre. Por eso la historia me ha enternecido especialmente y he querido aportar mi granito de arena para que Alicia y Daniel sepan como era realmente su padre.

27 de febrero de 2007

LAS QUINCE PUÑALADAS



Esta vez voy a evadirme de mi propia realidad. Y aun así, no voy a poder entenderlo, lo sé. Pero vamos a intentartarlo, que por nuestra parte no quede. Un hombre apuñala quince veces a su hija porque...¿por que qué?. ¿A alguien le importa realmente las razones?, ¿qué puede hacer una niña de diez años no para merecer, que eso es ciencia ficción, sino para generar tanto odio que como respuesta tenga el acero de una navaja destrozando su cuerpo?. ¿Qué clase de persona es capaz de hacer una cosa así?. ¿Enajenación mental transitoria durante el tiempo que necesita un ser adulto para elevar quince veces un cuchillo al aire y clavarlo en el cuerpo de su hija? ¡¡¡ su hija !!!. ¿Transitoria?. Para aceptar la estructura lógica de todo esto, como si fuera una película, tendría que ser permanente. Y ni aun así, el guión es flojo. ¿Que está loco?. Perfecto, en los psiquiátricos también hay rejas en las ventanas.

Estas historias me superan. No se a vosotros, sobre todo los que como yo hayan sido padres en los últimos años, pero no puedo con el dolor de los niños. Ni tan siquiera en la ficción de una pantalla me resulta agradable el trago de ver sufrir a un pequeño. Y cuando estás cosas ocurren en la realidad no puedo evitar llorar. Me consuela pensar que esa niña va a salvar la vida, pero ¿qué vida?, ¿qué ocurrirá en su cerebro cuando sea consciente de lo que ha ocurrido?, ¿podrá evitar el sentimiento de culpa que seguro la invadirá por las noches?. ¿Qué ocurrirá con ese hijo de la gran puta (por muy santa que sea su madre)?. ¿Saldrá a la calle y podrá reencontrarse con ella?. La socidad debería encontrar la herramienta para aislar a este tipo de personas. Me siento tan indefenso, que soy incapaz de hacerme una idea de lo que ella va a sufrir.

26 de febrero de 2007

POLICÍAS Y COLEGIOS




La noticia de la propuesta de Simancas de un policía en cada colegio me ha hecho reflexionar. No voy a valorar electoralmente su idea, porque es precisamente eso, una idea electoralista, sino que da que pensar el problema al que se busca solución. Y como siempre voy a utilizar mi realidad para intentar entender las cosas. Recuerdo mi infancia, que con la edad se está convirtiendo en una de mis actividades favoritas, y encuentro pilares muy básicos en mi educación y en mi forma de entender la vida: mis padres, sobre todo mi madre, que era nuestro referente diario, los profesores, a los que respetábamos, por miedo, puede, por rutina, también, por educación, sobre todo. Mi abuela, que hacía de madre cuando ésta no estaba. Algunos miembros de la familia que por su comportamiento pasaban de tíos o tías a espejos. Entre todos dieron forma a la arcilla para lograr la escultura que soy ahora. Creo, y no es vanidad, que hicieron un buen trabajo. Y creo que en mis amigos de la infancia el resultado fue el mismo. Ahora seremos unos de un color, otros de otro, pero nuestros valores son más o menos los mismos. Tuvimos nuestras peleas, hicimos nuestras locuras, pero nunca sentimos la necesidad de tener un policía en nuestro patio. Hoy esa idea no parece tan descabellada. ¿Por qué?, ¿qué ha ocurrido?. Una vez más me aventuro a la sociología desde la ignoracia, pero da la impresión de que la sociedad no se ha preparado a conciencia para la definitiva incorporación de la mujer al mercado laboral. Ni las empresas, ni la familia (benditos abuelos) han tenido tiempo para la adaptación. No vamos a negar lo evidente, a nuestra generación nos cuidó y educó una madre. Ellas revisaban nuestros deberes, nuestra mochila, nos daban de comer, de cenar, nos enseñaban las pequeñas tareas de la casa, nos bajaban al parque o nos vigilaban desde las ventanas. Ahora, con jornadas eternas de padres y madres, esa responsabilidad queda en el limbo, en unos abuelos que ya no tienen ni fuerzas ni verdadera intención de educar, sino de cuidar y mimar, porque se lo han ganado. Queda ese vacio, que seguro no es la responsabilidad directa de la pérdida de valores, pero sí que un acelerador, seguro. Habría que plantearse medidas que permitan a los padres pasar más tiempo con sus hijos. Y pensar que estos "trabajan" desde bien pequeños. A su jornada laboral (de no pocas horas) hay que añadirle los draconianos e imcomprensibles deberes. Yo salgo de trabajar e intento no trabajar, ellos han de hacerlo en sus casas. No voy a empezar una campaña contra los deberes, no es la intención de este artículo, pero da que pensar, el tiempo post escolar debería servir para educar otros elementos, y no los del conocimiento académico. El caso es que todo esto, la falta de tiempo de unos padres ahogados con hipotecas, letras y trabajo, hace que los niños pierdan el contacto diario y nutritivo con el núcleo familiar. Y pensar que la televisión o los ordenadores son sus herramientas educativas asusta. Quizá por eso no resulte tan complicado entender que la autoridad del maestro se haya perdido por completo. O el respeto al prójimo. Como padres debemos hacer lo que podamos, y una de las cosas es intentar pasar más tiempo con nuestros hijos. Que nuestro coche es más pequeño, pues nada, lo importante es que nuestro hijo, cuando llegue a nuestra edad, recuerde los momentos vividos, y no los programas de televisón que acunaron su infancia. Es cierto que ese tiempo no siempre redunda en algo práctico, como esos padres que acuden a los colegios encolerizados porque su hijo ha recibido un castigo (siempre que éste sea lógico) haciendo creer al niño que aquí no hay más autoridad que su padre, que es el que manda, y ¿quien es ese tipejo de matemáticas para recriminarle?. Hay que hacer un examen de conciencia y pensar, como en el tema de la ecología, que nos estamos jugando el futuro de la humanidad y de nuestra sociedad. No parece un tema sencillo, ¿verdad?.

25 de febrero de 2007

TVE, lo de siempre


Que Televisión Española, la de todos, haya decidido no emitir la entrevista de Quintero a Jose María García, tiene muy mala pinta, huele realmente mal. Es censura, se mire por donde se mire, es censura. Se llame como se llame, es un acto de cesura, previa, que es la más peligrosa de todas. Y uno va atando cabos y ya no parece tan extraño. ¿Nadie reflexionó sobre la emisión en diferido (media hora, nada más y nada menos que media hora) de la Gala de los Goya?. Que me parece muy bien que se quieran limar errores (va a ser un tostón hasta con un año de distancia), pero ¿tenía que ser justo con esa emisión?. ¿Qué diriamos los que abogamos por la libertad sin condiciones si esto lo hubiera hecho Aznar?. No, mejor, qué dijimos cuando lo hizo: que era un atropello, una barbaridad. Pues lo mismo me parece ahora. Y es que este gobierno no parece manejar los mensajes subliminales. Hubiera sido un acto de valentía y de diferenciación haberlo hecho en riguroso directo. Es más de lo mismo.

Lo de García es todavía peor. Sobre todo viendo lo que se ve en horario infantil, donde se destripan las miserias de las vidas ajenas en insulsos programas del corazón (del esfínter debían llamarse, por elegir un órgano más acorde). El de Quintero era un programa en el que un adulto iba a entrevistar a otro adulto e iba a ser visto por adultos a los que se les privó de la posibilidad de juzgar los insultos, de saber si García no estaba a la altura. Nos hemos quedado sin eso, y el Ente le ha dado la razón al viejo Jose María, una espuela más en su victimismo. Nos siguen trantando como idiotas, o mejor dicho, ese falso paternalismo nos transforma en idiotas a los ojos de quienes dirigen la televisión estatal. Pero no lo somos, no tenemos una opinión sobre Jose María, o no la tenemos gracias a Quintero, pero sí la tenemos sobre ustedes, sobre su TVE. Y no nos gusta.

24 de febrero de 2007

LA SOLDADO


Un día, en un pueblo muy lejano, una casa se derrumbó. No quedó nada en pie. La familia lloraba en la calle desesperada viendo toda su vida hecha escombro. Allí estaban las autoridades, muy sensibles siempre a las necesidades de su pueblo. El alcalde y el jefe de bomberos no se ponían deacuerdo. Que no, que la cinta que tenemos que poner para que la gente no cruce es la del ayuntamiento. Que no, que es la de bomberos, hombre, siempre estás igual, solo aceptaré la de bomberos, si no es la de bomberos nosotros no ayudaremos en este asunto. El niño más pequeño de la casa, acurrucado a su madre observaba la escena y no entendía nada. ¿Por qué se preocupan tanto de la cinta, que mi osito de peluche está dentro?¿no van a hacer nada?


Dedicado a Idoia Rodríguez y a la estupidez de nuestros políticos y sus medallas.

MICRORELATO (vIII)


Pone el cañón sobre su sien. ¡ Esta vez no fallaré!, ¡a la mierda!, grita con todas sus fuerzas, justo antes del tremendo cañonazo. No es el sonido del disparo lo que lo devuelve a la realidad, es el aplauso del público, emocionado y entregado como nunca.

23 de febrero de 2007

LA NOCHE DE LOS DOS PLÁTANOS


Mi madre, como todos los padres, tenía toda una parrilla de normas de obligado cumplimiento: lavarse las manos antes de comer, saludar a los mayores, el beso de buenas noches, no cantar en la mesa y no comer nunca, pero nunca, dos plátanos de postre. Y yo, como niño, que desconocía la utilidad real de las normas y adoraba los plátanos, entraba en conflicto cada noche en busca de mi ración doble. Nunca claudicaba. Así que mi monoplatanismo era perpetuo. ¿O no?. Ocurrió tal día como hoy hace 26 años. Un tipo vestido de verde con un gorro horrendo entró con unos cuantos compañeros en el congreso, pistola en mano, y gritó aquello de "se sienten, coño". Evidentemente para mí, que veía, igual que el resto de mi familia, confusas imágenes en la televisión, era un día cualquiera, y aquello bien pudiera formar parte de alguna película de Chicho Ibañez Serrador. Para los adultos no, para los adultos aquel era un momento de incertidumbre, de nervios, de llamadas telefónicas. Tanto que mi madre, mientras nos daba la cena a mis hermanas y a mi, estaba especialmente despistada en sus funciones maternas. Y eso influía, por su puesto, en las normas. Es mi oportunidad, me dije. ¿Qué queréis de postre?. Plátano, dijimos dos de los tres. Sacó la fruta, varias naranajas, mandarinas y tres o cuatro plátanos. Lo hice con profesionalidad, sin perder la calma. El primero con naturalidad, que nadie intuyera mis ulteriores intenciones. El segundo con sigilo, pero con rapidez. Llam, llam, llam, de tres ansiosos bocados cayó el muro de las normas y el primer plátano doble de mi infancia.

Aquella noche no fue especial para un niño de nueve años como yo por lo que estaba ocurriendo en Madrid o en Valencia, donde la democracia parecía jugársela a una sóla carta. No, aquella noche fue especial y maravillosa porque pude comerme dos plátanos de postre. Y parece una anécdota divertida sin más, pero no, porque gracias a ese detalle, poco tiempo después, siendo todavía niño, pude comprender la magnitud de lo que había ocurrido, porque algo muy, pero que muy grave debía ocurrir para que mi madre se despistara tanto que yo pudiera comerme dos plátanos.

22 de febrero de 2007

MICRORELATO (VII)


Estaba tranquilamente trabajando cuando le dieron una tremenda patada por detras. Apunto estuvo de partírsele la pierna. Pese a la sorpresa y el dolor fue capaz de revolverse y propinarle un cabezazo desde el suelo. Entonces fue cuando acudió el resto de compañeros y se armó una tremenda trifulca.
Al final el árbitro zanjó el tema con dos míseras tarjetas amarillas.

EL CONGRESO


Equipo rojo: "Ha sido usted un mal fiscal, un incompetente, sectario y viene aquí a acabar con los consensos, y lo ha hecho con un presidente del gobierno tan incompetente como usted, que ha permitido que alguien tan incompetente como usted sea ministro."

Equipo azul: "Señor Zaplana, usted me puede dar lecciones (...) de ladrillo, pero no de derecho"

Equipo rojo: "aquí es usted al fin solo político, antes era un mal fiscal metido a político partidista, sectario, radical."

A todo esto añada el respetable coros y cánticos forofistas de todo color y condición.


Y me preguntó yo ¿dónde está aquí el debate político?. Vale, yo, como votante he aprendido que probablemente el ministro no sea del agrado de la oposición (con ser ministro tenía ganado ya ese galardón) y que el nuevo ministro sabe que Zaplana es probable que se enriqueciera con el ladrilo. ¿Y qué?, ¿dónde están aquí las circunstancias que realmente nos deberían preocupar a los ciudadanos?, ¿qué conclusiones prácticas se han sacado y se sacan de estas disputas?. Me parece muy bien que los políticos jueguen al poli bueno y al poli malo en las televisiones, en la prensa, que se descuarticen con infantil saña, pero que en el Congreso, que es por lo que cobran, vayan a trabajar. Que se dejen de insultos, de demostrar su rapidez dialéctica, y que muestren su destreza para el consenso y para legislar. No me cuesta imaginarlos en cenas privadas, en los pasillos del Congreso, en los baños, bromeando, vaya, Eduardo, te has pasado con lo de inepto, ya, pero es que me lo has puesto a huevo. Sí, sí, ahí he estado un poco lento, pasé mala noche, por cierto ¿qué tal tu señora?. Y mientras tanto nosotros recogiendo el guante del duelo y aplicándolo a nuestra vida como forofos. Yo no, yo hace tiempo que decidí discutir solo por cuestiones importantes, por la propiedad o no de una ley, de una decisión política. Que Zaplana sea un altivo y un guerrero de lengua rápida, a parte de hacerme cierta gracia, me trae sin cuidado.

Sé que en los colegios siguen organizando visitas al Congreso. Cuando a mi hijo le toque el turno de conocer el hemiciclo, me encargaré personalmente de enterarme si están o no los políticos dentro. Si lo están, mi hijo se quedará en casa, soy un padre muy miedoso.

21 de febrero de 2007

EL ABOGADO MISTERIOSO


Jamal Zougam es uno de los inculpados en el juicio del 11M. Tenía un letrado particular, Mateo Seguí, al que tuvo que renunciar porque no tenía dinero suficiente para costearse sus servicios. Llegó entonces uno de oficio, Juan Ramón Gemeño, con el que, según El País, solo estuvo un mes. Y fue entonces cuando apareció el altruista y misterioso Luis Abascal, para asumir su defensa. Con la llegada de este nuevo abogado todo cambió en el modus operandi del inculpado. Pasó de basar su estrategia en desmentir a todo aquel que lo había reconocido como inculpado, a conceder, lo primero, una entrevista a El Mundo y solicitar que se tomase declaración en el jucio a tres etarras, a los que, según siempre El Pais, la teoría conspirativa estaba intentando inculpar. Lo mejor de todo ocurrió ayer, cuando para la defensa de su cliente aportó un documento en la que, siempre según su versión, se demostraba en el sumario que el temporizador utilizado inculpaba de forma inequívoca a ETA. Para demostrarlo incluía una foto de dicho temporizador que no es el que se encontró en el piso de los islamistas.

Ya es grave que un abogado mienta para defender a su cliente, que falsifique pruebas, que intente engañar. Pero puede que eso forme parte del juego del derecho, y que para eso está la pericia de los Jueces. Lo que realmente es grave es la verdadera razón de todo este lío. ¿Quien va a pagar los honorarios de este abogado?, ¿quien está detrás de todas esta estrategia de defensa?¿quien es el responsable real de que se intente colar en el juicio más importante de la historia de España una prueba falsa?. ¿Es solo casualidad que esta prueba alimente la teoría conspirativa que llevamos soportando desde el día de las elecciones?. A mi, personalmente, como ciudadano de a pie, me huele a chamusquina. Es indecente lo que tenemos que soportar. No solo nos intentan tomar el pelo a los ciudadanos, sino que quieren hacerlo con la justicia. Aquí hay algo que funciona mal, realmente mal, y alguien tiene que hacer exámen de conciencia. Y mientras tanto mi querido Zaplana alimentando la calma y la serenidad: "las cosas no están tan claras". Eduardo, Eduardito, Dudu, haber si nos vamos dando cuenta, las armas de destrucción masiva que pusieron a Zapatero en el gobierno (y en tus pesadillas) fueron los votos, peligrosísimos, como estáis pudiendo comprobar. Sí, Eduardo, esa es la verdadera arma de destrucción masiva para vosotros, y esa no la váis a poder desactivar.

Por último he querido darme un paseo por El Mundo digital para ver que versión dan ellos de los hechos, y en una primera revisión no he encontrado una sola referencia al tema. Tampoco he encontrado datos al respecto en La Razón digital. ¿Será casualidad?, ¿despiste?.

20 de febrero de 2007

MICRORELATO (VI)



Se desliza por las curvas sinuosas de una mujer por primera vez. Es la felicidad, piensa. ¿Por qué estás tan callada, María?. Por nada, Laura, tú cierra los ojos.

JUGAR EN LA CALLE


Este fin de semana, en carnavales, he coincidido con mi prima Lourdes, con la que últimamente he compartido poco tiempo. Y recordamos las muchas horas que jugamos juntos, a las chapas, al baloncesto, corriendo. Eso me ha hecho pensar. Nuestra generación, hablo de los que hemos superado la treintena, tenemos en nuestro cuenta kilómetros miles de horas de calle. Ahora, en cambio, es complicado encontrar niños jugando sin la tutela paterna en los parques o en las calles. No soy alarmista, ni mucho menos, porque también mis padres criticaban el tiempo que veíamos la tele y añoraban sus juegos aludiendo que nosotros no sabíamos jugar. Pero sí que es verdad que la calle ha dejado de ser un reino para niños. Con diez años nosotros bajábamos y siempre había alguien. Evidentemente no teníamos móviles y tardaron en llegar los telefonillos, así que había una rutina que se cumplía por cuestión práctica, y si no se gritaba a una ventana. Ese es el sonido de mi infancia. La calle nos ofrecía un espacio de libertad evidente, pero también de responsabilidad. Aprendíamos que hay más normas que las que nos imponían en la escuela o en el entorno del hogar. Que las cumpliéramos o no era otra parte del aprendizaje. Que hay coches, adultos, otras realidades. Y también aprendíamos a desarrollar nuestras propias normas, nuestro régimen interno, más o menos democrático. Alimentábamos nuestro espíritu aventurero callejeando e incluso adentrándonos en el misterioso mundo del "descampado". Ese espacio místico ha dejado de tener lugar en las ciudades (otra consecuencia de la especulación), pero en nuestra infancia era como la tierra de Mordor. No hay barrio que se precie que no haya tenido un buen descampado, donde tenían lugar sucesos más misteriosos y más indemostrables. No solían ser más que una decena de montículos de escobros recubiertos por tierra de años y algo de matorral. Pero representaban una auténtica selva urbana. Esa sensación de miedo y de respeto ha dado forma a mi personalidad tanto como las lecciones de la escuela.



Es a eso a lo que me refiero, creo que la infancia de hoy adolece de esos momentos de libertad, de cielo abierto, de límites físicos impuestos por tu propia cordura o miedo. No soy sociólogo, pero creo que parte de la desidia que se adivina en los jóvenes de ahora es consecuencia de esta pérdida de valores, de vivir en una realidad impuesta con las correas de tiempo demasiado apretadas, inglés, violín, clases de apoyo, karate, natación...llegan a los quince años, a la libertad, cuando el cuerpo les pide calle y se enfrentan por primera vez a un parque en un botellón. Ellos no han inventado el botellón, pero ya no recuerdan lo que es un parque, quizá por eso nosotros teníamos la costumbre de retirar nuestros desperdicios después de una (molesta para los vecinos, seguro) juerga nocturna y ellos parecen algo más remolones. Nosotros sabemos lo que representa un parque para un barrio, porque lo hemos vivido, nos ha alimentado y forma parte de nuestro imaginario común. Para ellos no es más que un espacio más o menos apartado en el que poder beber con cierta tranquilidad. Y de los descampados ya no hablemos, eso seguro que no saben ni lo que significa. También es verdad que algún día serán mayores y recordaran su infancia con nostalgia, viendo como los "jóvenes de hoy" no saben divertirse. Es una historia repetida.

19 de febrero de 2007

MÁS SOBRE LA MODERNIDAD DE LA IGLESIA


Mi buena y querida amiga Bea, que de vez en cuando encuentra un momentito para leer mi blog, me ha mandado una noticia y un link que incluyo, acerca de como la iglesia se adapta a los nuevos tiempos. La noticia no es otra que la utilización de Karaokes en las celebraciones. Sobran las palabras. Ah, lo que falta es el link:

y un gracias, rubia.

NO VOTAR


Cuando el ciudadano honrado siente la llamada a las urnas, no votar es como una falta de respeto. No hablo de aquellos que acuden con su carné de partido, fieles a la cita, sino aquellos que en realidad votan a la democracia. Hubo personas que fueron a la cárcel e incluso que murieron para que yo pudiera ir a votar, solo por ellos tengo que ir, aunque lo que entregue sea un sobre en blanco. Ese era mi principio. Ahora, pensando en el resultado del referdum sobre el estatuto de andalucía, me surgen algunas preguntas. ¿Y si no ir a votar fuera realmente un acto consciente y un reflejo del sentir político de la ciudadanía?. No desidia, sino una acción meditada. La acción de la no acción. Si leemos en la prensa el resultado de las urnas andaluzas tenemos dos formas de entender la realidad: casi nueve de cada diez andaluces dijeron sí al estatuto. O, por el contrario, sólo tres de cada diez andaluces acudió a apoyar el estatuto. Yo incluiría una tercera, siete de cada diez andalucés no acudió a las urnas. Sabemos que es carnaval, que a la gente realmente solo le interesan los partidos de la champions, y esto del estatuto es como una eliminatoria de copa contra un segunda. Sí, todo lo que quieran, pero siete andaluces se quedaron en la cama, o pasearon por las cercanías de los colegios sin pasar a ejercer su derecho (¿deber?) a voto.

¿Y si pensáramos en ello como una herramienta de presión, como un toque de atención, para nuestra clase política?. Ya hemos pagado el peaje de la transición, ya hemos madurado como ciudadanos. Yo voto por no votar en las próximas elecciones. Que ocurra como en el estatuto andaluz y que los políticos, de puertas para adentro y de puertas para fuera en las reuniones internacionales, tengan que dar explicaciones de por qué solo un diez por cierto, por ejemplo, de los ciudadanos votó en las elecciones. Sería, como el botón rojo, una solución siempre extrema, para casos de máxima desidia. ¿Por qué no ahora?, ¿por qué no por una vez?. Sabemos el resultado, si esto prosperara, porque sabemos quienes jamás gozarían de la suficiente capacidad crítica como para rendir su voluntad. A mi, personalmente, no me importaría, porque sería un triunfo de los ciudadanos, que de forma consciente y organizada, habrían encontrado una herramienta para explicarle a sus políticos, a todos, que no están contentos, que están cansados de sus partidismos, de sus guerras, de sus malversaciones, de sus insultos estudiados, de su falsa enemistad. Sería como una pañolada contra el palco en un estadio cansado del endiosamiento de sus estrellas. Sería una papeletada contra los políticos. A mi la idea me seduce, ¿y a tí?

16 de febrero de 2007

OS INVITO A UNA EXPOSICIÓN


Por una vez no voy a hablar de mi, sino de un buen amigo, Gustavo Corral, pintor, músico y miembro fundador de K-KUM.

Más que hablar voy a invitaros a una exposición. ¿Lugar?, Centro Cultural Fernandez de los Ríos (Camarena 10; Madrid). ¿Cúando?, del 16 al 28 de febrero, en el horario del centro cultural.

Animaros, os va a gustar. Y a nosotros nos encantará veros.


LA CARA DEL PAPA


Hoy iba conduciendo, otra vez camino del trabajo (hay que ver la de cosas que me pasan en ese espacio de tiempo) y he escuchado un molesto ruidito. Soy un poco maniático con esto (quizá con muchas otras cosas) así que he bajado la radio y he prestado atención. Al final lo he encontrado, en el limpia parabrisas había un papel publicitario. Al bajar lo he retirado con intención de tirarlo a una papelera cuando he visto su cara. Ha sido un susto tremendo. Y mira que me lo digo una y otra vez, no mires los papeles, del crital a la basura. Pues no, ahí estaba la cara del Papa, acompañada de la Virgen María y su niño Jesús. "Retiro espiritual de una día". Es paradógico. Me pregunto quien habrá dejado semejante aberración sobre mi vehículo. ¿Tan mal va la iglesia?¿este es el marketing con el que pretenden recuperar la clientela?. ¿Las iglesias se vacían y la conclusión a la que llegan es que les falta propaganda?. Han tenido la mejor maquinaria propagandística de la humanidad (ya quisiera cocacola tener las Cocavidades todos los años o la Semana Cocacolera). Deberían tener un poquito más de respeto, estoy seguro de que si a la persona que me ha dejado el papel en mi coche yo le dejara uno sobre un prostíbulo o sobre un video club de películas del estilo "las guarras de las galaxias" y pusiera, incluso, una foto de su protagonista follada por la espada de Darth Vader, se sentiría ofendida, invadida en su intimidad. No es que a mi el papel en sí me moleste, me molesta lo mismo que cualquier otro (¿alguien compró o hizo alguna vez algo por un papel que le hubieran dejado en su coche?). Realmente los papeles que me molestan sobre mi coche son las multas. Lo que me inquieta es que la iglesia recurra a esto. ¿Para cuando misas con ologramas y retrasmitidas por web cam?¿confesiones on line?, ¿ostias consagradas por correo electrónico?¿absoluciones por messenger?. Ya puestos que tiren la casa por la ventana y se lancen sin tapujos a la modernidad. Ah, eso sí, de revisar sus estatutos y sus principios nada de nada, que los preservativos atentan contra dios, los curas que no se casen y sigan aconsejando a los demás como salvar sus matrimonios y hacer el amor antes de casarse que siga siendo pecado. Por no hablar de los despistes por la pederastia de algunos de sus mienbros ¡ a dónde vamos a ir a parar, Señor, Señor !. ¿O ya hemos llegado?:
¿Quiere usted ser un acólito experto:
¿Quiere aprender a rezar:
¿Quiere aprender a rezar un buen rosario:
Ahora viene lo bueno ¿quiere confesarse on line:
Señor, Señor, ¿a dónde van a llegar?

15 de febrero de 2007

MICRORELATO (V)


Le dio otro beso. Esta vez en el culo. Ummm, que bien hueles mi amor. Es, sin duda, el mejor momento del día. Sí, cariño, hoy no toca pelo, ahora a cenar, que papá ya habrá preparado el puré.

EL JUICIO


Hoy comienza el juicio del 11M. 29 acusados. 191 personas muertas. 1.824 heridas de diversas consideración. Un maremoto político del que todos, de uno y otro lado, han querido o han podido beneficiarse. Hemos escuchado desde el 11 de marzo de 2004 auténticas barbaridades. Y no me refiero a la cerrazón del gobierno de turno en torno a la autoría, sino la acusación más o menos tácita a políticos del partido socialista. Recuerdo un amigo abogado que tenía una máxima que hasta el 2004 no me creía del todo: difama que algo queda. Esa parece ser la idea. Tengo también otra amiga, que para su desgracia y la de su entorno, sintoniza todas las mañanas con religiosa puntualidad la COPE, que asegura que Rubalcaba es el autor intelectual de los atentados. He visto un video, que durante semanas ha estado colgado en la página de un ayuntamiento madrileño del PP, que entre otras supuestas atrocidades demostradas, muestran al autor, etarra, por su puesto, de uno de los atentados subir las escaleras de atocha después de accionar la bomba. No sé que me sorprende más, que un etarra esté tan cerca de la bomba que estalla que se pueda jugar la vida, con lo valientes que sabemos que son los reyes del tiro en la nunca, o que ese mismo etarra, después de hacer click y volar el tren corra por la escalera con los detonadores ¡ en la mano !, ¿pensaba reciclarlos?¿eran los del coche y los necesitaba para abrir?¿tenían valor sentimental y acostumbra a guardarlos de recuerdo?. Era tan ridículo que en lugar de dar asco, daba pena.

Ocuparía demasiado espacio en este blog incluir tantas y tantas atrocidades soltadas al aire, sobre todo a las ondas, por parte de quien todos sabemos. Por eso me quedo con una pregunta. Va a haber un juicio. Los dirigentes del PP apenas pueden agarrarse ya a la táctica de la trama del 11M y camina por otros derroteros su oposición. Habrá una resolución judicial que buena parte de la ciudadanía dará por buena. También lo harán, aun a regañadientes, los políticos, aunque alguno verá muy probablemente puesto en entre dicho su credibilidad. Pero estoy seguro de que nuestro amigo Federico seguirá bramando, alimentando la conspiración planetaria y chusquera. No solo él, sino quienes en las manifesaciones recientes lucían pancartas con el lema: "11M, queremos saber la verdad". Entre ellos mi conocida, que digan lo que digan los jueces, las investigaciones, los autos procesales, la policía, digan lo que digan, seguirá pensando lo que piensa. ¿Quien tiene que decirles que los autores de aquel brutal atentado fueron unos terroristas islamistas?. ¿Dios?. Creo que Dios, si existiera, estaría demasiado ocupado como para bajar a explicarles a unos radicales la verdad. No habrá forma, pasarán los años y seguirán pensando que hay una maléfica conspiración que puso a un "payaso" en la moncloa.

He intentando, como labor humanitaria si quieren, hacer entrar en razón a mi amiga, explicándole cuando habla de policías corruptos, de mochilas mentira, de trampas, de autores intelectuales, que quien estaba en el gobierno en aquella época y por tanto era responsable de todos los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, eran ellos, las supuestas víctimas políticas. Ellos serían, en todo caso, quienes tendrían la capacidad de manipular, porque ellos tenían el poder. Y ni por esas, no hay forma de hacerla entrar en razón. Y Dios, repito, debe de estar demasiado ocupado o no le tiene mucho aprecio.

De todo esto lo que más me preocupa, fuera ya evidentemente del dolor causado por los verdaderos culpables, es como personas de mi entorno, trabajadores capaces, formados, inteligentes, con capacidad de crítica, padres responsables, se dejan llevar tanto por el partidismo, por el anti zapaterismo milintante, y que se agarran a ideas absurdas, maniqueas y peligrosas. Eso es lo que me preocupa, ver como personas a las que admiraba y respetaba, pierden el norte por haber perdio un escaño. Claro, que hay personas más capacitadas para sintetizar lo que pienso. Una de ellas es Enriqueta Moreno, psiquiátra de la que habló Rosa Montero en su columna del lunes: la semilla del fanatismo brota al adoptar una actitud de superioridad moral, es la militancia ideológica como un gen del mal (...) siendo muy difícil (...) desactivor por los beneficios que procura a la idealización del yo. No se puede decir mejor.

14 de febrero de 2007

LOS OLVIDADOS


Hoy romperé la rutina y escribiré dos artículos (o ¿cómo debemos llamar a esto?). Porque quiero romper una lanza en favor de unos grandes olvidados. Unos olvidados que durante un tiempo, hace un par de años, ocuparon nuestra conciencia, nuestras televisiones y, sobre todo, nuestras pancartas y nuestros autobuses. ¿Quién se preocupa ya de los papeles de Salamanca?. ¿Dónde están?, ¿qué ha sido de ellos y su maléfico plan de romper en dos partes esta España mía esta España nuestra...?, ¿están en un lugar tranquilo y vigilado?¿serán capaces por fin de sesgar la unidad territorial?¿han logrado su objetivo?. No he vuelto a saber de ellos, y quisiera que me dieran razón, para dormir tranquilo, para saber que los esfuerzos de quienes cruzaron el país bocadillo y banderita en mano, no fueron en vano. No quisiera que ahora, el polvo y el el olvido permitieran a tan maquiavélicos objetos lograr sus funestos objetivos. ¡ Salgamos de nuevo a la calle y preguntemos por ellos !. ¿Los ha visto, señor?, son unas cajas con millones de papeles. ¿Que qué ponía?, ah, ¡ yo qué sé !, pero eran peligrosos.

Se me ocurre una idea: mientras el PP siga en la oposición y ejerza su derecho a la réplica de pancarta en pancarta, que organicen cada nueva manifestación en una ciudad distinta de España, de estas forma, al menos, muchos jubilados viajarán gratis.

EL ABUELO


Le ha tocado. Una tarde cada dos meses. En el fondo lo adora, pero tiene quince años y la sangre a borbotones pidiéndole guerra. Fuera de la casa está la calle. Dentro, el silencio, a lo sumo los recuerdos. Las historias del abuelo. La memoria es lo único que me queda, hijo. Su hermana ya ha llegado, tintinean las llaves por el pasillo. Perfecto, ya puedo irme. Fin de la guardia, ahora los colegas, la música, unas birras...suena el móvil. Stams dde spr, trae yelo. Joder, siempre me toca a mí. Abuelo, me largo, mañana seguimos, ¿vale?, dile a mamá que vendré tarde. Le da un beso. Pincha, pero huele muy bien, es un olor agradable, seguro que dentro de unos años será lo único que le quede, el recuerdo de un olor. Pero él no lo sabe. Vuelve a sonar el móvil. Ahí se queda, en el pantalón. Abandona el salón, pero no deja de mirar a su abuelo. Hay algo, no sabe el qué, que le impide salir rápido. Adiós abuelo. Suena otra vez el móvil. Se acerca a la puerta y antes de cerrarla escucha una voz inconfundible, en la mina, hijo, no todo era frío y trabajo, me acuerdo del Valderrama, siempre cantando. Fuera sigue la calle. Y los colegas. El sonido de la puerta al cerrarse es hueco, como sin vida. Mira de nuevo atrás y ahí sigue, su abuelo contando las historias de siempre. Cómo cantaba, hijo, cómo cantaba. La puerta está cerrada, sí, pero él se ha quedado dentro.

13 de febrero de 2007

LA POLICÍA


Tengo una pregunta: ¿la policía está sujeta a las normas cívicas, de educación y circulación igual que el resto de los mortales?. No vamos a caer en el tópico o en el prejuicio, sería un error absoluto. Simplemente voy a contar dos pequeñas anécdotas, intrascendentes, pero que en su día me hicieron pensar. Vivo relativamente cerca de una comisaría y eso, a parte de complicarme el funcionamiento de mandos y darme problemas de cobertura, no me ha afectado nunca en nada. Un día, circulaba yo con mi tranquilidad acostumbrada, a menos de treinta, porque los cuarenta me dan vértigo en ciudad, y al doblar una esquina, a la altura de la comisaría, me encuentro en medio de la calzada a cinco policías uniformados que me obligan a deternerme. Sin ningún gesto por su parte, pues estaban en animada charla, saliendo del bar, sino por pura lógica, o paraba o me los llevaba por delante. Me asusté en un principio pues pensaba que ocurría algo. Uno de ellos aceleró el paso al verme llegar, mientras que los otros cuatro me miraron, alzaron la mano ligeramente para que me detuviera y cruzaron con toda la parsimonia del mundo. Cuando pasaron todos y podía reiniciar la marcha fue cuando me di cuenta, no había urgencia, no pasaba nada, simplemente cruzaban por la mitad de la calle porque era el camino más rápido entre el bar y la comisaría. Entonces bajé la ventanilla y dije ¿por qué?, ¿me pueden decir por qué he tenido que parar?. Cuatro siguieron su animada charla y un quinto me miró y dijo usted tranquilícese. Aquel tranquilícese me supo a cuerno quemado, más que todo lo demás, porque sonaba a o se calla o le hago confesar la muerte de Manolete.

Hace poquito tuvo lugar la segunda anécdota. El entorno era más o menos el mismo, algo más lejos de la comisaría. Circulábamos unos cuantos coches a la velocidad lógica cuando a lo lejos se escuchó la sirena de la policía y un coche a toda velocidad. ¡ Una emergencia !, pensábamos todos los conductores y nos fuimos apartando por turnos, según el vehículo policial iba acercándose. Cuando me tocó fue justo en la parte de la calle en la que no me quedaba otra que subirme a la acera, y así lo hice, poniendo en peligro la seguridad de un posible peatón y los bajos de mi coche. Como el cuerno me seguía oliendo a quemado, estábamos ya muy cerca de la comisaria y eran las tres menos cinco, decidí seguir al coche en su emergencia. No me sorprendió cuando se detuvo en el pequeño parking de la comisaría y la pareja de Nacionales se bajó, entre risas, camino del cambio de turno. Me sentí indignado. Habían puesto en peligro, sí, en peligro, porque no todo el mundo está preparado para reaccionar de forma adecuada, a los ciudadanos, saltándose semáforos, entorpenciendo la ciruculación, porque llegaban tarde al cambio de turno.

Sinceramente me quedo sin argumentos, porque literalmente no lo puedo entender.

12 de febrero de 2007

AZNAR


La arrogancia de nuestro ex presidente no tiene límites. O como les gusta tanto decir a algunos, parangón en ningún político de ningún país civilizado. Ahora nos viene con que no, que resulta que hasta él ha descubierto, con un retraso de consecuencias mortales, que no hay armas de destrucción masiva en Irak. Y ese no es el asunto grave, aunque parezca irónico decirlo. Lo grave fue que alimentara una guerra en un error, pero eso ya ha pasado. Ahora lo grave es la arrogancia e ironía con la que ha reconocido dicho error. Con esa misma falta de respeto con la que se presentó al mundo poniendo los pies sobre la mesa de Bush. Altanería y chulería castiza para reconocer uno de los fiascos más interesantes (a nivel histórico) de los últimos siglos. Leí en una carta al director que bien pudiera Aznar haber hecho estas declaraciones en cualquier plaza de cualquier ciudad de Irak, o en uno de sus hospitales repletos de heridos. Creo que ahí no escontraría lo que él ya dijo que tenía bien puestos para decir lo que ha dicho y lo que es peor, como lo ha dicho. Sí, señor Aznar, tiene usted unos güevazos que dan ganas de vomitar. ¿Qué le hubiera costado bajar la mirada y decir sin tapujos y con humildad que buscó lo mejor para la humanidad teniendo en cuenta la información que poseía y creyó actuar en consecuencia?. No, en ese momento no lo sabía porque nadie lo sabía, problema de no haber sido tan listo y no haberlo sabido. No, Pepemari, el problema fue lo tonto que fuiste. No solo nos metiste en una guerra que alimentaste con tu egolatría, sino que perdiste el respeto de muchos españoles que dieron la espalda a tu delfín, o mejor dicho, que apoyaron a un desconocido con tal de que tu querido Mariano no repitiera tus errores. Las consecuencias de tus acciones las juzgará la historia, claro, y tus nietos leerán el verdadero valor de tus palabras y tu forma de manejarte en la política. Pero mientras tanto has perdido una nación para tu partido y has provocado tanto dolor que tu conciencia, si es que tu arrogancia le deja un espacio dentro de ti, debería impedirte dormir el resto de su vida. Y como dice el lector de la carta, otra realidad preocupante son los aplausos que estas reflexiones provocan todavía en algunos. Por mi parte no lo puedo entender. Sea uno del color que sea hay ciertas cosas que no se pueden o no se deberían tolerar, y una de ellas es esta. Por mi parte señor Aznar tiene usted un puesto de honor en mi memoria, el del político más despreciable que he conocido en mi vida. Soy historiador y rondo los 35 años, así que he conocido y leído sobre unos cuantos. Enhorabuena, listillo.

11 de febrero de 2007

EL VOLANTE




Como todas las tardes llegamos a casa en el viejo "bravo". Aparcamos lo más cerquita que podemos y seguimos nuestras rutinas. ¡ Ya hemos llegado, papá!. Sí, ya hemos llegado, hemos tenido suerte con el sitio. Las mochilas, las chaquetas. Quiero tunir. Bueno, ya no lo dice así, se va haciedo mayor, pero me gusta guardar el recuerdo de las frases que todavía no decía bien y que me hacían mucha gracia porque eran suyas, nadie más en el mundo llamaba tunir a conducir. Quiero conducir. Otra rutina más. Pues venga, al volante. Yo me siento de copiloto y pregunto a dónde vamos. A La Jana, el pueblo de los abuelos, que para Rubén debe de ser algo así como el Polo Norte para Amundsen. Mueve el volante con convencimiento, toquitea las marchas, tal vez la radio y algún que otro botón. En cambio el otro día introdujo una novedad que me sorprendió. De golpe se concentró en el volante y comenzó a golpearlo rítmicamente con las dos manos. De dos formas muy concretas, sobre la parte central con las palmas hacia abajo, como si quisiera tocar el pito, y por los laterales con las palmas hacia arriba. Me quedé asombrado, porque no reconocía a qué parte de la conducción correspondían esos movimientos. Sorprende porque uno es padre y lo que hace es observar, seguramente a cualquier otra persona le hubiera pasado totalmente desapercibido. Pero los padres observamos con científica ilusión todo lo que hacen nuestro hijos.


Cuando se cansó terminamos el juego con el acostumbrado ya está papá. Y olvidé el tema de los golpecitos en el coche hasta ayer. Volvía solo a casa, escuchando algo de flamenco, que de vez en cuando me gusta ponerlo a todo volumen para canturrear en la semiintimidad del coche. En un semáforo descubrí el secreto. Mientras el cantante desmigajaba sus desgracias amorosas al compás de un tanquillo bien cantado, yo me descubrí golpeando el volante, primero en la parte central, como si quisiera tocar el pito, con las palmas para abajo, después, al ritmo de la parte final del tanquillo, en los laterales, con las palmas hacia arriba...

10 de febrero de 2007

EL BARCO


La historia que les voy a contar ocurrió hace algunos años. No demasiados. Goberanaba Aznar y en la oposición estaba un tal Jose Luis Rodriguez Zapatero. Por aquel entonces, un barco repleto de un peligrosisimo cargamento, seres humanos, con sus bracitos y sus cerebros, quedó fondeado a doce millas de las costas africanas de Mauritania. Lógicamente ningún gobierno se quería hacer responsable de aquel peligrosísimo cargamento. Es más, incluso la ayuda humanitaria, que normalmente carece de color político, tenía que sortear numerosas trabas burocráticas para hacer llegar su buena voluntad a los osados y hacinados ocupantes. Aznar miraba para otro lado y, preocupado por encontrar armas de destrucción masiva, argumentaba que aquel no era su problema. Y Zapatero, fiel a su filosofía de izquierdas, criticaba la falta de humanidad de un gobierno cobarde e insensible...

Pues no, toda esta historia no ocurrió hace años, sino que está ocurriendo ahora. Y no es Aznar y su gobierno quienes se muestran cobardes e insensibles, sino Zapatero. No me cuesta imaginarlo, si esto hubiera ocurrido, como he fantaseado, hace unos años, en un mitin, mano en alto gritando "Aznar es un presidete capaz de dejar morir a 400 imigrantes metidos en un barco por falta de valentía. Si yo fuera presidente esto no ocurriría porque seríamos valientes y ayudaríamos a esa gente, porque mi gobierno no tendría miedo a los inmigrantes, porque un gobierno de izquierdas no tiene miedo jamás a las personas."

Pues eso, señor presidente, sea fiel a lo que vendió a sus votantes y, sobre todo, sea valiente. Sienta un precedente. Sí, de eso se trata. Ya lo hace con otras cuestiones y es criticado, pero es valiente ¿por qué no lo hace ahora?¿son menos peligrosas las consecuencias de tener a De Juana postrado voluntariamente en una cama que las de tenderle una mano a esos cuatrocientos desgraciados?.

Supongo que algún día mi hijo me preguntará papá ¿y tú por qué votas siempre en blanco?. Entonces le contaré que hace unos años, hubo un barco...

9 de febrero de 2007

FOTOS EN LA RED


Esto de escribir me gusta. Pero también me gusta secuestrar la realidad de vez en cuando con un opturador. Por eso he creado un fotoblog, que es algo parecido a esto, pero para fotografías. Como de momento mantengo mi filosofía internaútica intacta, es condición indispensable la gratuidad, por eso solo podré colgar una foto al día. Poquito a poco iré llenándola de luz.

Echádle un vistazo de vez en cuando...

EL CLIENTE


Ella:

Nunca entenderá como un hombre como él acude a una profesional como ella. Guapo, elegante, inteligente. ¿Qué le falla para no encontrar lo que busca?. No quiere nada especial, simplemente un polvete rápido y silencioso. El cliente perfecto. Apenas habla, saluda, folla, paga y se va. Como ese, todos, piensa, y su profesión sería gloria bendita. Lleva años siendo su cliente y no sabe tan siquiera su nombre. Es especial y le gusta por eso. Sigue sin entenderlo, pero le gusta

Él:

Cuando abre la puerta tropieza una vez más con la silla. Empuja las ruedas con cariño. Hola, mi vida, ya estoy en casa.

8 de febrero de 2007

MICRORELATO (IV)

Le tendió una mano, porque por fin hacía sol.

el tiempo

Tú, que has pasado de largo la treintena, ¿qué no darías por la eternidad de un verano de tus quince años?. ¿Qué darías por esas largas tardes a la sombra de un árbol del parque o de las escuelas de tu pueblo, cuando el tiempo parecía una enorme rueda a la que los segundos apenas si podían arrastrar?. Ahora, las endemoniadas manecillas del segundero parecen haber secuestrado el calendario y los días caen a la velocidad de los minutos de tu juventud. Con veinte años no solo te crees invencible y que el mundo entero está en tu contra, sino que crees que tienes dominado al tiempo. Veías a los jóvenes de treinta y poco como ancianos de vuelta de todo, como extraterrestres que por algún tipo de casualidad compartían espacio contigo. Esa osadía no te permitía llegar a una conclusión que hoy por evidente te sonroja: como tú estás me he visto y como estoy yo te verás. Nadie se salva. Te lo explican y te parecen las batallitas de los abuelos. Pero es verdad, cuando sobrepasas la barrera de las tres décadas el reloj se acelera, las cosas ocurren tan rápido que de presente pasan a recuerdo a velocidades de vértigo. Y las realidades que te rodean cambian sin que apenas pongas voluntad en ello. Hay decisiones, sí, todo son decisiones voluntarias si me apuran, pero inefables, inevitables. El trabajo, el coche, la casa, tal vez hijos. Y no solo cambias tú, también lo hace tu entorno. Ahora, por ejemplo, llegamos a la edad de la que tenemos los primeros recuerdos de nuestros padres. Sí, quien más y quien menos recuerda a su padre con treinta años. Eso es hacerse mayor. Y nuestros hijos han conocido a sus abuelos con la edad de la que nosotros tenemos los primeros recuerdos de los nuestros. Mi abuela siempre fue una abuela, así la recuerdo, en cambio veo a mis padres y tengo la paradoja de saberlos abuelos a un tiempo, y ahí todo se complica. Además, la rueda inapelable de la vida te va lanzando dardos de lógica, apenas quedan abuelos en el entorno de tus amistades, los que quedan son reductos vitales casi inexplicables. Y la fortuna de la salud empieza a ser remolona con tus progenitores y los de tus amistades. Antes, la falta de salud o la muerte del padre era un drama casual, mala suerte, se decía. Ahora, cuando los achaques empiezan a manifestarse con demasiada soltura, como si siempre hubieran estado ahí, ya no parece tanta casualidad, sino tal vez un aviso.
Y en todo este devenir siempre tienes la sensación de que te dejas algo. No algo en el camino, como un amigo o un ser querido, que también, sino algo por hacer. A mi, si me preguntaran, no diría que el ser humano se caracterice por el uso de la razón, sino por tener siempre algo pendiente de hacer. Nunca hay tiempo para todo, hay que dejar cosas que consideras menos importantes o secundarias en el tintero del reloj. Pero algunas son muy importantes, aquel te quiero que no dijiste, aquel abrazo remolón, aquel beso olvidado.
Cuando a los quince años mirabas el reloj maldecías su lentitud y ahora, que te doblas la edad, maldices que el tiempo haya equivocado su registro, y te dices, le dices, ¡ ahora, ahora es cuando deberías ir despacio ¡

7 de febrero de 2007

MICRORELATO (III)

Cerró la puerta con rabia sin saber que él también estaba dentro

El mar


¿A dónde va toda este agua?, pregunta María Basilia. La pregunta es tan simple que abruma. Sí, ¿a dónde va?. María tiene 60 años y recelosa ha visto por primera vez el mar. La historia ni es nueva ni es sorprendete. Es más, ¿cuantas personas en el mundo morirán sin haberlo visto?. Lo que me enternece de esta historia es la razón final, tirando una línea valiente, por la que esta mujer ha sentido el olor raro, como ella dice, por primera del mar en sus pulmones. Un cruce de casualidades y algunas certezas confundidas la han traído. La primera y más importante, la cerrazón de quien ve en la violencia un camino de salida y no un túnel de condena. La segunda la valentía de su hijo por cruzar ese mar que ahora conoce y buscarse una nueva vida en un país tan hostil como hospitalario. La tercera que ese mismo chiquillo decidiera esperar dormido en la terminal 4 el mismo día que los de siempre decidieron volver a los trabajos en el túnel. Sí. María Basilia es la madre de Carlos Alonso Palate. Ha venido con sus hijos a conocer la tierra en la que un día su hijo despertó del sueño para dormir eternamente.

Para seguir escribiendo primero he de hacerme una pregunta ¿qué es la felicidad?. Esta mujer se creía ciega y tan solo era que unas cataratas la habían condenado a la oscuridad. Sus hijos malviven en trabajos precarios y rodeados de violencia. No habían subido nunca a un avión y unas escaleras mecánicas para ellos eran un artilugio mitad demonio mitad fascinación. Tal vez su tercer apellido sea penurias, frío, hambre. En cambio, rodeada de su familia, en un mundo nuevo que a otros muchos deslumbra, ella no paraba de preguntar cuanto le iba a costar regresar a Ecuador. Quiero volverme, esto no es para mi. Pues eso, ¿qué es la felicidad?

6 de febrero de 2007

MICRORELATOS (II)

Será usted un muerto muy elegante- le dijo el dueño de la tienda de disfraces.

El cachorro de ETA


Viendo la foto ayer en el periódico uno entiende muchas cosas. Otras, verdaderamente nunca las entenderá. En ella aparece uno de los jovenes de jarrai detenidos en la teatrada del frontón, pendiente de pirata en la oreja, puño izquierdo en alto, vuelto hacia la cámara, mientras varios ertzaina (de espaldas) lo custodian. La imagen podríamos verla subjetivamente e imaginar al centenar de compañeros coreando su nombre, respondiendo con gritos a una detención más que pactada, con cámaras incluidas. Si fuera un capítulo de House podríamos ver el interior de su cuerpo para observar como éste genera adrenalina a borbotones. Y es que, como dice Alfonso Moragón (mi suegro), la vida del bandolero es muy emocionante. Esos momentos de gloria, ese sentirse un héroe, víctima voluntaria en pos de un bien común, que es la libertad de su pueblo, no se puede conseguir levantándose a las siete de la mañana para ir a la fábrica o a la oficina. ¿Cómo ser joven y no ser tentado?. ¿Que hay que destrozar coches, intimidar, agredir o matar?, son los daños colaterales. Mientras tanto, la adrenaliza a mil por hora. Debe de ser adictivo, difícil de dejar. Y difícil de solucionar, sobre todo a corto plazo. Educación, mucha educación en el respeto y amor por el localismo no excluyente. También, como diría Guillermo Fesser, viajar un poquito, porque el nacionalismo se cura viajando.

Y reflexionando sobre la teatralización de la entrega de los prófugos, recordando las fotos de De Juana postrado en la (¡¡¡ custodiada !!!) cama del hospital, y otros muchos eventos, uno piensa ¡ que grande e inteligente es la maquinaria propagandística de ETA¡. Quizá ahí es donde los ciudadanos y la prensa deberíamos centrar nuestros esfuerzos. No hagamos rentables sus maniobras, no sirvamos de trampolín a sus ideas. Es difícil, sí, pero estamos viendo que en esta historia todo es poco y no hay nada fácil.

5 de febrero de 2007

El accidente

Siete y media de la mañana. Circulo a una velocidad razonable por la nacional I camino al trabajo. El coche que me precede en la marcha lo hace algo más rápido y, como solemos decir en estos casos, comiéndole el culo al de delante. Que manía tienen, pienso, mientras Pablo Motos me ameniza el trayecto. Lo de todas las mañanas. De pronto, a menos de treinta metros de donde circulamos, un coche que viene de dos carriles más a la derecha comienza a dar bandazos, literalmente parecía un hoja seca cuando va cayendo de un árbol. Sin llegar a perder el contacto de las ruedas con el asfalto va de un lado a otro dando vueltas. Todo ocurre en apenas diez o doce segundos, pero parecen siglos cuando lo recuerdas. En uno de esos bandazos golpea al coche que va justo delante de mi, aquel que aficionado a comer espacios vitales. Todos los que vamos detrás, en la medida de lo posible, vamos deteniendo nuestros coches. El de los bandazos, de color azul, después de golpear al otro coche queda invertido en la marcha justo frente a mi. Les juro que parecía todo una escena de Matrix. No sabía que hacer. He intentado reducir marcha por marcha para no patinar por la lluvia, para aprovechar en freno del motor. De quinta a cuarta, de cuarta a tercera, pero cuando el coche se ha puesto frente a mi, circulando fuera de control marcha atrás he perdido el ritmo y he acabado con el coche calado. No sabía si cambiar de carril, si pegar un frenazo brusco. Al final la mediana ha detenido la caótica trayectoria del vehículo. Ha habido un segundo en el que no ha ocurrido nada. He visto el cuerpo de la conductora zarandeado por el golpe final y tal vez mi inconsciente me ha prevenido de lo que podía ocurrir. El caso es que he visto como salía del coche desorientada y entonces sí, entonces he salido (sin el chaleco, menos mal que la Guardia Civil después no me ha multado) a tranquilizarla. Tranquila, respira, ¿te duele algo? tranquila, tranquila, toma aire, respira. Que sí, que se te ha ido, tu tranquila y respira, respira despacio. Si, agente, nosotros estamos todos bien, ha sido ella la que se ha golpeado.
No ha ocurrido nada, probablemente esta muchacha haya pasado los peores momentos de su vida, pero salvo dos coches destrozados y medio centenar de corazones al borde del colapso, nada más.
Aun así, da que pensar, y mucho.

4 de febrero de 2007

La manifestación ¿contra?






Sobre la manifestación que recorrió las calles de Madrid me gustaría hacer algunas reflexiones. Vaya por delante que se trata de mi visión subjetiva del asunto, y por tanto evitaré empezar cada aseveración con el manido creo que. En primer lugar quisiera hablar sobre los asistentes. Los políticos, por ejemplo. Soy de la opinión de que un político tiene un trabajo muy serio cuando tiene responsabilidades de gobierno, que es el de gobernar para todos y cada uno de los ciudadanos. Sin medias tintas, convencido de que lo que hace está bien y abierto a creer que se equivoca. Dentro de ese trabajo no debería incluirse acudir a manifestaciones. Ni tan siquiera cuando el lema sea inequívoco reflejo del sentir de todos los ciudadanos. Su trabajo es el de dirigir, no el de manifestar. La oposición es otra cosa, ellos (de izquierdas o derechas) no tienen responsabilidades de gobierno, y estas se limitan al conjunto de sus votantes y, por tanto, pueden e incluso deben asistir a las manifestaciones que consideren oportunas. Por estas razones no critiqué a Gallardón (aunque no criticarlo me produzca una extraña sensación) cuando no acudió a la manifestación convocada tras el atentado de Barajas. Creo que hizo bien porque tiene responsabilidades de gobierno dentro de la ciudad de Madrid, lo mismo que Esperanza Aguirre. Lo que no entiendo, por tanto, es que acudieran ayer. Soy madrileño, y les guste o no, y lo que es peor, me guste o no, ellos también me representan a mi. No entiendo que pretenden decirme ¿que es más importante para ellos la filiación al PP que su papel de gobernantes?. Si esa era su intención, mensaje recibido, aunque podían haberse ahorrado el esfuerzo, ya lo sabíamos.


En cuanto al resto de personas que acudieron, según la prensa, desde diversos lugares del territorio nacional (¡ cómo les gustará a muchos eso de "nacional" !), creo que estaban en su derecho. Además con la libertad de acudir bajo un lema y luego vociferar consignas en otro. Esa gente, equivocada o no, gozan de toda la libertad del mundo para opinar y hacerse oír. A los ciudadanos de a pie solo nos quedan estas manifestaciones y las urnas, no están las cosas para desestimar recursos. No comparto, en absoluto su sentir, ni la gran mayoría de las formas de reflejarlo en cánticos y pancartas, creo que algunos son enfermizos y dignos de diagnóstico psiquiátrico, pero son todos legítimos, sin duda.


Después están las declaraciones que se hicieron durante y en el entorno del evento. En primer lugar las palabras de Alcaraz, presidente de la AVT, una de las personas que menos simpatía generan en mi entorno. Repetió, como recurso de su discurso, una y otra vez aquello de "los que estamos aquí" supongo que para enfrentarse a los que no estábamos allí. Y como incluyó ideas como la defensa de la libertad, el apoyo a las víctimas y la lucha contra los criminales no puedo más que corregirlo: no estuve allí y, como otros muchos que nos quedamos voluntariamente en casa, defendemos esos mismos principios. Por caminos distitnos, creo que esa es la parte que les cuesta más entender. Era irónico que otro de los participantes hablara de que ellos sí estuvieran a favor de la pluralidad. ¿Seguro?¿es pluralidad creer en la vía de la negociación?. No, eso no es pluralidad porque está en contra de su forma de ver la vida. Otra de las desafortunadas ideas de Alcaraz: Dejuana tiene los mejores médicos y servicios hospitalarios a su servicio, lo que ETA le negó a Ortega Lara en sus meses de cautiverio. Claro, Alcaraz, porque ETA son asesinos y el Estado ha de salvaguardar la seguridad de todos y cada uno de sus ciudadanos, sean cuales sean las circunstancias de los mismos. Quizá para gente como Alcaraz alimentar a los presos, habiendo tanta hambre en el mundo, es una falta de respeto al Tercer Mundo.


Sigamos con más declaraciones en el entorno de la manifestación. Rajoy explica que España es una gran nación, con más de 500 años de historia y la octava potencia del mundo, y por ello no puede negociar con una banda (...). Perfecto, es decir, que si fuéramos una nación joven y pobre sí que deberíamos hacerlo. Ahora entiendo que Bush no negocie, que invada, debe de tener su misma filosofía. ¡ Y qué bien le va !. Pilar Elías, que ademas de viuda de una víctima de ETA tiene la desgracia de corpartir espacio físico a diario con el asesino de su marido, a la pregunta de si considera que el Gobierno está negociando con ETA responde que sí, sin ninguna duda, porque no me fío de este gobierno. Perfecto, que claridad meridiana, creo que Bush tampoco se fio de Sadam aunque no tuviera evidencias. Tal vez hay que tener alguna para afirmar este tipo de cosas, ¿no les parece?. También, cualquiera que llegara al estrado a manifestar su opinión o la de sus representados, recurría a la frase la mayoría de los españoles, cuando no la de la mayoría de los españoles de bien. Por favor, un poco de respeto, hay españoles de bien que no creemos en sus ideas, asúmanlo ya de una vez, ya que las urnas no parecen haberles convencido. La mayoría de los españoles votaron a Zapatero, esperen a que la mayoría vuelva a decidir, mietras tato eviten hablar en nombre de tantos, sean un poquito más humildes.


Y por último, que hoy le estoy dando a las teclas con demasiado soltura, habría que hablar de las cifras sobre los asistentes. Aceptemos los partidismos, y que hubo un partido de ida que fue la manifestación del trece de enero y una vuelta que fue ayer. En la ida hubo lógica en las cifras, tanto la delegación del gobierno, como la Comunidad de Madrid, como El País (las tres fuentes de las que hablaré) se movieron entre las 170 y las 210 mil. En cambio en el partido de vuelta ya no hay tanta paridad, la delegación del Gobierno y El Pais hablan de entre 180 y 220 mil y la Comunidad de Madrid de 1.5 millones de personas. ¿Eso es lógico?. Evidentemente alguien ha cambiado su modo de ver las cosas, y es complicado imaginarse que ayer hubiera casi 10 personas donde hace un mes hubo 1. Las matemáticas son más lógicas de lo que parece. Queda pendiente hablar para otra ocasion de como TeleMadrid hace el seguimiento de estas manifestaciones, llevando a contertulios que se mueven todos en la misma ideología y forma de afrontar el asunto del terrorismo. Perfecto, viva la pluralidad.


En fin, que algunos empezamos a estar cansados de que ciertas personas que se autodefinen como héroes de la paz, la libertad y la igualdad se vayan apropiando de iconos e imágenes que no son suyas, del futuro de España, del bien, de la bandera o del himno.

3 de febrero de 2007

Las cosas importantes


Está recostado sobre el sofá. La postura no es cómoda. O no lo sería al menos para un cuerpo adulto. Pero ellos son la goma de la vida. Respira fuerte. Treinta y ocho con cuatro marcaba el termómetro, insensible aparato de disgustos. Lleva más de cuatro días así. Que va y viene. Ora es el niño risueño y divertido de siempre, ora le vence la fiebre y es el mimoso y lloroso bebé. Nada que no hayan pasado millones de padres en millones de mañanas de sábado. La intranquilidad es un runrun que se instala desde la primera vez que el mercurio se subleva hasta la última tos. El ronroneo de un mar perpetuo que te acompaña allá donde vayas. Hagas lo que hagas una ola te recordará que no todo está en perfecto estado. Sintiéndome así recuerdo mis otras preocupaciones, las que alimentan este blog, y me parece todo superficial. Es eogista, por su puesto, porque hablo de cosas importantes, del dolor de otros, pero nada se puede comparar. No importa, sea lo que sea, ocurra lo que ocurra, un hijo estará siempre en primer lugar. Lo bueno, y lo malo, es que la memoria es muy frágil, y dentro de tres días Rubén correteará tras una pelota gritando penalti, papá, penalti, y volveré a preocuparme de las cosas de siempre, de los atascos, del trabajo, de las hipotecas...Mientras tanto, mientras él siga dormido y no vuelva a ser el mismo, yo no dejaré de ser, al cien por cien, el papá de Rubén. No hay más.

2 de febrero de 2007

Rubén y el apagón

Ayer viví un momento bastante especial. Rubén tiene 27 meses y no entiende conceptos tan sutiles como la solidaridad o la fuerza de la unión. Es, incluso, complicado hacerle entender acciones altruistas, porque compartir es, eso, dejar a cambio de. Aun así, ayer, ya que estábamos los dos solos en casa a eso de las ocho de la noche, decidí que íbamos a participar por primera vez juntos en un acto reivindicativo. Él, por su puesto, no lo sabe. Minutos antes decidí inventarme una historia, le conté que había una bruja muy mala, muy mala, que quería hacer desaparecer la tierra, y que nosotros, todos juntos, habíamos encontrado la forma de hacerla huir para siempre: apagando las luces. Durante el baño jugábamos a ver el tiempo que nos quedaba. Mira, Rubén, le decía mientras enjabonaba su pelo, quedan cinco minutos para que apaguemos las luces y echemos a la bruja para siempre. Mira, quedan dos. ¡ Mira, queda uno !. Así que, cuando llegaron las ocho menos cinco nos quedamos los dos abrazados, con todas las luces de la casa apagadas. No creo que vaya a recordarlo jamás, no al menos como lo he vivido, y como lo recordaré yo. Me basta con que le quede un pequeño rescoldo, una llamita y que cuando lo comentemos dentro de unos años ya sepa lo que es un acto altruista, la fuerza de la unión, la solidaridad.
He leído en la prensa que el consumo descendió en apenas un 2,5% durante el apagón. Digamos que en ese sentido ha sido un fracaso. No para mí. Para mí ya tuvo su utilidad. Y lo tendrá más si algún día los nietos de mis hijos lo pueden recordar, mirando al cielo, tranquilos y rodeados aun de agua, árboles y vida.

1 de febrero de 2007

microrelatos

Copiando una idea de nuestra amiga "la loc@" ¿por qué no buscamos todos un microrelato?, una frase simple que a poco que se analice cuente una historia. Ahí va la mía:
"Se cantó cumpleaños feliz un año más"

Recordatorio apagón voluntario

Solo recordaros que en la medida de lo posible hoy apaguemos las luces entre las ocho menos cinco y las ocho. ¿No tenéis curiosidad, cuando menos, por saber lo que pasará?. Os paso el link del grupo que ha promovido esta iniciativa (o pinchar en el título):
Pincha y veras

la noticia de hoy

Me cuesta decidirme por una. ¿Por qué no hablar de las promesas electorales?. Me aburre la evidencia de que se gobernaría mejor si se cumplieran, como la de Sebastián, el candidato a la alcaldía madrileña, que ha prometido transporte gratis a los menores de 21 años. ¿De verdad piensa que si llega a la alcaldía va a poder poner en marcha esta medida?. Pero si han puesto el cine a un euro a los jubilados y no han sido capaces de mantenerlo ni un año.
Pasemos a otra: la siniestrabilidad laboral. Pero empezar el día de mal humor no parece una buena idea, así que lo dejo para otra ocasión en la que la gripe no mine tanto mis defensas.
Una tercera: los accidentes de tráfico entre los jóvenes, una auténtica lacra social.
La cuarta: ¿los suicidios que en España se llevan la vida de tantas personas como las carreteras?. ¿la corrupción?, ¿el cambio climático?.
Vale, pues vamos a por la cultura, ahí tendremos buenas noticias ¿o no?. Otro cine que cierra en Madrid para transformarse en un centro comercial. Dentro, imagino, harán mini salas donde las polomitas precalentadas harán más rentable el negocio.
Voy a la sección de sociedad, la frivolidad me traerá calma al espíritu. Hay una noticia graciosa, un ex presidente es obligado a pedir disculpas públicamente por su público exceso de galantería a las jóvenes hermosas. Sería una noticia suficiente para esbozar una sonrisa, sino fuera porque el protagonista no es otro que Berlusconi, y uno tiene sus limitaciones, no puede reirse, por mucho que le apetezca, teniendo el careto de semejante fantoche dictador egocéntrico delante. ¿O sí?, ¿por qué no?, lo que no derribaron las urnas y la cordura que lo haga una bragueta ligera. Si al final todo está en su sitio. ¿No les parece?